Alfaqueque ediciones, 2011. 94 páginas. Diana es una periodista que ha tenido que dejar Madrid para trabajar en un pueblo costero. La visita a un antiguo amigo que sufrió un accidente pondrá en marcha el mecanismo de los recuerdos, de su adolescencia con Óscar y Rebeca, de sus escarceos con Miguel y le hará plantearse el rumbo de su vida. No he conseguido entrar en el libro. Ni su lenguaje, bastante plano e insulso, ni sus personajes e hsitorias, que me han dejado bastante indiferente, ni la vida de la protagonista de la que evitaré comentarios porque parece un trasunto de la autora. Lo he acabado porque es corto, porque si no a las 40 páginas lo hubiera abandonado y eso que no suelo hacerlo. Posiblemente tenga su público, pero desde luego no soy yo. La definen como intimista, pero si tu intimidad es tan aburrida no hace falta que la cuentes. Sólo he encontrado dos reseñas con un entusiasmo que no comparto ni de lejos: Los patos de Central Park, Marina Fernández Bielsa y Mis críticas: Los patos de Central Park. Yo lo tomé en préstamo de la biblioteca, pero si lo llego a comprar pido que me devuelvan…