Cátedra, 2010. 194 páginas. Incluye los siguientes relatos: Nadie encendÃa las lámparas El Balcón El acomodador Menos Julia La mujer parecida a mà Mi primer concierto El comedor oscuro El corazón verde Muebles «El Canario» Las dos historias Y yo jurarÃa que habÃa leÃdo alguna antologÃa del autor no hace mucho pero no encuentro ninguna referencia. El primer cuento Nadie encendÃa las lámparas ya lo habÃa leÃdo. Cuentos que se mueven en una atmósfera irreal que me ha recordado a algunas tramas de Aira. Las cosas toman derroteros extraños y a la vez verosÃmiles, pero inconfundiblemente onÃricos. La verdad es que me ha gustado más de lo que recordaba. Mi preferido ha sido El balcón, con un ambiente asfixiante y un desenlace a la vez cómico y trágico. El sabor de boca que me ha dejado es excelente. Muy recomendable. Los ruidos del ómnibus y las cosas que veÃa, me distraÃan; pero de cuando en cuando no tenÃa más remedio que pensar en el túnel. Cuando mi amigo y yo llegamos a la quinta, Alejandro y las muchachas estaban empujando un portón de ¡hierro. Las hojas de los grandes árboles habÃan caÃdo encima de los arbustos y los habÃan dejado…
Cátedra, 2011. 1016 páginas. Monumental libro que, destornillador en mano, se dedica a desguazar el taller literario del siglo XX, analizando cómo los novelistas se dedicaron, del Ulyses en adelante, a destrozar la tradición narrativa del XIX incorporando cada vez más recursos inimaginables. La primera parte son artÃculos que analizan una obra (el Ulyses, La metamorfosis, El loro de Flaubert…) poniendo al descubierto sus estrategias estructurales y sus saltos al vacÃo. COn precedencia de muchas citas adecuadas a cada caso y acompañadas de numerosos pies de página que sirven para apuntalar el texto y como disgresión narrativa. La segunda parte es una selección de textos que o bien hablan del oficio de escribir o representan ejemplos de los temas tratados en el libro, todos de una calidad excelente. Cumple el libro tres funciones: nos enseña a leer, iluminando los textos que analiza orientando y explicando la originalidad de los mismos. Nos enseña a escribir, pues nos revela un arsenal de herramientas que podemos utilizar o subvertir. Y nos da un catálogo de textos a los que ir a beber en busca de una nueva tradición que apreciar y desguazar. Muy recomendable. En más de un sentido podrÃa afirmarse, pues, que…
Cátedra, 2005. 1630 páginas. Miguel Mihura escribió, en 1932, la comedia Tres sombreros de copa, que fue una renovación del género teatral y que se considera una muestra de lo que más tarde serÃa el teatro del absurdo. Fue una obra admirada por, entre otros, Ionesco. Pero el propio autor renegó del estilo y de las vanguardias teatrales. Algo asà como si Picasso, después de pintar Las señoritas de Avinyó, se hubiera dedicado al retrato y los paisajes. Algunas de sus obras siguientes incorporan momentos de ese humor absurdo marca del autor y que popularizó en La codorniz. Para la actriz Maritza Caballero escribe en 1959 la obra Maribel y la extraña familia donde consigue construir una comedia con un trasfondo tierno y trágico que eleva su calidad por encima del mero producto. La transformación de Maribel, los elementos extraños que aportan el humor absurdo y un cierto halo de misterio, conforman una excelente obra de teatro. En el prólogo el autor afirma que el germen de la historia está en una anécdota personal. Se dirigÃa a su piso con una golfita (sic) cuando ésta le preguntó ‘¿Vives solo?’ y Mihura, con su retranca le contestó ‘No, vivo con mi…
Cátedra, 1991. 584 páginas. El joven pintor Silvio Lago llega a España con la intención de hacerse un nombre en el mundo del arte. Tras trasladarse a Madrid empezará a tener un nombre en los cÃrculos de la buena sociedad, que enseguida le realizan encargos. Pero para él no es suficiente, él busca el Arte con mayúsculas, algo que vaya más allá de sus retratos al pastel. Tras una serie de aventuras amorosas viajará a ParÃs en busca de mejores horizontes. No es la novela que más me ha gustado de doña Emilia. Abunda en opiniones acerca de pintores del momento (y clásicos, hay un largo viaje del pintor por las capitales europeas evaluando las joyas de los diferentes museos). Estas opiniones son de la autora, y aunque resultan muy interesantes desde un punto de vista histórico, narrativamente lastran la narración demasiado. Pese a esto la autora sigue brillando en descripción de personajes, muestra de ideas y conflictos amorosos. Además se trata de una novela en clave. El protagonista es un trasunto de JoaquÃn Vaamonde, y Minia Dumbria, protectora del pintor, es la propia Emilia Pardo Bazán. Todo esto y algunas identificaciones más se explican muy bien en el prólogo,…
Cátedra, 1981. 168 páginas. A pesar del éxito del que disfrutó en su momento la posteridad no se ha portado muy bien con Carlos Arniches. Con razón, creo yo, porque es un autor algo menor, con una visión del mundo un tanto reaccionaria y cuya prosa no ha envejecido tan bien como las de otros contemporáneos suyos. Pero eso no es razón para negarle reconocimiento: tenÃa un ojo excelente para el retrato, se ocupó de describir unas clases bajas a las que poca gente hacÃa caso y tenÃa un verdadero talento para los juegos de palabras -algo que ahora ha jugado en su contra. Los sainetes que aquà se recogen son de una calidad excelente. Valle-Inclán decÃa que era uno de sus autores preferidos y en estas páginas se puede detectar que hubo influencia, aunque la prosa de don Ramón pertenece a una esfera muy diferente. Pero Arniches en ocasiones también roza la perfección, el parnaso de las obras merecedoras de ser recordadas. Valga como ejemplo La pareja cientÃfica, del que dejo un fragmento y que es para quitarse el sombrero. Muy bueno. El Sardina.—Hombre, ésas son cosas de la juventud. Seña Angustias.—Cosas de cafres… Si tuvÃás tú un hijo…