John Boyne. El niño con el pijama de rayas.

febrero 16, 2008

Ediciones Salamandra, 2007. 220 páginas.
Tit. Or. The boy in the stripped pyjama. Trad. Gemma Rovira Ortega.

John Boyne, El niño con el pijama de rayas
Visión trivial

Hay productos de los que es imposible escaparse. Estoy seguro de que muchas personas de mi generación morirán sin haber escuchado una obra completa de Stravinsky, pero para no haber oído el ‘Corazón Latino’ de Bisbal tienes que ser como mínimo un ermitaño. Con los libros pasa lo mismo. A mi mujer le regalaron ‘La catedral del mar’ en castellano y en catalán; sólo mi cabeza dura me ha impedido leerla. Lo mismo me ha pasado con este libro; después de que dos personas me lo dejaran al final he cedido.

El protagonista es un niño cuyo padre, oficial alemán, tiene un nuevo destino fuera de Berlín. Allí estará sólo y sin amigos hasta que descubre que, tras la enorme alambrada hay mucha gente, toda vestida con pijama de rayas. Explorando se encontrará con un niño del que se hará amigo.

La contraportada no quiere decir mucho para ‘no estropear la sorpresa’, pero muy obtuso hay que ser para no imaginar de qué va la historia. El libro se está vendiendo como rosquillas y la única crítica que he escuchado es que a veces el niño se expresa como si fuera el adulto. No es eso lo que a mí me parece más grave.

El principal defecto de este libro es que no cuenta nada. La mayor parte de las escenas son irrelevantes, ni aportan nada a la historia ni están escritas en una prosa atractiva. Aunque el libro es corto y con letra grande, se hace largo. Lo único ligeramente interesante es el final -que no les voy a revelar, pero que muchos lo adivinan rápido-. A la gente que le gusta las metáforas -como Vigo– les decepcionará profundamente. La única posible es que el niño sea una metáfora de nosotros, ciegos a la dura realidad, pero es una interpretación propia que probablemente no tuviera en mente el autor.

Después de leer Sin Destino este libro es un cuento descafeinado. Pero a mucha gente le ha gustado, así que ustedes mismos.

Escuchando: Deep Down. Joan Armatrading.


Extracto:[-]

A primera vista no estaba tan mal. Justo debajo de la ventana de Bruno había un jardín bastante grande y lleno de flores en pulcros y ordenados arriates. Parecían muy bien cuidados por alguien que hubiera comprendido que plantar flores en un sitio como aquél era una buena idea, como lo habría sido, durante una oscura noche de invierno, encender una velita en el rincón de un lúgubre castillo situado en medio de un brumoso páramo.

Más allá de las flores había un bonito adoquinado con un banco de madera, donde Gretel se imaginó sentada al sol leyendo un libro. En el respaldo del banco se veía una placa, pero desde aquella distancia no logró leer la inscripción. El asiento estaba orientado hacia la casa, lo cual podía resultar un poco extraño, pero dadas las circunstancias la niña lo entendió.

Unos seis metros más allá del jardín y las flores y el banco con la placa, todo cambiaba: paralela a la casa discurría una enorme alambrada, con la parte superior inclinada hacia dentro, que se extendía en ambas direcciones hasta más allá de donde alcanzaba la vista. Era una alambrada muy alta, incluso más que la casa donde se hallaban los niños, y estaba sostenida por gruesos postes de madera, como los de telégrafos, repartidos a intervalos. En lo alto, gruesos rollos de alambre de espino enredados formaban espirales. Gretel sintió un escalofrío al ver las afiladas púas.

Detrás de la alambrada no crecía hierba; de hecho, a lo lejos no se veía ningún tipo de vegetación. El suelo parecía de arena, y Gretel sólo vio pequeñas cabanas y grandes edificios cuadrados, separados entre ellos, y una o dos columnas de humo a lo lejos. Abrió la boca para decir algo, pero no encontró palabras para expresar su sorpresa, así que hizo lo único sensato que se le ocurrió: volver a cerrarla.

—¿Lo ves? —dijo Bruno a su espalda. Estaba satisfecho de sí mismo porque, fuera lo que fuese aquello que se veía y fueran quienes fuesen aquellas personas, él lo había visto primero y podría verlo siempre que quisiera, puesto que se veía desde su ventana y no desde la de Gretel. Por tanto, todo aquello le pertenecía: él era el rey de todo lo que contemplaban y ella su humilde súbdita.

—No lo entiendo —admitió Gretel—. ¿A quién se le ocurriría construir un sitio tan horrible?

—¿Verdad que es horrible? Me parece que esas casuchas sólo tienen una planta. Mira qué bajas son.

—Deben de ser casas modernas —sugirió su hermana—. Padre odia las cosas modernas.

—Entonces no creo que le gusten.

—No —dijo Gretel, y siguió contemplándolas.

Tenía doce años y se la consideraba una de las niñas más inteligentes de su clase, así que apretó los labios, entornó los ojos y se exprimió el cerebro para comprender qué era aquello.

116 comentarios

  • Martha Janeth agosto 20, 2008en12:52 am

    Definitivamente, me encantó el libro. He leido los comentarios que muchos de ustedes hacen y creo que cada cual «ve los toros desde la barreara». Recibi, éste libro de regalo, lo lei de un solo tirón, trabajo con adolescentes muchos de los cuales no han ni siquiera escuchado hablar a cerca del «HOLOCAUSTO». Nuestra realidad es posiblemente ajena, pero estoy practicamente segura que muchos de mis alumnos se sentiran inmediatamente identificados con shmuel

  • Lucía agosto 22, 2008en11:17 am

    Ayer por la noche acabé de leer este libro, y ahora por la mañana buceo en internet tratando de encontrar reseñas sobre este libro, para ver si alguien piensa como yo. Al igual que mucha gente, he llegado a este libro tras ser insistentemente recomendado por parte de varias personas. No quería leerlo en un principio, pero al final caí y me lo leí ayer todo. Y… no me gustó.

