Javier Avilés. Constatación brutal del presente.
Novela / enero 27, 2011

Voy por la página 70. Sí, es brutal. Seguiremos informando. Si no se puede narrar se puede narrar cómo no se puede narrar, y esto también es mentira. No narrar es narrar, no escribir es escribir cuando se es consciente de la negativa a escribir. Así que escribo y me resisto a ello, lo envuelvo todo en una bruma onírica y siniestra que me distancie del texto. Yo no soy quien escribe, yo escribo que me observo escribiendo. Todo es como en Marienbad. ¿Cuándo? El año pasado, cuando decía que «me acerqué a ti, pero me detuve cerca y te miré. Entonces te volviste hacia mí, aunque parecía que no me vieras. Te miré, y no hiciste nada. «Pareces tan viva», dije. Sonreiste». No yo, claro, pero sí esa voz que es la Voz y es la narración. El aedo de las pesadillas.