Roberto Bolaño. Amuleto.

julio 3, 2009

Editorial Anagrama, 1999, 2005. 156 páginas.

Roberto Bolaño, Amuleto
La madre de los poetas

Cuando sólo te faltan dos libros de uno de tus autores preferidos y alguien, sin saber cuales tienes, te regala por casualidad uno de ellos, eso es puntería. Neus la tuvo cuando apareció con este libro bajo el brazo, dejándome patidifuso.

Auxilio Lacouture viaja a México y se dedica a trabajar en lo que puede y a hacer de doméstica voluntaria de los poetas León Felipe y Pedro Garfias. Con el tiempo acabará conociendo a todos los poetas nuevos y será considerada la madre de la poesía mexicana. Cuando la policía tomó la universidad de México en 1968 ella permaneció escondida una semana en el lavabo. Desde este punto intemporal sus recuerdos irán al pasado y al futuro, presentando una galería de personajes que incluye entre otros al Arturo Belano de los detectives salvajes.

No es uno de mis libros preferidos de Bolaño, quizás porque nos acostumbramos a una excelencia no siempre presente. Pero tiene páginas gloriosas, incluyendo la que anticipa el título de su novela póstuma 2666:

Y los seguí: los vi caminar a paso ligero por Bucareli hasta Reforma y luego los vi cruzar Reforma sin esperar la luz verde, ambos con el pelo largo y arremolinado porque a esa hora por Reforma corre el viento nocturno que le sobra a la noche, la avenida Reforma se transforma en un tubo transparente, en un pulmón de forma cuneiforme por donde pasan las exhalaciones imaginarias de la ciudad, y luego empezamos a caminar por la avenida Guerrero, ellos un poco más despacio que antes, yo un poco más deprimida que antes, la Guerrero, a esa hora, se parece sobre todas las cosas a un cementerio, pero no a un cementerio de 1974, ni a un cementerio de 1968, ni a un cementerio de 1975, sino a un cementerio del año 2666, un cementerio olvidado debajo de un párpado muerto o nonato, las acuosidades desapasionadas de un ojo que por querer olvidar algo ha terminado por olvidarlo todo.

El mal, los poetas, la gente marginal…temas habituales que el autor sigue presentando con maestría. Una anécdota que me ha traído al recuerdo el libro, que refleja la idea de momentos congelados. Estaba haciendo dedo para asistir a un concierto, me faltaba poco para llegar pero no me paraba nadie. Ya era de noche y calculando lo que me quedaba pensé que lo mejor era ir andando (unas cuatro horas de marcha) para llegar aunque fuera al final del concierto y encontrar a unos amigos que me llevarían a casa. Cuando llevaba media hora caminando me recogió un sacerdote que me dejó en el pueblo y en el primer bar que entré me encontré a mis amigos. El salto fue tan abrupto que todavía hoy muchas veces pienso que sigo caminando por esa carretera oscura y que todo lo que estoy viviendo no son más que ensueños dentro de un viaje sin fin.

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Bolaño, Roberto – Amuleto.pdf

(Te hará falta el programa EMule)


Extracto:[-]

¿Qué hice entonces? Lo que cualquier persona, me asomé a una ventana y miré hacia abajo y vi soldados y luego me asomé a otra ventana y vi tanquetas y luego a otra, la que está al fondo del pasillo (recorrí el pasillo dando saltos de ultratumba), y vi furgonetas en donde los granaderos y algunos policías vestidos de civil estaban metiendo a los estudiantes y profesores presos, como en una escena de una película de la Segunda Guerra Mundial mezclada con una de María Félix y Pedro Armendáriz de la Revolución Mexicana, una película que se resolvía en una tela oscura pero con figuritas fosforescentes, como dicen que ven algunos locos o las personas que sufren repentinamente un ataque de miedo. Y luego vi a un grupo de secretarias, entre las que creí distinguir a más de una amiga (¡en realidad creí distinguirlas a todas!), que salían en fila india, arreglándose los vestidos, con las carteras en las manos o colgadas del hombro, y después vi a un grupo de profesores que también salía ordenadamente, al menos tan ordenadamente como la situación lo permitía, vi gente con libros en las manos, vi gente con carpetas y páginas mecanoscritas que se desparramaban por el suelo y ellos se agachaban y las recogían, y vi gente que era sacada a rastras o gente que salía de la Facultad cubriéndose la nariz con un pañuelo blanco que la sangre ennegrecía rápidamente. Y entonces yo me dije: quédate aquí, Auxilio. No permitas, nena, que te lleven presa. Quédate aquí, Auxilio, no entres voluntariamente en esa película, nena, si te quieren meter que se tomen el trabajo de encontrarte.

