Ana María Matute. Olvidado Rey Gudú.

octubre 15, 2007

Espasa Calpe, 1998. 869 páginas.

Ana María Matute, Olvidado Rey Gudú
Experimento desafortunado

Creo recordar que este libro lo leí cuando todavía estaba en la universidad. Como amante de la ciencia ficción y -en ocasiones- de la fantasía tenía ganas de echarle un vistazo. Mi impresión en aquella época no fue mala.

El Reino de Olar no es paradisíaco. Olvidado en las fronteras debe sufrir los acosos de saqueadores de las estepas y luchar con el próspero reino del sur. Al Norte se encuentra la selva y al oeste los fiordos. Para reinar en ese territorio hay que tener un temple especial. Como el que tienen los hijos de Olar, creador de una estirpe de reyes.

En la contraportada afirman que Esta novela es, sin duda, la obra maestra de Ana María Matute ¡Qué van a decir! Yo los detendría por publicidad engañosa. En cualquier cuento de Algunos muchachos hay más calidad que en las más de ochocientas páginas de este libro. Me ha parecido peor que cuando la leí por primera vez, así que o me he vuelto más exigente, o es que no recordaba bien.

Dentro de la fantasía hay obras mejores, y dentro del amplio campo de la literatura no digamos. Bastante floja y en algunos momentos aburrida.

Escuchando: El Tren. Leño.


Extracto:[-]

Pero los inviernos, y los hielos y deshielos, y el brotar de la hierba, cayeron aún sobre el Torreón con silencio y ausencia. Tiempo sobre tiempo, el Torreón creció algo, ensanchó la granja y algún pequeño barón fue sometido definitivamente. La nueva vida de Sikrosio fue tomando, poco a poco, el viejo color de la de su padre. Olvidó aquel amanecer, aquella noche en que oyó el restallar del látigo en las orillas del Oser, y el piar de los tordos, inexistentes amigos. O pareció que lo olvidaba.

El Conde Olar era ya viejo, pero no era, ni lo fue jamás, un viejo como los demás. Sikrosio llegó a entenderlo, por fin, y colocó de nuevo a su padre en su pedestal, hasta el día de su muerte.

Y llegó el día en que, de nuevo, el Abad de los Abundios entregó al Conde un pergamino con el sello que ya Sikrosio identificaba: era el mismo emblema que lucía en su dedo índice, grabado en anillo de oro, el Príncipe Bastardo.

El Conde Olar era hombre adusto, poco dado a efusiones de ningún género, sin otra explosión de sentimientos visible que el restallar

de su látigo. Pero tenía una especial costumbre: en las raras ocasiones en que un gozo intenso desbordaba sus espesos muros de contención, solía golpearse la cabeza con los puños de tal forma, que si no se hubiera tratado de su propia morra, todos hubieran creído que intentaba reducirla a bien poca cosa. Así, aquel día, se propinó toda suerte de puñetazos capaces de dar fin a testas más jóvenes o aparentemente más robustas. Después, bebió en abundancia, más que de costumbre —en esto nunca fue moderado—. Lo hizo rodeado de sus caballeros, de sus vasallos y del primogénito Sikrosio —recién investido caballero—. Luego partió hacia Occidente, con nutrida escolta, lo mejor trajeado que le fue posible.

Sikrosio le acompañó hasta el borde de la tundra. Como clavado en el suelo, la cabeza alzada y los ojos ansiosos, le vio marchar, hasta que desapareció el último de sus hombres. Luego, un viento furioso lanzó aquel misterioso polvo gris sobre él y, cuando lo sacudió de su traje y montura, le pareció que una lluvia de ceniza intentaba sepultarle. Volvió grupas y galopó, desazonado, durante todo el día. Al anochecer, a su vez, bebió mucha cerveza: porque aquella ceniza se había pegado a su paladar y no parecía barrarse fácilmente. No obstante, una intensa alegría le llenaba, y su risa rodó como un trueno por las orillas del Oser, estremeciendo a quien halló en su camino.

17 comentarios

  • M.C.Mendoza octubre 15, 2007en7:45 pm

    Estoy de acuerdo contigo. Lo leí hace años y se me hizo pesado. Tenía partes muy buenas, o que me gustaron mucho, pero otras que eran exasperantes. En conjunto se quedó en un aprobado sin más. Lo vi demasiado extenso para lo que cuenta, y muy desperdigado. Lo que sí hay que concederle es una excelente prosa, eso no se puede negar. Quizás lo que falla es el ritmo…

  • ericz octubre 15, 2007en9:33 pm

    Palimp, que exigente 🙂

  • Magapola octubre 16, 2007en1:03 pm

    A mí me marcó ese libro, toda su mitología, toda su magia, sus hitorias, sus personajes. También me lo leí en la universidad. No sé si es su mejor libro, pero es un gran libro.

  • Palimp octubre 17, 2007en9:11 am

    Tiene buena prosa, pero los personajes no tienen muchas dimensiones.

    ericz, todo se pega 🙂

    Magapola, creo que no es su mejor libro, pero como suelo decir hay tantos libros como lectores.

  • Al octubre 19, 2007en12:38 am

    Me pasó exactamente lo mismo con Olvidado rey Gudú. Es un libro flojito dentro de la producción de Ana María Matute. Puede que en la fantasía española sea un gran libro, pero ya se sabe: en el país de los ciegos, un tuerto es el rey.
    Eso sí, da la impresión de que la autora se lo pasó bomba escribiendo. Lo disfrutó. Lo vivió incluso.

    Y eso es muy de agradecer.

