Berto Romero, Oriol Jara, Roger Rubio y Rafael Barceló. Padre, el último mono.

febrero 12, 2014

Berto Romero et al, Padre, el último mono
Planeta, 2013. 220 páginas.

Nuetsra generación ha tenido una adolescencia muy larga. Tanto que para cuando nos hemos animado a ser padres hemos perdido toda perspectiva: no estamos preparados para lo que se nos viene encima. Y adelanto: es gordo.

Por suerte hay gente dispuesta a compartir su experiencia y darnos una serie de buenos consejos con mucho humor. Olvídense de Padres hoy y lean este libro. Aprenderán lo mismo pero se divertirán más. ¡Ojo! Orientado exclusivamente a los padres; las madres pueden fiarse de su instinto (sea lo que sea eso). Pero los padres, desastres absolutos a la hora de cambiar pañales y alimentar a la prole, encontrarán más de un truco que les sacará de apuros.

Incluye ilustraciones sobre el uso correcto e incorrecto de los infantes. Y aunque todo esté dicho en tono de broma, les aseguro que lo que se cuenta es totalmente correcto. Sólo he encontrado una reseña: Padre, el último mono . Regalo ideal para padres primerizos.

Calificación: Bueno.

Extracto:
Feliz bajo el camión

Lo que le voy a revelar en los próximos párrafos es uno de los secretos más importantes de nuestra civilización. De su conservación depende la supervivencia de nuestra raza: los primeros días después de haber tenido un hijo, su vida, con toda probabilidad, se convertirá en un infierno.
Calma. Luego lo olvidará, y llegará un día en que hasta le parecerá entrañable. Pero prepárese para ser arrollado por un camión. Nadie se lo habrá explicado con claridad, pero entenderá que esta parte del proceso es lo que subyace bajo la enigmática frase «Te va a cambiar la vida». La ha oído cientos de veces. Todos los padres se la soltaban, acompañándola con una risilla misteriosa y una mirada al infinito. La risilla era de malo de película de 007 y la mirada era la de las 500 yardas, la que traían los veteranos de Vietnam.
No había mala fe en la ocultación. Instintivamente todos protegemos la perpetuación de la especie no publicitando especialmente el tramo pedregoso del camino. No era de buen gusto comentárselo en pleno proceso de la gestación, se les veía tan felices… Y contado pierde: hay que vivirlo.

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