Peter Bagge. Fire.
Cómic / abril 30, 2018

La Cúpula, 2017. Me está gustando esta nueva vertiente de Bagge, dibujando biografías de mujeres rebeldes, adelantadas a su tiempo y con personalidad propia. En este caso nos cuenta la historia de Zora Neale Hurston, folclorista negra, escritora, dramaturga y, sobre todo, con una personalidad como el fuego del título. Teniendo que superar dos barreras, la de la raza y la del género, consiguió ir a la universidad, investigar, vivir en Nueva York, ser admitida por un mago como aprendiz, representar obras de teatro, crear una revista efímera y publicar muchos libros. Una delicia.

Jeff Lemire. Black Hammer.
Cómic / abril 27, 2018

Ayer mi madre, que ejerce de cuenta cuentos, le preguntó a mi hija si el cuento que le había pasado su profesora le parecía bueno. Era una historia de un hombre de agua sin mucho fundamento. La crítica de mi hija fue como sigue: ‘Al principio empieza como muchos otros cuentos de un monstruo al que nadie quiere. Que ya está muy visto, pero bueno, otro cuento más típico. Pero el final no tiene sentido’. Parecido me he sentido yo leyendo este cómic. Una pandilla de superhéroes que recuerdan a otros -no se ocultan las referencias- atrapados tras una lucha en un pueblo perdido. Se centra en la vida cotidiana y conflictos internos ¿Les suena? A mí demasiado. Creo que para revitalizar un género no basta con poner algún que otro conflicto y a correr. Pero debo ser el único, porque ha gustado mucho. Yo no digo que esté mal, sólo que es otro cuento típico. Y ya hay muchos.

Jorge García y Fidel Martínez. Cuerda de presas.
Cómic / abril 26, 2018

Astiberri, 2005. 96 páginas. Tras la guerra civil comenzaron las represalias. No hubo ni perdón ni misericordia. Miles de personas fueron encarceladas y ejecutadas, otras fueron sobreviviendo como pudieron. Las mujeres, como suele ser habitual, sufrieron más que le resto. Una serie de historias encadenadas nos van mostrando las diferentes cárceles de esa España negra, donde las condiciones inhumanas fueron desgastando a las perdedoras de una guerra monstruosa. Pero algunas resistieron, vinieron de la nada y se mantuvieron en pie. Historias que debemos recordar siempre. Un libro imprescindible.

José Carlos Somoza. Dafne desvanecida.
Novela / abril 25, 2018

Destino, 2000. 238 páginas. El escritor Juan Cabo ha sufrido un accidente y ha despertado amnésico. Un párrafo escrito por él que comienza ‘Me he enamorado de una mujer desconocida’ le lanza a la búsqueda de de esa mujer. Por el camino se encontrará con un detective especialista en escritores, una modelo que trabaja como musa, un restaurante donde la gente escribe, poetas olvidados y el todo poderoso editor ciego Salmerón. Novela de intriga alrededor de la escritura con la suficiente dosis de puzzle para hacerla entretenida y con un interesante giro final. Pero quizás no está a la altura de otras obras del autor. Para pasar el rato. En un momento dado sucedió algo. Cauno dejó de responder a mis comentarios, ella dejó de escribirlos. El diálogo me exceptuó y prosiguió entre ambos. Era como si yo no existiera, como si yo no estuviera ya en la habitación. Lo único que podía hacer era inclinarme y leer. -¿Quieres matarme, vieja tonta? -dijo Braulio. -No, no quiero, Braulio -dije. -No quieres pero sí quiero, no quiero pero sí quieres: porque yo hablo cuando tú hablas y tú hablas cuando yo hablo. -Sí, Braulio -dije. -¿A qué disimular, vieja estúpida? ¡Estos…

Sergi Bellver. Variaciones sobre Budapest.
Ensayo / abril 24, 2018

La línea del horizonte, 2017. 124 páginas. No soy amigo de los libros de viaje, pero este de mi amigo Sergi no lo es. A medio camino entre las descripciones del lugar y la introspección, entre la guía y el dietario, es un poquito más que ambos. El autor no sólo se pasea por las calles de Budapest y nos hace vivir su ambiente particular, también -y esto es de agradecer- nos cuenta el tono emocional que siente en sus recorridos. Leemos pues, no por descubrir un paisaje, sino por el placer del texto. Muy bueno. El pudor que a menudo me asalta para no contarlo todo en mis diarios o en mis crónicas de viaje desaparece en la ficción, en la que callo lo que no aporta pero, de algún modo, intento condensar todo el material humano posible para destilar el sentido de sus historias. Las que fluyen por debajo del fragor de la historia y gotean en una novela, a modo de resurrección de la vida privada de los muertos y quién sabe si para salvar a los vivos del olvido. La idea me ronda mientras, cerca del Parlamento, me siento de nuevo —año y medio después, todavía…