    Desde mi punto de vista, el autor no sabe transmitir todo lo que debería transmitir con la historia que tiene entre manos. Es una historia diseñada para llegar directamente a la sensibilidad del lector, pero sin embargo, no llega a ello, ni siquiera de lejos. El libro se me hizo larguísimo (a pesar de tener apenas 200 páginas con letra bastante grande): la mayoría de «acontecimientos», a mi juicio, sobran. Lo único bueno que tiene el libro es el final. La historia en sí podría ser buena, pero debería ser escrita de otra forma (está escrito de una forma tan tan simple que aburre), y ahorrarse una buena parte del libro, así como sensiblerías facilonas. Es más, creo que, si en vez de ser una novela fuera un relato, la historia sería más impactante.

  • Palimp agosto 25, 2008en1:43 pm

    Como puedes ver, Lucía, no eres la única que piensa así.

  • Luli septiembre 3, 2008en7:10 pm

    Bueno, yo me lo leí hace siglos y apenas me duró tres horitas. Sinceramente, ni frío ni calor, estoy de acuerdo en que el final se ve de lejos y en que en algunas partes se hace bastante soso, pero de ahí a que sea un bodorrio indecente…

    Hombre, seamos sensatos, no es una historia pensada para adultos (el tamaño de la letra y el número de páginas dan ciertas pistas al respecto), sino más bien a un público juvenil. Por ello, el autor emplea sencillez sintáctica, aunque peca de no sorprender al lector a medida que avanza la historia y de caer en la monotonía, aunque siempre trata de conservar cierta ternura infantil, ingenuidad, inocencia. Tal vez sea eso lo que aburre a lectores más experimentados con un repertorio mayor, la falta de sentido crítico desde el punto de vista del protagonista.

    No es un libro que me muera por volver a leer, pero en una mala quién sabe, tampoco pasaría nada.
    Digamos que no me desagradó del todo pero en principio… una y no más, jeje.

    Besazzos.

  • Lenka septiembre 4, 2008en11:38 am

    Saludos a todos. Antes de nada, aclaro que compré el libro ayer y lo leí del tirón. Ciertamente es de fácil lectura y apenas da para dos horas. Lo que no quiere decir que sea malo o insuficiente. Es un libro corto, sin más, como muchos otros. Me pareció uno de esos libros infantiles, o juveniles, que un adulto puede leer por curiosidad y sin que suponga una pérdida de tiempo. No comprendo muy bien las críticas tan feroces que se le hacen, aunque las respeto.

    Para empezar, sí, un niño de 9 años, educado en los años cuarenta, de familia bien y con un padre militar podía perfectamente usar ese lenguaje. No me chirrió en absoluto, me limité a trasladarme mentalmente a la época y las circunstancias. No se trata de un niño de una barriada de Madrid en los ochenta, ni de un niño de hoy día, del que, en ningún caso me creería una forma de expresarse como la que aparece en el libro.

    En segundo lugar, sí, se sabe perfectamente lo que ocurre (y lo que ocurrirá) desde el principio. Pero no creo que se deba a la mente privilegiada de ningún lector o a la escasez de recursos del escritor. Se debe a que es un campo de exterminio, se debe a que son nazis, Hitler, judíos. Hay alguien que no sepa cómo terminó esa historia en general y sus millones de pequeñas historias? No creo que tenga nada de «Disney». Al contrario. Un niño egoísta y egocéntrico (como casi todos) se lamenta de sus pequeños dramas insulsos y ni siquiera es consciente del drama con mayúsculas que se vive en sus narices. Y protagoniza episodios vergonzosos de cobardía, de egoísmo, llegando incluso a envidiar la suerte del niño del pijama. No le encuentro ninguna clase de moralina barata, el protagonista no es ningún héroe inmaculado. Sólo es un niño quejica y aburrido aprendiendo un par de cosas sobre la vida y casi sin darse cuenta.

    En tercer lugar, creo que sobran las comparaciones. Evidentemente no es Treblinka. Ni creo que lo pretenda. Es un cuento, sin más, dicho sea sin el menor ápice de desprecio. Qué tiene de negativo escribir un cuento? Es una pequeña historia enmarcada dentro de una gran historia que todos conocemos. Una más de tantas que pudieron ser o pudieron imaginarse. No es como para rasgarse las vestiduras, ni mucho menos, porque considero que cualquiera que sepa un mínimo del tema ya está bastante curtido. No se trata de ninguna epopeya ni considero que fuera esa la intención del autor. Quizá sea que a mí siempre me han gustado por igual las grandes hazañas que las historias minúsculas. A veces son estas últimas las que más tocan.

    Por otro lado, no comprendo la crítica por la ausencia de metáforas o de mensaje, sobre todo viniendo de quienes critican el lenguaje improbable del protagonista o la cursilería Disney. No sé si es que esperaban una super moraleja final. Yo creo que sobra por completo. Repito que un niño de la época sí que podía expresarse de un modo que hoy día nos resulta curioso, pero no por ello le consideraría capaz de sacar un análisis profundo de lo que está viviendo, ni creo que «encajara» con la historia y los personajes el lanzar un mensaje grandilocuente al mundo. Eso sí que sería Disney y moralina barata. La única función de ese niño es vivir su historia pequeña de niño, sin ser consciente de que hay mucho más detrás de ella, y, por supueto, debe interpretarla con sus ojos de niño. El resto es tarea del lector, si le apetece. No se necesitan recursos más rebuscados. Una alambrada que separa dos mundos supuestamente opuestos. Un niño a cada lado. La misma fecha de nacimiento. Y un pijama que hace que los dos mundos diferentes se confundan. Diferencias tan tremendas que resultaba una herejía, un delito, una asquerosidad mezclarlos. Y la evidencia de que no era cierto, de que no había forma de distinguir a un ser humano de otro. Una chaqueta blanca que lo mismo te hace camarero que médico. Uniformes que producen admiración en unos y terror en otros. A este lado se puede jugar, pero no hay niños. A este otro hay muchos niños, pero no se puede jugar. Es tan simple como sólo un crío de 9 años lo vería.

