Pepitas de calabaza, 2021. 144 páginas. Crónica de la emigración por el hambre de Galicia a Cuba de cientos de muchachos que luego fueron prácticamente esclavos en las plantaciones de azúcar. A través de los ojos del protagonista sufrimos la miseria, el hambre, lo duro de la travesía, las enfermedades y el desengaño. Escrito con un lenguaje poético que capta a la perfección el ambiente desolador de una emigración forzada en la que, después de pasar mil penalidades, solo obtuvieron un horror. Basado en un suceso real que se ha repetido en otras ocasiones pero con los mismos protagonistas: gente desesperada por sobrevivir a la que se le promete un futuro mejor. Muy bueno. José el Comido. Las aldeas son crueles y distintivas, como los dioses. No es por maldad, sino por un afán clasificador casi enfermizo, una necesidad de dar nombre a las cosas. Ojalá fuese así siempre, ojalá todo se nombrase por su aspecto y vivir en un mundo de referencias inmutables, pero no: el bien y el mal y Dios y el demonio siguen cruzándose y uno ya no sabe. Uno nunca sabe. José el Comido hasta hace dos semanas tenía un hijo. La criatura fue víctima…
Pepitas de calabaza, 2017. 224 páginas. Tit. or. Tram 83. Trad. Rubén Martín Giráldez. En un indeterminado país africano se encuentra el local Tranvía 83, donde se da cita lo mejor y lo peor de la sociedad. En ese caos navegan Lucien, un escritor frustrado que intenta vivir de su escritura y Requiem, un buscavidas amigo suyo que se dedica, entre otras cosas, a chantajear a la gente. Las frases de la solapa lo ponen por las nubes, pero a mí todo me ha sonado a rancio, a ya leído, a tópicos reciclados por enésima vez. No me importa si el escritor maldito está en un tugurio de Nueva York, en un barrio de mala muerte de Barcelona, o en ese país africano en descomposición, esa historia ya me la han contado muchas veces y con más gracia. No es que el libro esté mal, se deja leer a pesar de que las cualidades del lenguaje no compensan la falta de trama, pero no pasa de ser una lectura del montón con ínfulas. Se deja leer. —¿Sobre qué escribes? ¿Sobre quién? ¿Dirigido a qué público? ¿Expectativas? ¿Cuántos ejemplares? ¿Premios literarios? ¿Qué género? Se sentía atenazado. Las preguntas lo acribillaban desde…
Pepitas de calabaza, 2017. 120 páginas. Breves historias a mitad de camino entre el ensayo y el dietario. La autora va recorriendo algunos faros y nos cuenta no tanto su historia como los recuerdos asociados a su figura, su crónica personal del encuentro entre la construcción y su persona. Muy bien escritos se leen con mucho placer, como si estuviéramos paseando con la autora y, mientras admiramos la belleza del paisaje o escuchamos las olas del mar, conversáramos sobre literatura o historia. De una manera no erudita, sino cotidiana y amable. He disfrutado con su lectura. Otra reseña: Cuaderno de faros. Muy bueno. En 2011, Jonathan Franzen publicó un ensayo titulado «Farther Away» acerca del viaje que realizó a una isla en el sur de Chile llamada Más Afuera (ahora se llama Alejandro Selkirk, y alguna vez la llamaron Isla de los Perros, pero prefiero llamarla Más Afuera) para depositar parte de las cenizas de su amigo David Foster Wallace. El propósito original del viaje era distraerse de una crisis personal observando aves endémicas. Franzen viaja por el mundo para mirar especies de aves de todo tipo. Las aves representan para él los restos de un reino en peligro de…
Pepitas de calabaza, 2017. 134 páginas. Colección de cuentos que conforman una novela gracias a personajes que comparten escenario y relaciones en el tiempo. Desde un desertor de las tropas napoleónicas hasta un pastor que luchó en la guerra de Filipinas. Todo ambientado en un entorno rural donde los inviernos son largos. Comienza con un prólogo desde el punto de vista de un espantapájaros que es lo que menos me ha gustado del libro y que me hizo temer lo peor, pero por suerte el resto del libro (incluyendo el epílogo en el que repite el espantapájaros) es una delicia de historias donde la ternura combate al frío del entorno. Me lo recomendaron aquí: Invierno y en el meetup, siendo un plus que la escritora sea de La Rioja, como yo. Me ha encantado. Muy recomendable.
Pepitas de calabaza, 2011. 190 páginas. A medio camino entre el diario y el dietario el libro recoge las anotaciones del autor entre los años 2004 y 2007. En el momento de escribirlas todavía no tenía pensado publicarlas. Cosas que me han gustado: El propio autor, una persona con criterio propio, lo que en estos tiempos del conmigo o contra mí es de agradecer. Un desengañado del marxismo pero que sigue siendo de izquierdas y criticando a los conservadores. Opuesto totalmente a ETA pero también a los centralistas que la usan para sus fines. Que le molesta el euskera en la tele y le gusta en la calle. Una persona, en suma, con la que parece que daría gusto hablar. La prosa, clara, clarísima, con momentos de belleza poética dentro del ámbito cotidiano y que da gusto leer. La mezcla de anécdotas cotidianas con reflexiones -en ocasiones de mucho calado- y análisis de la actualidad. IMposible aburrirse. La inteligencia que se desprende de las páginas como el aroma del buen café. Cosas que no me han gustado: Ninguna, todo está estupendo. Tanto que al descubrir que hay un tomo anterior y otro posterior me he llevado una alegría tremenda. Muy…