Andreu Martín. Fantasmes quotidians (Històries espantoses)
Cuentos / mayo 13, 2005

Planeta, 1996. 189 páginas. En cuestión de grandes superficies soy más de Fnac que de Corte Inglés, aunque el interés aparente de la primera por la cultura sea sólo una estrategia de marketing más. Pero de vez en cuando me doy un paseo por el Corte Inglés, porque tienen algo que el Fnac no: Libros de saldo (lo sé, parezco un obsesivo del tema, pero compréndalo, todavía no soy millonario). Allí encontré este libro de A. Martín por el irrisorio precio de un euro. Conozco al autor por mi afición a la novela negra, en el que Andreu es un excelente representante. Esta incursión en el terreno del terror se debe a un par de encargos. El resultado es digno de leerse. El primero, ‘Deixeu que els caimans vinguin amb mi’ sigue moviéndose en el terreno de la novela negra. El dueño de un bar ‘temático’ dedicado a los asesinatos en serie nos contará la historia de Ronnie Corona, cuya vida cambiará al casarse con una mujer que parece ser hechicera. El segundo, ambientado en la Barcelona de finales del XIX, ‘Ànima en pena’, cuenta la historia de Lluís Bardina, que cree haber descubierto a un horrible espíritu que se…

[*] Juan Benet. Saúl ante Samuel.
Novela / mayo 3, 2005

Editorial Planeta, 2000. Tercera Edición. Ed. Original, 1992. 298 páginas. P’abernos matao Por fin acabo este libráncano que un poco más y es él el que acaba conmigo. Claro, uno es un chulanga y se lanza a la lectura con la alegre inconsciencia de los ignorantes, como un excursionista de alpargata que emprende un descenso de un barranco sin otra ayuda que su imprudencia. Y así te encuentras de repente con un peazo libro de los que hacen punto y aparte, que necesita ser degustado poquito a poco y no devorado con avidez. Yo me considero un lector rápido, pero en terreno llano. Leer este libro es como adentrarse en un laberinto de espejos en el que hay que tener un cuidado y una paciencia exquisitas para ver por donde se va, y en el que te puedes perder a la que des un paso en falso. Es necesario, pues, armarse de paciencia y, con mucho cuidado, ir saboreando la amalgama de sabores que el autor nos va presentando. Como ya he dicho en mi declaración de intenciones, no pretendo hacer criticas sesudas ni profundizar excesivamente en las reseñas; al fin y al cabo, esto es una bitácora, no una…