    Previsible y simple. Bien. Y por qué no? Soy una gran admiradora de Márquez, que es un escritor capaz de escribir toda una historia al rededor de una carta que no llega o de un chico del que sabemos desde la primera frase que va a morir. No le veo el problema, la verdad. El niño con el pijama de rayas es un cuento sencillo y evidente que nos cuenta una historia pequeña dentro de una realidad de sobra conocida y tremenda. Puede gustar o no gustar, desde luego, pero es la historia que creo que el autor quería contar, sin más. Y considero que lo ha conseguido, que es de lo que se trata.

    Gracias, un saludo.

  • Gina septiembre 8, 2008en11:16 am

    Joder pero que de bestias sueltos hay aqui.
    A ver leí el libro porque me lo recomendaron como 2mil veces y nadie me queria contar nada asique fui lo compre y un rato que me puse me lo leí del tiron.

    No es para darle el premio a la mejor literatura escrita en todos los tiempos por lo que hablais de las metáforas y todo eso que comentais, pero si os dais cuenta es todo bajo el punto de vusta de un niño de 9 años

    El no entiende porque los judíos están ahí, el no entiende que entrando en el campo está poniendo en peligro su vida tanto que ya sabeis com acaba, el no entiende nada de nada tampoco podeis pedir un género literal excesivo porque todo está bajo los o jos de un niño

    Me encanta este libro, y me encanta la moraleja que tiene, espero que no se carguen la pelicula

  • nynfe septiembre 12, 2008en10:45 pm

    La verdad es que soy escritora y me parece muy cruel que critiquéis a un libro que precisamente nos muestra lo crueles que somos las personas y la inocencia de la niñez frente a un mundo loco. He de confesar que desde el principio la contraportada me llamaba enormemente, pero aun así nunca me decidía a comprarlo porque siempre veía algún otro libro que me interesase más, pero en cuanto lo terminé de leer sentí algo especial, y es que ese libro es uno de los pocos que realmente me hallan dejado una huella especial (lo cual no quiere decir que realmente sean mis libros favoritos). Y estoy de acuerdo con Gina, ¿cómo podéis pedirle a un libro escrito desde el punto de vista de un niño de nueve años que sea maduro y literalmente culto?Y me encantaría recalcar la espléndida demostración del buen uso de la palabra y la crítica por parte de Lenteja, si no te gusta un libro puedes criticarlo razonablemente porque eso no es malo, pero calificarlo de «una mierda» y de los que lo leen «le chirrían las neuronas» supuestamente debido «a los programas del corazón» es una total falta de respeto hacia la obra y el lector por no mencionar al escritor que trabajó duramente en escribirlo y no precisamente para que lo traten como si fuera basura, con esto no digo que el libro en cuestión sea lo mejor que he leído, ni por asomo, es simplemente precioso y totalmente conmovedor, y aunque fuese el Peor Libro En La Faz De La Tierra nadie tiene derecho a tratarlo así, al menos tened algo de respeto por los escritores que no somos ni medianamente parecidos a los parados que ni se molestan en limpiar su casa y que no trabajan ni aunque los maten, eso es ficción cinematográfica. Espero que la película capte el espíritu cándido del libro.
    Ah, y tengo trece años (catorce el día treinta), pero supongo que para vosotros ahora todo lo que acabo de escribir carece de valor, ya que acabáis de ver que soy tan sólo una adolescente, pero leyendo comentarios como el de Lenteja y parecidos me parece que mentalmente tengo mucho más uso de razón.

  • Palimp septiembre 16, 2008en11:47 am

    No carece de valor; al contrario, éste es un libro para jóvenes. Pero para un adulto se queda corto.

  • Yo septiembre 16, 2008en2:17 pm

    Mucho crítico de medio pelo leo yo por aquí… mucho crítico y mucho tontín q va de entendido… Más os valiera hacer algo de provecho en vez de estar aquí amargando la existencia a los que quieren hacer una crítica constructiva y disfrutar de una buena lectura.

  • gusanillo83 septiembre 18, 2008en1:24 pm

    Pues a mi me encantó, sobre todo el final. Con la manía que le tomas al tontolaba del protagonista nada más leer tres páginas estás deseando que le pase lo que por fin ocurre. Claro que si hubiera sucedido en la página diez el libro ganaría mucho.

  • Susana septiembre 22, 2008en5:52 pm

    ¿Porqué algunos le peís a un niño de 9 años que se entere de lo que millones de adultos en Alemania y en Europa no vieron?.

  • yo septiembre 23, 2008en8:28 pm

    el libro no esta mal, es mas para un niño esta bastante bien y tampoco se puede juzgar por prosa o poesia del autor ya que como bien dicen es un libro INFANTIL

  • sara septiembre 28, 2008en12:04 pm

    Pues a mi me encantó,no entiendo como lo pueden criticar así.Está claro que es un libro adaptado a jovenes y no tan jovenes,pero eso que más da.Acaso tenemos que tener en nuestra biblioteca solo libros serios y best-sellers? pues no,este libro es un suspiro de aire fresco para nuestros corazones,o los que se pensaban que lo tenian cerrado por derribo.

  • Palimp septiembre 29, 2008en7:38 pm

    Puedo afirmar que mi corazón nunca ha estado cerrado por derribo, pero que este libro ni ha sido un soplo de aire fresco ni ha logrado conmoverme.

  • Cluje septiembre 30, 2008en3:26 pm

    Palimp, yo no lo he leído, y después de tu crítica y de los comentarios de por aquí, que me confirman lo que pienso de él, seguiré sin hacerlo.

    Saludos

  • alex septiembre 30, 2008en3:43 pm

    Me acabo de terminar el libro.

