Rubem Fonseca. Secreciones, excreciones y desatinos.

marzo 27, 2009

Editorial Seix Barral, 2003. 160 páginas.
Tit. Or. Secreçoes, excreçoes e desatinos. Trad. Basilio Losada.

Rubem Fonseca, Secreciones, excreciones y desatinos
Cruel ternura

Antes de tomarlo en préstamo en la biblioteca, estoy seguro de que había leído el título en algún sitio, pero que me maten si puedo recordar dónde. Luego he visto la reseña de su novela en Tigrecillos: Rubem Fonseca. Diario de un libertino, y poco después El cobrador. A ericz de momento no lo ha anodado. A mí, sí. La lista es la siguiente:

Copromancia
Coincidencias
Ahora tú (O José y sus hermanos)
La naturaleza, en oposición a la gracia
El violador
Hermosos dientes y buen corazón
Besitos en la mejilla
Aroma catáceo
Mujeres y hombres enamorados
La entrega
Mecanismos de defensa
Encuentros y desencuentros
El jorobado y la Venus de Boticcelli
Vida

Cuentos como Copromancia, en el que un hombre aprende a adivinar el futuro mirando sus excrementos, son de los que pueden llamar más la atención, pero mis preferencias van más hacia cuentos como Mujeres y hombres enamorados, historia de un hombre y una mujer que se encuentran en una fiesta infantil y recurrirán a una hechicera para encontrarse. Otros, como El jorobado y la Venus de Boticcelli me han dejado bastante frío.

Pero los que me han gustado me han gustado mucho. Fonseca dibuja mucho más de lo que cuenta, hay profundidad en sus relatos, historias que no se cuentan y se intuyen, moralejas que no se explican pero que se pueden adivinar.

Muy bueno.

P.D.: Utilizo Hombres y mujeres enamorados en mi espectáculo Cupido está bebido y funciona muy bien.


Extracto:[-]

Loreta estaba separada del marido, una separación traumática que la llevó a jurar que nunca más se fijaría en ningún hombre, porque todos eran unos estúpidos, traidores y egoístas. No salía de casa, a no ser para llevar a su hija a fiestas infantiles a las que acudieran pocos hombres, tipos bonachones y aburridos que bebían pacientemente sus cervezas mientras las esposas se cuidaban de los chiquillos. Pero Loreta sabía que cuando volvieran a casa con sus mujeres iban a actuar con la misma brutalidad y falta de consideración que su marido. Las esposas, para ellos, no eran más que sirvientas sin derechos laborales.

Luís frecuentaba las mismas fiestas que Loreta. Cuando murió su mujer, Luís no hizo ningún juramento, pero dejó de interesarse por las otras mujeres y se dedicó a cuidar a su hija, fiestas infantiles, todos los sábados, con la pandilla de escolares, las vecinas, las amigas de las vecinas, las amigas de las amigas del colegio. Había sábados en que la hija era convidada a más de una fiesta.

Había pasado ya un año desde que hizo su juramento cuando Loreta notó la presencia de Luís en una de aquellas celebraciones infantiles. Y, contra su voluntad, se sintió atraída por él. Pero Luís ni siquiera reparaba en la presencia de Loreta, aunque coincidieran frecuentemente. Las hijas eran de la misma edad e iban a la misma escuela.

Loreta percibía que, a pesar del cariño de Luís por su hija, no le gustaban las fiestas infantiles, cosa comprensible, pues parecían inacabables con sus seis horas de duración media, de los altavoces salía sólo música ensordecedora, los animadores eran gente incansable que inventaba juegos y soplaba silbatos estridentes, las luces muy brillantes, los chiquillos gritones, las madres vociferaban, era, pues, lógico que Luís estuviera allí sin ánimo siquiera para levantarse de la silla, donde se sentaba en cuanto llegaba para permanecer horas allí, paciente y ensimismado.de ocho años, por quien hacía todos los sacrificios, entre ellos el de acudir a aquellas

2 comentarios

  • C.Martín marzo 28, 2009en2:03 pm

    Doy fe de ello ;-)) (off topic: mi aspiración frustrada es haber sido notario, pero a mi ritmo necesitaría dos vidas para llegar a saberme todo el temario 😛 )

  • Palimp marzo 30, 2009en9:18 am

    ¡Gracias por confirmarlo! ¡Viva el público bueno!

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