Dioniso Cañas. ¿Puede un computador escribir un poema de amor?

septiembre 3, 2021

Dioniso Cañas, Puede un computador escribir un poema de amor
Devenir, 2010. 264 páginas.

Diferentes ensayos sobre la idea central de la creación digital y, en concreto, la posibilidad de que un computador pueda a llegar a escribir un poema de amor capaz de conmovernos. Hay una aproximación literaria por parte de Dionisio, en el que se analiza qué es lo que podemos entender por un poema de amor y diferentes tipos de poesía automática. Carlos aporta su experiencia como programador de diferentes programas que generan poesía automática (Wasp).

Se añaden también un artículo de Pablo Gervás sobre la poética en los videojuegos, algo que suele ser desconocido. Hay muchos juegos independientes cuyo eje central es que el usuario tenga una experiencia emocional y no se limite a masacrar enemigos. También se incluye una conversación con Luis Antonio de Villena que se declara tecnófobo.

Un libro que está muy bien como estado de la cuestión aunque en 10 años ha envejecido un poco; la inteligencia artificial está dando pasos de gigantes en la generación de lenguaje natural. Actualmente hay programas conversacionales capaces de hablar para establecer citas y las habilidades de GPT-3 son capaces de causar miedo.

Muy recomendable.

¿PUEDE UN COMPUTADOR ESCRIBIR UN POEMA DE AMOR?
Espronceda, Carolina Coronado y el romántico tardío Bécquer se sumergen en estados poéticos amorosos exaltantes y desesperantes a la vez, creando una cantidad de tópicos y estereotipos dentro de la poesía amorosa que perviven hoy.
Ya metidos en pleno siglo veinte, podríamos decir también que la actitud confesional del poema amoroso prevalece y los estereotipos, aunque, claro está, siempre enriquecidos con nuevas circunstancias socio-históricas. Así, por dar un ejemplo que ha tenido mucho éxito en el mundo entero, el libro Veinte poemas de amor y una canción desesperada, del poeta chileno Pablo Neruda, es una buena muestra de que la poesía amorosa no ha evolucionado mucho, en cuanto los temas tratados. En España, la “nueva senti-mentalidad” de Luis García Montero, a finales del siglo veinte, vino a ser (y sigue siendo), una prolongación del impulso romántico pero con un lenguaje y unos temas de la época del autor.
Si echamos un vistazo a un campo más amplio de lo que también se puede denominar como poesía, la canción popular, podríamos decir lo mismo: desde la lírica arcaica griega hasta las últimas letras de hip-hop, el amor sigue siendo un tema que vende.
La identidad prestada
Ahora bien, ¿qué pasaría si se publicaran miles de poemas (algunos de amor) generados por un computador? Es lo que ha sucedido recientemente en los Estados Unidos con el libro que han publicado Stephen McLaughlin y Jim Carpenter con más de 3.700 poemas totalmente generados por un computador, Issue 1 (2008). Cada poema va firmado por un nombre ficticio. Se puede descargar el libro entero en http://arsonism.org/issuel/Issue-l_Fall-2008.pdf.
Transcribo ahora uno de esos textos generados automáticamente por un ordenador (la traducción al español es mía):
OF WHITE
More unaware than a memorándum
Left and center
To fall
His natural precisión
Having beyond a morsel
His fierce despair
More whole than an outline
Bad and unregretting
Water
Bitterness
A white gesture
A blistering brother
A high-risk feature
An eloqüent bit
His hot white
Her imperceptible white
Alan May

[DEL BLANCO
Más inconsciente que un memorándum / Izquierda y centro / Para caer / Su precisión natural / Que tenía más allá de un mordisco / Su desesperación feroz / Más entero que un esquema / Malo y sin remordimiento / Agua / Amargura / Un gesto blanco / Un hermano abrasador / Un mordisco elocuente / El caliente blanco de él / El imperceptible blanco de ella]
Uno de los autores de esta antología de poemas generados por en un computador, Jim Carter, posee su propia página web donde uno puede componer poemas con su programa “Erika” (el programa fue descontinuado en el año 2009). Era sin duda impresionante lo que se podía hacer con dicho programa. Yo intenté crear varios poemas de amor y los resultados no fueron nada desdeñables, pero, claro está, no “oía” en estos poemas mi voz propia, lo cual resulta normal. Otro asunto es si expusiera los resultados de mis experimentos como firmados por mí para que un lector, sin saber que eran escritos por un ordenador, los leyera como míos. A fin de cuentas, si amar es “vivir en los pronombres”, ¿qué más da que esos pronombres, “yo”, “tú”, sean producidos por un computador? Si prestamos nuestra identidad humana a un poema hecho por un computador, el lector caerá en la trampa emocional que le hemos tendido.

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