    Veo que para muchos, si el libro no supone una evolución en la literatura o tiene un final que te descoloca todos tus ideales, es una mierda. Pues yo creo que no. Libro simple y predecible (aunque no me creo que nadie haya adivinado el final), pero entretenido. Una historia feroz contada a través de los ojos de un niño. Lo único que, a mi parecer se le puede reprochar, es el exceso de ignorancia de Bruno. Un niño de su clase en esos tiempos debería de odiar a los judíos (lavado de cabeza) y creo que estarían más espabilados. Señores de la crítica: si vende, no tiene porqué ser malo

  • alex septiembre 30, 2008en3:46 pm

    Para Nynfe la «escritora»: Se escibe «hayan» y no «hallan» si es del verbo haber.

  • Cluster septiembre 30, 2008en5:35 pm

    Voy a intentar ser constructivo:
    «El niño con el pijama de rayas» es un libro ñoño, aburrido, insulso, como muchísimo tan sólo escrito sin faltas de redacción ni ortografía y ya está, predecible y por supuesto poco o nada ajustado a la realidad mental y emocional de un niño de 9 años, es decir, no he podido ni de lejos sentir la más mínima empatía con el dichoso niño, lo que no me ocurre con los chavalines de esa edad.
    Es un libro malo, a mi parecer. Y que sea tantísimas semanas nº 1 en ventas es síntoma de lo que no me apetece decir, no vaya a ser que me coman por aquí.
    La crítica destructiva la reservo a mis íntimos, con los que no necesito medir las palabras.
    Un saludo

  • Palimp septiembre 30, 2008en6:34 pm

    De acuerdo con el último comentario. Y matizo:

    Hay libros que no son evolución de la literatura ni con finales desconcertantes que me han gustado mucho. Que están biene scritos. No es el caso. Soy incapaz de ver ninguna virtud en este libro.

    No tengo nada en contra de los libros que venden. ‘Soldados de Salamina’ me encantó. Terry Pratchett aquí no es muy leído pero en Inglaterra es un super ventas y también me encanta. No me importa su número de ventas, me importa su calidad: nula.

    Que sea número uno es síntoma -entre otras cosas- de lo poco que se lee. Las otras cosas quedan para la imaginación del lector.

    Un saludo a Cluster y gracias por su crítica mesurada.

  • Claudia octubre 1, 2008en3:58 am

    Vi la pelicula y la verdad que me gusto vastante, el mismo dia fuy a casa de mi prima a a buscar el libro y tb me lo e leido, a mi me an gustado las dos cosas sinseramente aunke la pelicula te muestra mas la realidad que el libro e incluso tiene muxas cosas inventadas, pero a mi personalmente el libro me a gustado aunke estoy deacuerdo de que la literatura y demas no es ke sea gran cosa pero eske aki discutis gente de cuanto 20 y muxos 30 y corto?esta recomendado para niños de 13-14 años, para hacer trabajos para la escuela, no lo sakies de lo ke es y pa argumento leeros Los Mascones quizas lo encontreis mas apto a buestra y edad y lo ke buscais

  • Zhara octubre 1, 2008en1:16 pm

    ¿Quereis mayor metafora que un mundo que ignora el horror próximo buen por ingenuidad o bien por egoismo? Ese niño simboliza lo que pasaba en Alemania y el resto de Europa.

  • Cluster octubre 1, 2008en3:50 pm

    Palim, me alegro que te haya gustado mi comentario. Un saludo.
    Claudia: con esa redacción y esa ortografía no me extraña que el libro te haya gustado tanto. Es más, que hayas abierto alguno ya es en sí meritorio…
    Y si queréis metáforas o parábolas, las hay mucho más sutiles. Zhara, te aconsejo que le hinques al diente, por ejemplo, al «Ensayo sobre la ceguera» de Saramago, y verás cómo nos describe a todos. Pero de esos que no se enteran bien por ingenuidad o por egoísmo los veo a diario en cantidades industriales, y no necesito al niño del pijamita para que me abra los ojos.

  • nynfe octubre 1, 2008en4:17 pm

    Respecto al comentario de «alex»: ¡Vaya!¡Debería sentirme realmente ofendida porque una persona que juzga sin saber y habla sin pensar haya encontrado un pequeño fallo ortográfico en mi comentario! Siquiendo con esa regla de tres estoy encantada de comunicarte que tu nombre se escribe con mayúsculas y tilde en la «a». (Álex es la forma correcta o alex) Así que antes de criticar empieza por enmendar tus propios fallos, y deberías saber que no me ha molestado un ápice tu vulgar uso de las comillas en la palabra escritora, pues yo sé que lo soy, en tu comentario tan sólo has hecho elegancia de lo poco culto que eres de no saber de escritores adolescentes, como algunos ejemplos debería mencionarte al escritor de Eragon (best-seller convertido en película) que lo empezó a escribir a los quince años o a Anne Frank junto con muchos otros que no han tenido el honor de ver sus escritos publicados.

  • nynfe octubre 1, 2008en4:19 pm

    Y por cierto, no se dice «te descoloca tus ideales» señor gran entendido de la ortografía, si no simplemente «descoloca tus ideales».

  • Palimp octubre 1, 2008en6:26 pm

    nynfe, un comentario. Tú dijiste:

    por no mencionar al escritor que trabajó duramente en escribirlo

    Por lo que leído en alguna entrevista tardó 60 horas en escribir este libro. Se nota.

  • Palimp octubre 1, 2008en6:27 pm

    Respecto a lo de ser o no escritora, supongo que es algo que tendrán que decir también los demás ¿no? Yo puedo decir de mí mismo que soy pintor o escultor pero creo que no basta con decirlo o sentirlo.

  • alex octubre 2, 2008en12:03 am

    Nynfe…en mi comentario yo no tenía porqué nombrarte escritores adolescentes, porque la discusión no va de eso.Conozco a Anna Frank desde que tenía 9 años y me leí su libro a los 15. ¿Eres escritora? adelante, espero que te vaya bien, de verdad. Y seguro que tu ortografía es infinitamente mejor que la media de tu edad. Simplemente te avisé de tu fallo, para que no lo repitas.

