Jordi Folck. L’unica i veritable llegenda de sant Jordi contada pel Drac.
Cuentos / mayo 2, 2012

La Galera, 2007. 192 páginas. Siempre son atractivas las revisiones de los mitos, cuentos populares y leyendas. Así que la historia de San Jordi y el dragón contada por este último me generó bastantes expectativas, que no se han visto del todo satisfechas. No son una sino cuatro las versiones: en la primera San Jordi y el dragón se hacen amigos con intereses culturales comunes, en la segunda una dragona enamora a San Jordi, en la tercera hay dos hermanos dragones y uno se enamora de la princesa y en la última aparece un dragón de 69 cabezas -antes tenía cien- que trabaja en Hollywood. Las mejores, la primera y la última, con las cabezas hablando entre sí, algo que le da un tono surrealista bastante gracioso. Las dos del medio, en mi humilde opinión, flojillas. Promediando, se deja leer. La única reseña que he encontrado casi no llega a tal: L’única i veritable llegenda de Sant Jordi contada pel Drac Calificación: Normalillo. Un día, un libro (245/365) Extracto: Me’ls vaig cruspir la nit de Sant Joan ben torradets del davant i del darrere, en una foguera que encara avui s’encén per tal de celebrar la victòria del drac sobre…

Alejandro Casona. La sirena varada. Los árboles mueren de pie.
Teatro / mayo 1, 2012

Espasa-Calpe, 1990. 184 páginas. En el prólogo del libro, que pone al autor en su contexto, me llamaba la atención que el autor no dejara a nadie indiferente. Tenía muchas críticas que decían de él que hacía un teatro poco comprometido. Así que las obras las he leído con espíritu de ‘a ver que pasa’. En La sirena varada las aspiraciones del protagonista de vivir en un mundo de fantasía cambiarán cuando tenga que enfrentarse a la dura realidad. En Los árboles mueren de pie una empresa se dedica a mejorar el mundo de una manera curiosa, y tendrán que hacer creer a una abuela que su nieto ha vuelto. En las dos obras se remarca la necesidad de reconocer la verdad frente a la fantasía, así que no se le puede acusar de ser un autor que busque la evasión. La primera obra tiene un final que me ha estado haciendo llorar una semana -recuerden que tengo la lágrima fácil. La segunda, en la que se puede detectar algo de ese sentir reaccionario que le criticaban -aunque no mucho- también es muy buena. La idea de modificar la realidad mediante fantasías bien ensayadas tiene un atractivo innegable (véase el…