Juan Gabriel Vásquez. Las reputaciones.
Novela / mayo 31, 2017

Alfaguara, 2013. 140 páginas. La recepción de un homenaje al conjunto de su carrera activa la maquinaria de los recuerdos de Javier Mallarino, que dejó la carrera de pintor por la de caricaturista, y que con sus dibujos tenía el poder de hundir o elevar a los personajes públicos. Una lucha contra los abusos de autoridad que, en ocasiones, puede pecar de lo mismo que critica. Nada que objetar a la prosa y construcción de la novela, a la reflexión sobre cómo nos cambia el poder y lo que estamos dispuestos a responsabilizarnos de él. Buena, pero no memorable. «No se sabe todavía. Se sabe que se lo conceden, pero no se sabe adonde la mandan. No va a estar en Bogotá, eso sí es seguro. Pero la vamos a ver más.» «¿Por qué sabes?» «Porque ella me lo dijo. Me dijo que la íbamos a ver más. Me dijo: «Nos vamos a ver más». Me dijo que se sentía sola, que llevaba meses sintiéndose sola. Y también te lo hubiera dicho a ti, si tuvieras un computador.» Pero Mallarino se dio cuenta de que no era un reproche serio: era un juego, un guiño amistoso, un golpe de codo…

Luciano. El bibliómano ignorante.
Ensayo / mayo 30, 2017

Errata naturae, 2009. 94 páginas. Trad. Helena González. Recoge dos obras de Luciano de Samósata. En la primera, el bibliómano ignorante, critica a un amigo rico que compre libros con el fin sólo de aparentar, pero sin leerlos. Aprovecha para meterse con su vida disipada. El texto sigue vigente hoy en día, el postureo ni ha muerto ni morirá. La segunda es un repaso y parodia de los principales movimientos filosóficos. Se venden unos esclavos, cada uno es representante de los pitagóricos, los cínicos, etcétera. El estudio introductorio de Iván de los Ríos es excelente y predispone al espíritu del libro. Un libro que hace burla de cosas serias, porque nada es sagrado y todavía menos lo solemne. Recomendable. Porque, ¿qué clase de esperanza tienes tú puesta en los libros, que estás siempre desenrollándolos y encolándolos y los recortas y untas con azafrán y cedro y los envuelves en pergamino y los provees de botones como si fueras a disfrutarlos? Por lo menos has medrado en algo con su compra, ya que te congratulas de ello —y es que eres más simple que un pez— y vives de un modo que no puede calificarse ni de medio decente, y te…

Patrick Ness. Un monstre em ve a veure.
Novela / mayo 29, 2017

Me lo habían recomendado antes de que estallara la locura de la película. Cometí el error de leerlo después de La hora violeta, también alrededor de la muerte por cáncer y mucho más duro. Como a estas alturas ya sabrá todo el mundo el libro gira alrededor de un niño que debe enfrentarse a la muerte de su madre. De tema parecido me gustó mucho más ‘Soy una matagigantes’. No es que el libro esté mal, es correcto, mantiene la tensión, la historia es original, pero ya he leído -e incluso escrito- bastantes cosas sobre el tema. Se deja leer.

Silvia Grijalba. Dios salve a la movida.
Ensayo / mayo 26, 2017

Espejo de tinta, 2006. 204 páginas. Empiezo a estar un poco harto del abuso de la nostalgia, de la mitificación de tiempos pasados. No entiendo por qué, entonces, me he leído este libro. Quizás por la promesa del enfoque, más orientada a la investigación periodística de la época que a los recuerdos de hoy de los protagonistas. Hace un repaso de las principales figuras y sí, aparecen recortes de la época, pero en general es bastante flojillo. Se deja leer y algún dato es interesante, pero no es especialmente profundo ni hay una tesis que dirija el material. Lo que más me ha gustado el epílogo, desencantado, de Patricia Godes. La conciencia rockera fue un poco el final de La Movida. Hacia 1985, el ambientillo musical madrileño empezaba a ser muy aburrido. Un sitio clave en esta última etapa fue El Templo del Gato Rock and Roll Bar, que se abrió en primavera. Grupos en directo, mesa de billar, póster de Nas-tassia Kinski, buena música, pero… ¡sin sitio para sentarse! ¡Ni un mísero taburete! Fue el primero. Desde entonces, se supone que el rock and roll y el plantón tienen que ir necesariamente unidos y resulta muy cansado. Poco después,…

Karel Capek. El año del jardinero.
Novela / mayo 25, 2017

Jose J. De Olañeta, 2009. 146 páginas. A pesar de mi admiración por Capek, no es uno de sus mejores libros. Hace un repaso de lo que significa el año para un jardinero, y aunque hay sentido del humor y ternura a raudales el tema no es lo que se dice apasionante. Más me ha sorprendido la editorial, que ha publicado muchísimos libros, casi todos de un aire más místico que las desventuras de este pobre jardinero y sus peleas con los plantones, el espacio, el tiempo atmosférico y los mil y un sinsabores de quien intenta cultivar la tierra. Por supuesto, cualquiera es capaz de ver. «Dios mío, qué flor i.m bonita», dirá un profano, a lo que el jardinero, en un tono ligeramente ofendido, responderá: «Ya ve usted que es una Petrocalis pyrenaica». Pues el jardinero tiene debilidad por los nombres; una flor sin nombre es, para hablar a la manera de Platón, una flor que no tiene «idea» metafísica; en una palabra, no tiene una realidad plena y verdadera. Una flor sin nombre no es más que una mala hierba; una flor dotada de un nombre latino es en cierto modo elevada al estado de especialidad. Si…