    Por cierto, Alex va con tilde sólo en catalán, y en el colegio me enseñaron que los nombres propios van con mayúscula. Viendo los nombres que se pone la gente bastante hago con firmar mis entradas con mi nombre real y no con cualquier pseudónimo raro.(sin faltar el respeto a aquellos que usan pseudónimo

  • Cluster octubre 2, 2008en9:54 am

    Álex o Alex, te equivocas, hace ya unos añitos (pocos, la verdad), que la Real Academia Española decidió que sí, que las mayúsculas no estaban exentas de llevar tilde. Fíjate si no en cualquier periodico.
    Un saludo

  • Cluster octubre 2, 2008en9:55 am

    Y ya que vamos de puretas, «periódico» va con tilde. No entiendo cómo se me ha escapado.

  • vic octubre 2, 2008en9:21 pm

    Una vez más James Horner salva una película.En ésta, es dificil encontrar escenas reales, sentirlas como auténtica historia. Probablemente, los jovencitos protagonistas de «El niño con el pijama de rayas», que están corriendo al pricipio de la película imitando a los aviones entre los adultos del Berlín nacista deberían haberlo hecho durante todo el film. Es con diferencia,la mejor imagen, claro está, acompañada de una partitura más que aceptable.Ahh! Vera Farmiga va subiendo peldaños.

  • José Luis octubre 4, 2008en8:40 pm

    Hola a todos.

    Mi humilde opinión consiste en decir que el libro me entretuvo. No siempre puedo leer ensayos científicos o filosóficos que me exijan el 100% de atención durante tres semanas. Un libro sencillo, ameno, y breve. No hay nada de malo en tales premisas, creo. Después de éste, me dispuse a conocer a Borges, con El Aleph, y lo he tenido que dejar por infumable. No entendía ninguna trama y cada página era una amargura. Supongo que será ésta la literatura de altura al alcance únicamente de los genios.

    Por cierto, trabajo con jóvenes, dedico buena parte de mis ilusiones y esfuerzo a los libros, y puedo decir a unos cuantos de los comentaristas que los libros infantiles y juveniles no son sinónimo de planos, estúpidos, y sin valor. Simplemente se adaptan al vocabulario y al universo de los lectores. Hay joyas en este segmento de edad como en cualquier otro. Leed a Ricardo Gómez, Gonzalo Mouré, Daniel Nesquens,…¿o quizá empezasteis vosotros por Borges?.

    Salud.

  • javier octubre 4, 2008en10:14 pm

    Permitidme intentar colgar esta frase. Si lo consigo, envío inmediatamente mi opinión. (Antes lo he intentado y se ha ido todo el texto al carajo)

  • javier octubre 4, 2008en10:40 pm

    Bien, parece que lo he conseguido. Me he leído todas las críticas vertidas en este foro en torno al libro “El niño del pijama de rayas”. Algunas de ellas, verdaderamente negativas y otras, mucho más favorecedoras. Felicitaciones a Lenka, en su comentario número 55. En él sí he visto una sagacidad en cuanto a la interpretación del libro que, compartida o no, resulta más que interesante.
    Resulta curioso que son muchos los que descalifican el libro aludiendo a la imposibilidad, por ejemplo, de que Bruno pueda hacer uso de un vocabulario impropio para su edad, o de que es muy poco probable que Bruno ignorara el fenómeno del Holocausto (o del exterminio judío, que es en definitiva, lo mismo de lo mismo).
    Pero veo, con todo mi respeto, demasiados Brunos en este foro. Bruno disfrutaba disfrazándose en navidad, a instancias de su abuela, que era actriz profesional. Es lógico pensar que en aquellas funciones familiares, las intervenciones de la anciana se acercarían a lo que entendemos por una interpretación artística y las de los niños, estarían más en la línea de lo que todos consideramos “grotesco”.
    Bruno jugaba por unas horas a ser domador y nosotros, parodiamos grotescamente lo que debe ser una crítica razonada. Y digo esto porque nadie se ha parado a pensar que el texto está relatado por un NARRADOR OMNISCIENTE. No es Bruno quien narra el desarrollo de los hechos, sino un narrador, que en un giro de relativa originalidad ha sido investido con los atributos psicológicos de un niño como podría ser Bruno, o Shmuel, o cualquiera de los tres amigos de Berlín de los que, como le pasó a Bruno, ni de sus nombres ni de sus caras me acuerdo.
    Estamos, por tanto ante dos recursos literarios encadenados (narrador omnisciente con características infantiles) que dotan al relato de un considerable interés. Pero parece que esta circunstancia se ha escapado a la afilada sagacidad de muchos de nuestros eminentes críticos. Valorar esta circunstancia desmontaría todos sus argumentos. No olvidemos que el mismo narrador que interpreta los pensamientos de Bruno, interpreta los adultos gestos de su madre, por ejemplo, porque es un narrador que lo ve, lo sabe todo y está en todos los sitios.
    Me gustaría saber si esta idea les aporta o les sugiere algo. Por otra parte, se habla de arte escrito como un producto múltiple, manierista, donde su genialidad resida en su dificultad. “El entierro del Conde Orgaz” es genial y el “cuadro blanco sobre fondo blanco” es genial, porque el placer estético no entiende necesariamente de dificultad, erudición o confusión premeditada.
    En este sentido, considero que el libro es un buen libro. Ni más, ni menos. Un libro muy recomendable para adultos y para niños, para los que ven programas del corazón, como para todos aquellos que, diciéndolo que nunca fijarían su mirada y su atención en esos bodrios, ponen la oreja y miran con el rabillo del ojo al televisor de la cafetería mientras simulan estar leyendo el suplemento de economía del periódico matinal.
    Lo que me gusta es bueno. Y el libro me ha gustado, como me gusta la maravillosa erudición de Borges, como me gusta “La Isla del Tesoro” (que también encantaba a Bruno y donde, por cierto y si no recuerdo mal, si que hay una narración en primera persona puesta en buca de un niño y como me gusta, para acabar, “Los Santos Inocentes”, donde el que narra es un deficiente mental. Termino: señores críticos. BRUNO NO ES EL NARRADOR. Reconsideren sus argumentos críticos.

