Samanta Schweblin. Distancia de rescate.

junio 8, 2017

Samanta Schweblin, Distancia de rescate
Penguin Random House, 2015. 124 páginas.

Primera novela que leo de esta autora que ya me había seducido con sus cuentos. Una conversación fantasmagórica entre dos personas que giran alrededor de sucesos que condujeron a un inevitable desastre, que rompieron la distancia de rescate entre una madre y su hija.

Lo mejor la arquitectura de la obra, con esas dos voces dando vueltas en un espacio alucinado, ofreciendo la información justa. Después, el lenguaje, que contribuye al ambiente hipnótico del texto. Por último la historia, la desgracia de una madre ante la enfermedad de un hijo.

Muy recomendable.


¿Y entonces?
El rodete de Carla se mueve un poco detrás del asiento, como si mirara hacia los lados.
¿Qué más? ¿Qué más pasa en ese mismísimo momento? Cambio el peso de mi cuerpo de una pierna a la otra.
¿Por qué?
Porque me alivia, porque últimamente siento que mantenerme en pie implica un gran esfuerzo. Se lo dije una vez a mi marido, y él dijo que quizá estaba un poco deprimida, eso fue antes de que Nina naciera. Ahora el sentimiento es el mismo, pero ya no es lo más importante. Solo estoy un poco cansada, eso me digo, y a veces me asusta pensar que los problemas de todos los días puedan ser para mí un poco más terribles que para el resto de la gente.
¿Y qué pasa después?
Nina se acerca y me abraza las piernas. —¿Qué pasa, mamá? —Shhh.
Me suelta y se apoya también contra el mosquitero. Entonces la puerta del coche se abre. Carla saca una pierna y luego la otra. Nina me da la mano. Carla se incorpora, agarra su cartera y se acomoda la bikini. Temo que se vuelva hacia acá y nos des-
cubra, pero no lo hace, ni siquiera cruza el jardín para levantar sus ojotas, camina directamente hacia el portón con la cartera bajo el brazo. Derecha y en línea recta, como si llevara un vestido largo que exigiera gran concentración al caminar. Solo cuando tu madre llega a la calle y se pierde detrás de la ligustrina, Nina me suelta. ¿Dónde está Nina ahora, David? Necesito saberlo.
Contame más sobre la distancia de rescate.
Varía con las circunstancias. Por ejemplo, las primeras horas que pasamos en la casa quería tener a Nina siempre cerca. Necesitaba saber cuántas salidas había, detectar las zonas del piso más astilladas, confirmar si el crujido de la escalera significaba algún peligro. Le señalé estos puntos a Nina, que no es miedosa pero sí obediente, y al segundo día el hilo invisible que nos une se estiraba otra vez, presente pero permisivo, dándonos de a ratos cierta independencia. Entonces, ¿la distancia de rescate sí es importante?
Muy importante.

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