José Manuel López Nicolás. Vamos a comprar mentiras.

noviembre 11, 2022

José Manuel López Nicolás, Vamos a comprar mentiras
Ediciones Cálamo, 2016. 370 páginas.

El autor es químico y analiza, rigor en mano, que hay de cierto en la publicidad detrás de alimentos con propiedades milagrosas y productos de estética capaces de hacernos rejuvenecer a cambio de nuestro dinero. Hacemos destripe: prácticamente nada es cierto.

Todos sabemos que la publicidad exagera, pero desde hace tiempo existe una regulación que impide que un producto indique propiedades terapéuticas si no existe estudios que lo demuestren. Esto debería haber acabado con frases del tipo «mejora tu colesterol», «ayuda al tracto intestinal» o «hará que tu piel esté más tersa y joven». Pero no es así ¿A qué es debido?

La causa está en la estrategia del asterisco, un hecha la ley hecha la trampa que es para sacar los colores de vergüenza si tuvieran alguna. Veamos el patrón. El producto se anuncia con un componente estrella (por ejemplo, el lactobacillus). Hace una afirmación sobre la salud (por ejemplo, ayuda al sistema inmunitario). No hay ningún estudio que confirme que el componente estrella tenga esos efectos sobre la salud, pero no hay que preocuparse. Basta buscar un compuesto que tenga esos efectos comprobados (por ejemplo, la vitamina B6). Si se incluye la cantidad necesaria podremos anunciar, estudios en la mano, que nuestro producto cumple la ley.

Una estrategia digna de un trilero. La publicidad parece decir que el lactobacillus protege el sistema inmunitario pero no es verdad. Sí lo hace la vitamina B6, pero como esta se puede conseguir, por ejemplo, comiendo un plátano, pues mejor que quede muy evidente. Yo sigo vendiendo yogures saludables y no incumplo la ley. Aunque muy ético no es.

El libro examina muchísimos casos y revela que estas compañías tienen bastante poca vergüenza. Algo conozco de la intrahistoria de este libro y sé que lo compró Planeta y luego decidió no publicarlo (pagando al autor lo convenido). Estrategia que siguió con aquel otro que se metía con la RAE. Y es que debe ser un buen negocio decir que vas a publicar un libro crítico y cobrar por no sacarlo a la luz. Se acaba publicando en otra editorial con mucho menos eco mediático. Pero ha sido muy leído, ya que el ejemplar que leí yo era de la cuarta edición.

Iluminador.

La estrategia del asterisco

Observen la siguiente fotografía. Corresponde al producto de Hacendado (la marca de Mercadona) similar al Actimel y que emplea la misma estrategia que el producto de Danone. Como pueden ver en la fotografía, debajo de un rótulo donde las palabras «Lactobacillus casei» ocupan casi toda la etiqueta, aparece el siguiente lema: «Ayuda al normal funcionamiento del sistema inmunitario».

¿Cómo es posible que Danone o Hacendado puedan usar dicho eslogan si la EFSA no ha aprobado esa alegación inmu-nitaria para el Lactobacillus casei ni ninguna otra? Sigan mirando la fotografía. ¿Ven 5 gotitas de leche de color blanco que emanan de la gota principal y que están alineadas formando una perfecta curva? Pues no, la quinta no es una gota sino un diminuto asterisco del mismo color blanco que la gota principal situado estratégicamente en el lugar que le correspondería a una gotita. Siguiendo el rastro del asterisco llegamos a un lateral del envoltorio externo (el cartón) donde, en letra minúscula, se puede leer: «La vitamina B6 contribuye al normal funcionamiento del sistema inmunitario. Se recomienda el consumo de una unidad al día que ACOMPAÑADA de una alimentación variada y equilibrada y un estilo de vida saludable pueden aportar al menos el 15% de la cantidad diaria recomendada en vitamina Bó».

¿Estoy diciendo que a pesar de que se nos ha intentado inculcar la idea de que el Lactobacillus casei (ese que aparece en letras enormes en la etiqueta) era el responsable de la ayuda al sistema inmunitario publicitada, no es dicho microorganismo sino la archiconocida vitamina B6 la responsable de dicha alegación y si no sacamos la lupa no nos enteramos? Exacto. Según el Reglamento (UE) n.° 432/2012 si un alimento posee el 13% de la cantidad diaria recomendada (CDR) de vitamina B6 puede publicitar que «Ayuda al funcionamiento normal del sistema inmunitario»… exactamente lo que se puede leer en la etiqueta de la imagen.

Pero entonces, ¿el famoso Lactobacillus casei DN-114001 exclusivo de Danone sirve para algo más que cualquier microorganismo presente en un producto lácteo fermentado o en otro probiótico tradicional como es el caso de un yogur? Según el grupo de expertos en nutrición de la EFSA no sirve para nada y la prueba es que Mercadona utiliza un microorganismo totalmente distinto (Lactobacillus paracasei) pero publicita exactamente lo mismo respecto al sistema inmunitario. ¿La razón? El único ingrediente que tienen en común Actimel y el probiótico de Mercadona: la vitamina B6. Pero, como decía Superratón, no se vayan todavía que aún hay más.

En un informe de la EFSA (11), que no ocupa más de medio folio, aparece un párrafo donde se indica que no solamente no hay evidencias de que la ausencia de un aporte externo de vitamina B6 pueda perjudicar al funcionamiento normal del sistema inmunitario, sino que dicha vitamina se puede conseguir sin ningún tipo de problema con una dieta equilibrada, por lo que no hay que recurrir a suplementos externos. ¿Y esa vitamina es difícil de encontrar? En absoluto.

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