  • Beatriz. S. S. octubre 5, 2008en9:53 pm

    Sí yo estoy de acuerdo contigo en que existen muchas escenas que no son muy importantes, parece como si el autor sólo tuviera en mente el final, y quisiera contar el resto sólo pa «rellenar». Y en lo del chico, también lo pensé,y es que cómo un crío de esa edad puede expresarse de dicha forma, mientras que se ve que es un niño normal, porque no entiende lo de la alambrada, y muchas otras cosas… Es bonito el libro, pero quizás haya cosas que «sobran», otras en cambio no, como el episodio del pobre anciano Pavel, donde es humillado por Kotler, apenas un niño de 19 años nazi.

    Un saludo.

  • Beatriz. S. S. octubre 5, 2008en9:55 pm

    Por cierto, Cluster lleva razón. Cundo yo esaba en primaria (no hace anto, tengo 18 años),nos explicó nuestra «señoria» de Lengua que ya, desde hace algún breve tiempo, las mayúsculas llevaban tilde. Dicho por la RAE.

  • Beatriz. S. S. octubre 5, 2008en9:56 pm

    Perdón, «Cuando» y «estaba»

  • Palimp octubre 6, 2008en12:47 pm

    Para José Luis, comentario #87. No hay nada de malo en que un libro sea entretenido. En ningún momento he criticado eso, esto no es ninguna defensa de la alta literatura. El otro día comentaba el libro Una Noche de perros y acababa con las palabras:

    De lectura fácil y muy divertido. A mí ya me parece suficiente.

    El problema con El niño con el pijama de rayas no es que sea entretenido; es que es aburrido y malo.

    Me parece muy bien que a usted Borges le parezca infumable, pero sus tramas no son precisamente opacas. Si tiene problemas en entenderlas hágaselo mirar.

    Sé muy bien que hay libros infantiles y juveniles buenos, yo leo unos cuantos y si son de calidad con gran placer. Pero éste no lo es.

    ¡Ah! Y yo empecé a leer a Borges a los 16 años. No empecé con él, pero no tardé mucho. Me gustó, porque muchos de sus cuentos son ideales para un adolescente. Luego, cuando tuve más cabeza, pude leerlos de manera diferente.

  • Palimp octubre 6, 2008en1:08 pm

    Para javier, comentario #83. Gracias por su sagaz interpretación que nos desvela que estamos ante un narrador omnisciente con mentalidad de niño chico. Su fino análisis quizás desmonte los argumentos de quienes no ven a un niño de nueve años expresarse así, pero no desmonta mi crítica fundamental: al libro le sobran páginas. Como apunta muy bien Beatriz parece que el escritor tuvo una buena idea -no lo discuto- y en vez de hacer un buen cuento hizo una novela bastante mediocre.

    No obstante me quedo con su frase Todo lo que me gusta es bueno. No dudo que para usted sea bueno, ya que le gusta. Pero eso no impide que a otros no nos parezca bueno, ni oculta el hecho de que esté mal construído.

    Yo no me atrevería a deducir de mi gusto particular un juicio universal, pero es sólo mi opinión

  • javier octubre 6, 2008en5:08 pm

    Para Palimp. Comentario 88.- Me afianzo en la idea de que “todo lo que me gusta es bueno”, pero en ningún caso, atribuyéndome el derecho de emitir un juicio “universal” ni ante un libro, ni ante absolutamente nada.
    Al decir que lo que me gusta es “bueno”, quiero dar a entender que toda aquella creación artística que genera en quien la disfruta (o por el contrario, en quien la padece) una sensación de valoración estética, ha generado en la relación INDIVIDUAL (no universal) entre la obra y la persona que se encuentra ante ella una situación que justifica a la primera. Si el libro ha sido capaz de provocar en mí un placer estético (dentro de un contexto literario) lo cataloga obviamente a la condición de producto artístico con objetivo cumplido (reitero la singularidad, la individualidad a la hora de enfrentarse a una obra de arte no-arte). Amigo Palimp. No me creo en posesión de la verdad ¿quién se puede creer?. Pero apuesto por la indivualidad a la hora de enfrentarse a un objeto artístico. Rectifico mis palabras, objeto de tu desaprobación: “Todo lo que me gusta es bueno, de forma, que todo lo que me gusta (en el entorno del arte, que la literatura lo es con mayúsculas) justifica el sentido de su propia creación y lo eleva a la categoría de producto artístico con su objetivo cumplido. Si lo que yo siento se reproduce en las vivencias de dos, tres, mil o diez mil millones de personas (que no las hay). Consolida el producto, pero no altera mi propia visión personal e inalterable, poque hablamos de sensaciones por encima de entendimiento y de reflexión. No obstante, amigo Palimp, creo sin conocerte, que tú estás más que de acuerdo con mi planteamiento. Internet es rápido. No siempre es el mejor caldo de cultivo una adecuada reflexión

  • Palimp octubre 7, 2008en2:55 pm

    Efectivamente, no niego que si provoca en quien la disfruta una sensación ha cumplido su objetivo y para esa persona es bueno. Si para usted por lo que veo es la definición para bueno por su defensa de la individualidad frente a una obra de arte nuestra divergencia está en esa definición de bueno. Yo considero que sí que hay una definición universal -o cuasi universal- de una buena obra de arte, aunque sea complejo de definir o acotar. Pero de alguna manera hay que explicar lo que muy bien definía Umberto Eco: el consenso que existe sobre muchas obras de arte por parte de consumidores que no se han puesto de acuerdo entre sí.

