Santiago Camacho. Las cloacas del imperio.
Ensayo / octubre 22, 2011

Que todos los gobiernos tienen cloacas, es algo que se adivina. Que las de EEUU tienen que ser gigantescas y deben oler muy mal, puede darse por supuesto. Que en este libro no van a averiguarlo, también. Aquí conviven verdades, medias verdades y mentiras. Cuenta el hundimiento del Maine, que hoy se sabe fue un accidente y que fue utilizado como excusa para entrar en la guerra de Cuba. Verdad. Cuenta como la CIA traficó con drogas y cita a un periodista (Gary Webb) cuyo trabajo fue importante y reconocido. Pero también afirma que la CIA utilizó el crack para debilitar a las comunidades negras, lo que es dudoso. No porque la CIA no sea capaz, sino porque la plaga de la droga no necesita patrocinadores. También he escuchado en Euskadi que la policía introdujo la heroína entre los jóvenes vascos para quitarles espíritu de lucha. Mucho suponer es eso. Y cuenta cosas sobre el HAARP, y todo mentiras conspiranoicas de la peor calaña. Como bien dicen en Amazing.es (¿Por qué el proyecto HAARP es tan atractivo para los magufos?): ¿Cómo pueden entonces los malvados científicos dirigir a su antojo los huracanes y provocar terremotos en cualquier parte del mundo…