Y entonces volví al baño y mira qué curioso, no sólo volví al baño sino que volví al water, justo el mismo en donde estaba antes, y volví a sentarme en la taza del water, quiero decir: otra vez con la pollera arremangada y los calzones bajados, aunque sin ningún apremio fisiológico (dicen que precisamente en casos así se suelta el estómago, pero no fue ciertamente mi caso), y con el libro de Pedro Garfias abierto, y aunque no quería leer me puse a leer, lentamente al principio, palabra por palabra y verso por verso, aunque poco después la lectura fue acelerándose hasta que finalmente se hizo enloquecedora, los versos pasaban tan rápidos que apenas me era posible discernfr algo de ellos, las palabras se pegaban unas con otras, no sé, una lectura en caída libre que, por otra parte, la poesía de Pedrito Garfias apenas pudo resistir[…]

9 comentarios

  • Guillermo B. julio 3, 2009en8:19 pm

    Qué problema con Bolaño, Palimp. Entre más libros suyos leo, me parece más un escritor menor (en comparación con la monumental estatura que le han puesto), caso contrario de lo que me pasa con Onetti (ya que viene a cuento, por el centenario y toda esa cosa). Me parece que menos obras le hubieran mucho bien a su corpus total de libros, o diferente abordaje de críticos y admiradores, o un sano quedarse solo con lo que él dejó 200% revisado, para no caer en las tonterías estas de los «papeles inesperados» a lo Cortázar. Pero, bueno, en una de esas me vuelve a atrapar con algo que no haya leído…
    Saludos.

  • Ana * julio 5, 2009en8:28 am

    Es curioso, estoy leyendo Los detectives salvajes, y la historia que narra Amuleto está incluida en el libro, tal cual.

  • Neus julio 6, 2009en12:33 pm

    Caray! Si llego a saber que causaría tal impresión me hubiera esforzado en presentarte el libro de modo más lucido…. Bueno, lo celebro 🙂

  • Palimp julio 6, 2009en1:39 pm

    Guillermo, creo que no es un escrito menor. Cuando yo lo ‘descubrí’ -que ya estaba descubierto- me impresionó. Años después ha venido la fama excesiva. Cuando se calmen las aguas creo que se le seguirá considerando un excelente escritor. Está sufriendo una publicacón excesiva, eso sí.

    Ana *, las historias entre Los detectives Salvajes, La literatura nazi en América, Amuleto, etcétera se repiten en ocasiones. Es un universo compacto.

    Neus, cuando me lo diste tenía que comprobarlo. Pero cuando llegué a casa y vi que, efectivamente, no lo tenía, me quedé de pasta boniato. Acierto total.

  • Seikilos julio 6, 2009en1:59 pm

    Bueno, se sabe ya que pienso como Guillermo: Bolaño para mí es un escritor sin dudas sobrevalorado, en parte por el horror vacui provocado por la ausencia de escritores americanos.

  • Palimp julio 6, 2009en2:14 pm

    Sé que hay mucha gente que piensa que es un escritor sobrevalorado. No es mi caso; creo que es uno de los grandes. Como siempre, el tiempo lo dirá.

  • Nera agosto 6, 2009en3:17 am

    Estoy de acuerdo con Palimp. Bolaño no es un poeta menor, y no lo es su literatura.
    Pasa que los poetas mayores escriben siempre la misma historia.
    Y a éste le faltó un poco de tiempo para hacer su propia selección y para evitar algunas publicaciones…

  • Edgardo Pallarderi septiembre 27, 2009en8:48 pm

    Aun no he leido del todo amuleto pero Estrella distante me parece una buena novela. Los detectives empieza bien pero luego como que Bolaño se va por las ramas; de todos modos, siempre es interesante las alusiones literarias en una historia y no el eterno tema del amor, de la soledad o el del realismo magico.

  • Palimp septiembre 29, 2009en12:41 pm

    Totalmente de acuerdo; Bolaño crea un universo literario paralelo de gran interés.

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