    Pero incluso aunque admitiera su defensa de la individualidad tampoco estaría de acuerdo con la frase Lo que me gusta es bueno. Personalmente me gustan muchas cosas que no son buenas, o que son peores que otras que me gustan menos. Un ejemplo: Me gusta más Torrente Ballester que Juan Benet, aunque reconozco que el último tiene más méritos. Nos puden gustar cosas aunque seamos capaces de ver sus defectos. Sacaré a Borges a colación, ya que anda revoloteando por aquí: decía que escuchando algunos tangos pensaba ‘Que malo y cursi es esto’ mientras las lágrimas le corrían mejilla abajo.

  • javier octubre 7, 2008en6:09 pm

    Palimp, del todo respetable su forma de “calibrar” el producto artístico. Está claro que usted y yo formamos parte de dos grupos de personas que se enfrentan al objeto artístico desde posiciones divergentes, pero no por ello considero que una postura excluya en sus planteamientos a la segunda. Considero que el objeto artístico parte del creador, como supongo que lo considerará también usted. Pero creo que hablamos de diferentes creadores. En mi caso, el principal creador de una obra de arte (en este caso, literaria), no es quien la escribe, sino quien destila a través de su disfrute una sensación de placer, sin necesidad de confirmación alguna de crítica, sin necesidad de ajustar ese placer a ningún parámetro. El arte, como principio y fin lúdico, como objetivo cumplido o fallido desde la perspectiva individual y con las limitaciones que el autor-consumidor aporta a la obra. Respeto a las personas que, como usted, consideran necesario colocar el objeto artístico en una balanza erudita y consensuada que nos haga apreciar su valor. Sin embargo, prefiero alinearme entre los que pensamos que la obra cobra su mayor dimensión –su única dimensión- en la experiencia vivida entre quien la consume y entre nadie más (ni siquiera el propio creador). No me gusta ponerle pijamas (ni aunque sean de rayas) al arte. No obstante, reitero mi respeto para todos los que entienden que a una obra artística se la puede puntuar y valorar, ya no con dígitos enteros, sino con todos los números decimales que sea necesario. Las sensaciones no son medibles. El arte es un cúmulo de sensaciones

  • Estelita octubre 8, 2008en8:05 pm

    Javier, tú también eres un poquito pretenciosón, bonito. ¿Por qué te ves obligado a aclarar que te gusta Borges?

    En fin, dais mucho asquete todos, claro que se lleva la palma Cluster cuando le espeta a una muchacha que lo que no sabe es cómo ha sido capaz de abrir un libro.

    Por otra parte, comparto gran parte de la opinión de Lenka, pero también tengo un poquito de ira para ella (los trollitos somos así): dices que Bruno es egoísta y egocéntrico como todos los niños. ¿Y qué eres tú, joven reviejuna (sí, ¡adorados prejuicios!)? ¿Acaso eres la generosidad y la bondad personificada?

    ¡Bruno es un chiquillo la mar de majo! Y punto.

    Ahhh, otra cosa más: apesta tanto odio a la litratura infanto-juvenil y al mundo de los pequeñuelos en general.

    Ale, ya me he desahogado bien a gustico. ¡Cuánto bien hace Internet, de verdad!

    Besitos a todos.

  • Palimp octubre 8, 2008en10:32 pm

    Efectivamente, javier, tenemos posturas diferentes. Es importante la labor del consumidor, pero creo que es más importante la del artista. No sé de que parte de mi comentario ha sacado usted que las obras hay que ponerlas en alguna balanza erudita o que se tengan que puntuar las obras. Mi erudición cabe en una caja de zapatos y nunca he sido capaz de poner nota a un libro. Admiro a mi amigo Mon que en su bitácora adjudica puntuaciones de tres dígitos, porque mi inconstancia haría que le diera una nota un día y otra diferente al cabo de quince minutos.

    El hecho que exponía en mi anterior comentario persiste: lectores de diferentes épocas y culturas coinciden en su estima por algunos libros y en despreciar otros. Desde su punto de vista reduccionista -que más que un pijama es un corsé para el arte- ese hecho debe ser un misterio, una casualidad o algo a estudiar por la sociología. Desde el mío la explicación es otra: algo tendrán esos libros, algo puso el autor en ellos, que resuena a través del tiempo.

    Por otro lado su punto de vista tampoco simplifica el asunto tanto como parece. En primer lugar, muchas obras que en su momento nos gustaron en otro momento no nos dicen nada, y viceversa. A su experiencia vivida hay que añadirle además de la dimensión particular la dimensión temporal. Esto nos dice poco -o nada- acerca de la obra en sí, ni siquiera podemos juzgarla, como hacía en su otro comentario, como buena o mala. Sólo se puede decir: en tal momento tuve un goce estético con esta obra. Mañana dios dirá. Poco me parece.

    E incluso de ese poco se pueden decir cosas, aunque no sean eruditas. Podremos decir, como Borges, es una mala obra, pero me llega. Me llega por tal o por cual, porque me pasó algo parecido, porque me da ternura. Incluso se puede llegar a decir: El niño del pijama de rayas es una obra mal construida, pero que me ha gustado.

  • Palimp octubre 8, 2008en10:36 pm

    Estelita, me quedo con su frase:

    ¡Bruno es un chiquillo la mar de majo! Y punto.

    Hace bien en poner el punto, porque por más que busco no encuentro en Bruno nada majo. Estoy con Cluster: no he podido experimentar ni la más mínima simpatía por ese niño.

