Anagrama, 2006. 196 páginas. Recopilación de diferentes relatos del autor publicados en publicaciones dispersas y agrupados aquà con algún inédito. La lista: El joyero Tarde de amor La pared Las actas del juicio Mata-Hari 55 La invasión Una luz que se iba Mi amigo La honda En el terraplén Tierna es la noche Desagravio En noviembre El pianista Un pez en el hielo Uno de los preferidos del autor es Tierna es la noche, y sà que es posible que sea uno de los mejor escritos. Personalmente prefiero el primero y el último, con mucho más dibujo de personajes y ambiente y La invasión, que da tÃtulo al libro y que es el que más me ha gustado. Casi ningún relato tiene una historia con inicio y desenlace, son retazos de vida dibujados con pluma firme y una prosa envidiable. Esto funciona mejor en unos que otros. Recomendable. Como si le leyera el pensamiento, la muchacha le hizo un gesto de pregunta y después se levantó y fue para el bar, y antes de entrar en el salón se dio vuelta para mirarlo y movió la cara con una expresión de fastidio que le conocÃa bien. Emilio la siguió y…
Editorial Anagrama, 2005. 190 páginas. Lectores, al fin Le tenÃa ganas a Piglia, tantas que haciendo caso omiso a mi habitual tacañerÃa, compre este ejemplar seminuevo. Como fue votado por ustedes en primer lugar en el esclavo lector y oÃr es obedecer, me puse con alegrÃa a la tarea. Para empezar un equÃvoco. Me figuraba que era una novela y me he encontrado con un ensayo sobre literatura. Empieza con un prólogo en el que nos cuenta la historia del hombre que esconde una réplica de la ciudad de Buenos Aires en su casa y acaba con un breve epÃlogo en el que afirma que para el último lector su lectura siempre es inactual, está siempre en el lÃmite. Entre ambos aprenderemos ¿Qué es un lector? de la mano de lectores tan ilustres como Borges y Hamlet. Nos adentraremos en los amores de Kafka, marcados por la lectura o por la necesidad de sentirse leÃdo. La novela negra tiene su apartado en Lectores imaginarios ¿sabÃan que Marlowe leÃa a Flaubert? Hasta un revolucionario como Guevara era un hambriento lector, que viajaba con una biblioteca de campaña de allà para acá. Los dos últimos capÃtulos, La linterna de Anna Karenina y…