Manuel Vilas. Los inmortales.

enero 8, 2014

Manuel Vilas, Los inmortales

Buscando reseñas de este libro por la red constato que Manuel Vilas es un escritor que no deja indiferente a nadie, algo que no es sorprendente dada su originalidad. Así en la medicina de Tongoy no gusta:Los inmortales, a Malherido sí: Los inmortales, en la tormenta se descuelgan con una crítica tan amable como extensa: Los inmortales y buscando un poco encuentro una opinión de sí pero no:Los inmortales. En este caso estoy con Malherido, me gusta Manuel VIlas, aunque no todo, sí la mayor parte.

Novela no es, son relatos con parecida inspiración, inmortales volviendo a pasear por la tierra. Así Cervantes comienza con una buena juerga por las Canarias, Stalin se le aparece como si fuera la virgen a un pobre psicótico, Picasso y Van Gogh tendrán que vengar a unas gordas a lo Sin Perdón de Clint Eastwood e incluso el propio Vilas, como escritor ya famoso, tiene una conversación trascendente.

Espíritu festivo y lúdico y buena prosa. Entiendo que si no te hace gracia no te guste, como pasa con esos humoristas que no nos arrancan ni una sonrisa. En mi caso he disfrutado como un gorrino y meto a Vilas directo entre mis escritores de cabecera.

Calificación: Muy bueno.

Extracto:

Sí, soy yo, sí, soy yo, el gran padre de los comunistas españoles, orillados por España, preocupado hasta por el último comunista de sangre española. Soy yo, tu gran padre, el comandante de la realidad, el único hombre bueno de todo el siglo XX. Es una preciosa noche madrileña. Sabes, hubiera agradecido que en España se hubieran acordado de que fui yo el que recogí y auxilié a miles de españoles. Se hubieran muerto de hambre sin mí. Entre ellos, tu abuelo y tu padre. Nadie es completamente malo ni completamente bueno. La ingratitud es contrarrevolucionaria. Qué noche tan maravillosa, qué esplendor en el aire, qué bonita es España, y cuántos comunistas supo dar, entregar a la gran revolución permanente. España dio al mundo comunistas feroces. Me fascinaron siempre los comunistas españoles. Eran especiales. Sin revolución el hombre es nada. Nos igualamos a los astros, al Universo, cuando somos capaces de destruir y refundar.
Stalin se levantó de la silla y fue hasta el minibar de la habitación. Abrió la puerta y se sacó dos botellines de vodka. Se quedó mirando a Manuela. Volvió a la terraza. Bebió un botellín de vodka.
—Tiene gracia esa Manuela. Es guapa. Tiene pene y pechos. Eso está bien, un avance materialista. Los futuros comunistas serán hombre y mujer al mismo tiempo, para que no sufran. Yo también tengo de todo, y más cosas, muchas cosas que no puedes ni imaginar. Hay que tener de todo.
—¿Dónde está usted ahora?
—En el Paraíso de los Comunistas Verdaderos, un lugar puro, donde toda alienación ha sucumbido. Soy conciencia sobre el Universo. Conciencia roja. Conciencia revolucionaria. Estrella roja sobre la materia. Estoy aquí mismo, en esta terraza. Para mí no es una terraza sino un paraíso colectivo. Hemos colectivizado el Paraíso. Las grandes colectivizaciones del Cielo y del Paraíso fueron los mayores espectáculos del futuro. Me he desplazado hacia el futuro. Soy conciencia comunista de naturaleza inmortal. En el futuro en el que estoy todo Madrid es un museo arqueológico con paraísos inalienables. El sistema solar está agonizando. Lo hemos carbonizado. Hicimos estallar bombas atómicas en todos los planetas, porque los planetas eran conservadores y reaccionarios. Había que vencer sobre la nada. La nada es reaccionaria. Estábamos aburridos y decidimos dinamitar el sistema solar, a ver si salía alguien en su defensa, algún terrateniente del Universo, algún explotador general, algún enemigo de clase a escala cósmica.

5 comentarios

  • Jesús del Río enero 9, 2014en9:08 pm

    Los enlaces están mal. Todos.

  • Palimp enero 10, 2014en11:26 am

    Arreglados.

  • Andrea abril 11, 2020en1:27 pm

    1) Si tienes que estar buscando en internet a ver qué opinan otros, ¿será que dudas de tu propio criterio? Creo que el crítico debe leer una obra sin haber recibido información previa. Es simplemente mi opinión.

    2) Me pregunto si esa costumbre es generalizada o te ha ocurrido solo con Vilas. Es que yo he tenido que tragarme un librito de este señor porque me lo regaló una persona a quien quiero mucho. Lo acabé por amor y respeto a esa persona. Ha sido la peor experiencia lectora de mi vida. Me pasó lo mismo: leí otras críticas para cerciorarme de que yo no hubiera saber verle las virtudes que otra gente mucho más entendida que yo sí le había visto. Y los elogios que leí acabaron de convencerme de lo horrorosa que, para mi gusto, es la novela.

  • Andrea abril 12, 2020en3:08 pm

    Calificación: Muy rancio. Y pésimo.

    Extracto:

    «Ellos, los reyes, nos sacan del tiempo biológico y nos dan la luz de la historia. Los veo en Mallorca, como todos los años. Felipe VI y Letizia, y sus hijas, rubias, altas, sonrientes. Nunca me invitarán al Palacio de Marivent, y me encantaría que lo hicieran, pero carezco de méritos. Nunca tendré los méritos necesarios para ser invitado al palacio de verano. Y si me invitaran, sería un desastre, porque casi no tengo conversación. Me pondría nervioso. Tampoco sabría cómo vestirme. Es mucho mejor que
    no me inviten. Realmente, es una suerte que no me inviten.
    Pienso en mis hijos. Pienso en los hijos de miles de padres que no saben qué decirles a sus hijos. Padres y madres sin serenidad, sin orgullo, sin dinero, sin dignidad, sin nada. Padres y madres a quienes no han pintado ni Velázquez ni Goya ni quienes han heredado ahora su legado. Esos padres harán bien en mirar a Felipe VI para que les sirva de faro y les indique cómo ser padre.
    No creo que mis hijos lleguen a amarme tanto como las hijas de Felipe VI a su padre, en eso pienso cuando veo en la prensa las fotos de la familia real; me parece un pensamiento terrible, pero lo he tenido. Miro de nuevo esa foto de los reyes de España con sus hijas. Y percibo por medio de la foto que Felipe VI es un padre ejemplar. Porque hasta en el hecho de ser padre existe el éxito. Y pienso en los millones de padres que fracasamos como padres. Y por eso es bueno mirar esa fotografía: las hijas de
    ojos azules miran a Felipe VI.
    ¿Qué hemos hecho mal?, pensamos los miles de padres que vemos esa foto. Hasta en la paternidad o en la maternidad la historia nos humilla. Acabas siendo pobre, y mal padre. Si eres rico, el ser buen padre se te da por añadidura, parece una cita
    bíblica. Puede que ser pobre y mal padre sea la misma cosa.»

    JUZGUEN USTEDES MISMOS.

  • Palimp abril 20, 2020en12:18 pm

    Normalmente primero escribo mi reseña y luego busco -he buscado en algunos momentos, en otros no- otras reseñas para que aporten otro punto de vista. Muchas veces un libro que he detestado por ahí está por las nubes y viceversa. No dudo de mi criterio, pero sí de que éste pueda ser tomado como referencia universal.
    En el caso de Vilas, por ejemplo, y pese a sus altibajos de calidad y otros defectos que le veo, me declaro enamorado del autor.

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