  • Palimp octubre 19, 2007en5:50 pm

    Hombre, es raro que una autora ‘consagrada’ tenga la idea de escribir en un género dentro de otro género como es la fantasía. Pero tuvo buen ojo: vendió mucho y luego la han imitado hasta la saciedad.

  • Zumaque abril 7, 2008en5:54 pm

    Acabo de terminarlo. Me quedé con la idea de que el libro podía haber sido excelente de veras si le hubieran metido una buena corrección. Tal parece que pasó de la máquina de escribir de Matute directamente a las prensas. No sólo hay erratas, sino descuidos, barullos, palabras mal utilizadas, frases directamente incomprensibles… Un buen corrector de estilo lo habría pulido muchísimo. Escribo esto no como crítica a la autora, sino a la editorial que lo publicó por primera vez. ¡Cómo se echan en falta esos editores del mundo anglosajón!

    (Mi primer comentario, pero leo este blog de cuando en cuando y me gusta mucho.)

  • Palimp abril 8, 2008en9:16 am

    Gracias por el comentario y por las visitas. Puede ser que sea como dices y que el libro hubiera ganado. Pero creo que también tiene algún defecto estructural que no sé a que es debido.

  • Chitón agosto 9, 2008en9:22 am

    Bueno, he de decir que yo tomé este libro sin mucho ánimo, de hecho el principio era algo lento pero… ¡Vaya! Puedo decir que hay cosas en las que se pierde, pero lo escencial me impactó tanto… los personajes fueron perfectamente bien delimitados y queda simplemente decir que es mi libro favorito.
    Su defecto podría caer en que pierde al protagonista mucho, según el tiempod e la narración… su tercera persona se divide.

  • karuna mayo 26, 2009en10:21 am

    Yo estoy leyendo ahora ‘Paraíso Inhabitado’, de la misma escritora, y lo recomiendo encarecidamente, me está sorprendiendo la verdad. Y no creo que tarde en volver a leer algo de ella, como éste que comentáis…

  • Palimp mayo 26, 2009en11:43 am

    Es buena ¿verdad? Por eso este libro me supo a poco.

  • Eusantis mayo 8, 2011en12:09 am

    Palimp dijo aquí que o bien se había vuelto más exigente, o bien no recordaba bien. Pues bien, mi una cosa ni la otra, aunque la segunda tiene que ver con la verdad. Palimp olvidó que una vez tuvo dentro de sí un espíritu inquieto. Palimp enfermó de adultez. Por eso este cuento ya no le gustó como antes.

  • Palimp mayo 8, 2011en9:10 pm

    Eusantis, pudiera ser. Todo es posible. Pero el mismo Palimp que según usted enfermó de adultez, disfrutó como cuando era un niño al releer, tampoco hace mucho, la historia interminable. Así que quizás -sólo quizás- el problema no resida en las enfermedades de Palimp, sino en otro sitio.

  • noelia agosto 15, 2011en10:16 pm

    es el mejor libro que he leido nunca imposible cerrar el libro hasta el final, la realidad que Ana Maria describe es extraordinaria ,pude entender ese periodo de la historia perfectamente. love it

  • alcasan febrero 14, 2012en10:04 pm

    La calidad literaria es excelente. Magnífica prosa como se ha comentado. ¿Aburrido? Algo a veces, con cierto desorden a mi juicio pero desbordante de imaginación: personajes como Tontina,el príncipe Once o el príncipe Predilecto son, sin duda, ricos en matices e inolvidables. Tengo entendido que la autora interrumpió el libro por una depresión grave y lo terminó cuando salió de ella. En resumen, Literatura con mayúsculas de una autora que poco tenía ya que demostrar, aunque resulte algo pesado a veces.
    Un saludo.

  • Joaquín junio 25, 2014en8:03 pm

    Es una obra maestra abrumadora. Superior a cualquier otra cosa que haya leído de género fantástico (para adultos)incluidos a los -mejor promocionados que escritos- libros anglosajones. Es una historia del tiempo y sus criaturas, una historia de las emociones y ambiciones humanas. Prácticamente resume en 800 páginas la historia de la humanidad (desde una perspectiva moral, no científica, claro). Es cierto que no es una lectura fácil y hay que haber leído mucho y de mucha calidad para entenderlo, pero las críticas al ritmo, estructura y personajes no son correctas. Simplemente es un libro escrito en torno a parámetros y lecturas menos convencionales, a las que no estamos tan habituados. Por ejemplo, fiajos mientras leéis en las emociones que van desarrollando los personajes, en cómo se relacionan entre sí y en cómo la propia historia del reino (la historia que importa, que la autora nos quiere contar y cuyo ritmo NO decae jamás)se estructura conjuntamente con ellas. ¡Es maravilloso! Tal vez no les guste a los que esperan un Señor de los Anillos, pero les encantará a los que busquen algo más.

  • Carlos junio 26, 2014en5:34 pm

    Para mí, una de las mejores novelas de las últimas décadas. Pero como siempre, los prejuicios hacia el género fantástico hacen que mucha gente no reconozca la inmensa calidad de esta obra. Y por otro lado, hay quien se acerca a este libro pensando que se va a encontrar con una obra como las de Tolkien o Martin, y queda muy decepcionado, evidentemente. Los cuentos de Andersen, Perrault o los hermanos Grimm también son fantasía, y de la buena, y de ellos es de los que bebe «Olvidado rey Gudú». Es un cuento de hadas muy largo, pero bellísimo; una metáfora del mundo y la vida. Siempre recordaré a Ardid, el trasgo, Sikrosio, Predilecto…

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