  • titania octubre 9, 2008en12:42 am

    Hay que recordar que este libro esta escrito principalmente para niños de hay que sea tan sencillo yo lo acabo de acabar e tardado tres dias en trayecto de metro y solo he de decir una cosa: Sensacional.. el libro te enseña una cosa que ya no valoramos y es la inocencia de un niño. Bruno hijo de un comandante nazi no se siente diferente a un niño judio y no entiende por ejemplo porque el se encuentra en tan malas condiciones e incluso le invita a comer a su casa. Me a encantado pero este libro ha conseguido una cosa y por eso doy gracias al mundo entero y esque mi novio de 24 años se ha leido nada mas que un libro en su vida y porfin e conseguido que empieze este se encuentra entusiasmado aunque le entristece la historia aver si lo acaba…

  • vic octubre 10, 2008en8:52 pm

    Mi querido José Luís, cuando uno ha leído gran parte de la obra de Borges y lee comentarios semejantes, lo primero que se le ocurre es que no se está hablando en serio. Que «El niño con el pijama de rayas» seo un libro ameno y entretenido para el lector en general no lo dudo, es más, me atrevería a decir que para un adolescente es extraordinario, pero hay que ser cauto y no hacer ciertas comparaciones. El libro de John Boine no tiene el mismo nivel que las obras de José Luís Borges, que no te quepa la menor duda.
    Ahh! En cuanto a que hay muy buena literatura juvenil no te lo discuto en absoluto. A los 14, 15 y 17 años no leía a Borges, ni siquiera lo conocía. A mi me gustaban la novelas de aventuras y me empapaba de libros de los famosos «clásicos Juveniles» : Verne, Salgari, Dickens, Twain, Cooper, London, D´Amicis, Scott,…

  • anais octubre 13, 2008en10:25 am

    Me sorprende que alguien trate un libro con ése desprecio, puede gustarte o no, sinceramente a mí se me ha gustado y no por ello me considero corta de mente o mil cosas que se oyen por ahi, se supone que es un libro infantil, y buena falta hace que les ahonden un poco en los sentimientos, porque los niños de hoy no saben nada de hitler, ni el holocausto, ni la guerra civil, ni del mismiso Franco (bueno para unos, malo para otros, como pasa con todo) tampoco conocen a Pinochet,,, por lo que un libro que los haga ahondar en ciertos temas tiene que ser facil de leer,,, tambien recalcar que muchas amas de casa no tenemos una cultura muy elevada para poder entender libros con grandes metaforas y adornos superfluos, somos muchas las personas que no podemos entender obras como «crimen y castigo» etc… asi que respeten las obras que puedan llegar a todos los publicos, y si a ustedes no les gustan NO LAS LEAN

  • JOSE octubre 13, 2008en10:36 am

    OPINO LO MISMO QUE ANAIS, NO TODO EL MUNDO ENTENDEMOS A JOSE LUIS BORGES, PUES YO NO SOY CAPAZ DE ENTENDER NADA DE NADA DE LO QUE ESCRIBE, NO TODO EL MUNDO ENTENDEMOS LA TRAVIATA, NI NINGUN TIPO DE OPERA, NI SIQUIERA SOY CAPAZ DE LEER A CAMILO JOSE CELA, POR NO DECIR A ANTONIO GARCIA MARQUEZ, LA LECTURA NO TIENE QUE IR DESTINADA A LAS PERSONAS QUE TIENEN GRANDES CONOCIMIENTOS (O LES GUSTA CREER QUE LOS TIENEN) POSIBLEMENTE MUCHAS DE ESAS PERSONAS SE SORPRENDERIAN DE VER COMO DISFRUTAN CON UNA LECTURA AMENA COMO «LOS CINCO» O INCLUSO UN SIMPLE COMIC DE MORTADELO Y FILEMON, MUCHOS DE NOSOTROS POR NUESTROS PROBLEMAS PERSONALES NO NECESITAMOS UN GRAN LIBRO (O CREEN ELLOS QUE LO ES) PARA PASAR UN BUEN RATO EN EL SOFÁ, MUCHOS NOS CONFORMAMOS CON ALGO QUE SIMPLEMENTE NOS EVADA UN POCO DE NUESTRA VIDA COTIDIANA, NO UN CALLO DE LIBRO QUE NOS DÉ MAS DOLOR DE CABEZA, EN MI CASA MI MUJER LEE MUCHA NOVELA DE JAZMIN ¿Y CUAL ES EL PROBLEMA? LECTURA BASURA, PUES NO, A ELLA LE ENCANTAN, PUES SU RATITO QUE LEE SU NOVELA ELLA SE EVADE, LA DISFRUTA, QUE DE ESO SE TRATA, A MI ME PARECEN HORRIBLES Y OPTO POR NO LEERLAS, LO MISMO CON LOS LIBROS, NO ME GUSTA BORGES Y NO LO LEO, PUES COMO DICE ANAIS, NO TE GUSTA UN LIBRO, NO LO LEAS…PERO NO LO CRITIQUES PUEDES OFENDER A OTRA PERSONA QUE SI HA DISFRUTADO CON ÉL Y NO ES NI MAS TONTA NI MAS LISTA QUE TÚ, SIMPLEMENTE TIENE OTROS GUSTOS

  • fernando octubre 14, 2008en4:02 pm

    Hola a todos, en mi opinión el libro es muy flojo lo lei por que tanto mi abuela como mi abuelo decian que les dabab pena seguir leyendolo por miedo a acabarlo. Y la verdad es que se enfadaron al saber mi postura ante el libro, cierto que es un episodio de la historia muy importante pero me gusto muchisimo mas «El diario de Anna Frank». Lo que pasa esq al gustar a tanta gente y como los lectores decaen tanto ultimamente el nivel de literatura sufre a causa de ello.

    Pero lo que mas injusto me parece es el hehco de que saquen una pelicula basada en esta novela y no de otras muchisimo mejores como podria ser «La llave del abismo» uno de mis libros favoritos ^^.

    Eso si respeto todo lo dicho con anterioridad.

    P.D.:Recalcar mi apoyo a la postura mantenida por el comentarista número 7 yo no comparto su brusquedad pero si que es un tanto malo.

  • vic octubre 16, 2008en11:46 pm

    Estoy de acuerdo con Fernando,»La llave del abismo» sería una mejor adaptación de una novela.
    En cuanto a Anais, pienso que no debe poner a las muchas personas en su lugar para decir que no puede entender «Crimen y castigo». ¿ Ha empezado a leerlo alguna vez? Auster lo leyó a los 13 años, y gracias a él, no dejó de leer nunca más. Yo, que lo leí años más tarde tambien tuve un sentimiento parecido…No sé…quizá no entienda algunas cosas.

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