Huberto Marraud. Es lógic@.

diciembre 11, 2020

Huberto Marraud, Es lógica
Cátedra, 2013. 290 páginas.

Pensaba encontrarme un libro de ensayo sobre lógica y lo que hay es un excelente manual de estudio sobre argumentación pegada a tierra, con ejemplos concretos extraídos de medios de comunicación. Cada capítulo incorpora un vocabulario, una serie de ejercicios y sus soluciones.

Básicamente es un libro de texto y pensaba que se me haría aburridísimo, pero ha sido lo contrario. Ignoro para qué asignatura se utilizará, pero si es con estos mimbres me gustaría asistir.

Muy recomendable.

En la medida en que dar razones sea una actividad lingüística, también lo será argumentar. Se habla a veces de argumentos visuales: argumentos transmitidos total o parcialmente por medio de imágenes. Pero incluso quienes aceptan la existencia de argumentos visuales suelen conceder que la argumentación es principalmente una actividad lingüística.

Aunque argumentar, inferir e implicar son cosas distintas el término «lógica» puede referirse a una teoría de la argumentación, a una teoría de la inferencia o a una teoría de la implicación. Argumentar es una práctica comunicativa que tiene una dimensión social de la que carecen implicar e inferir. La implicación, por su parte, es una relación entre proposiciones: si una proposición es implicada por otra, entonces la verdad de esta se sigue necesariamente de la verdad de aquella. En contra de lo que pudiera parecer, que una proposición p implique una proposición q no es ni una condición necesaria ni una condición suficiente para que p sea una razón para q. El Ayuntamiento prevé vender más de 120 plazas de garaje implica El Ayuntamiento prevé vender algunas plazas de garaje; sin embargo, no diríamos que lo primero sea una razón para lo segundo. A la inversa, que el Ayuntamiento prevea vender más de 120 plazas de garaje puede aducirse como una razón para pensar que el Ayuntamiento necesita hacer caja, pero la proposición El Ayuntamiento prevé vender más de 120 plazas de garaje no implica la proposición El Ayuntamiento necesita hacer caja.

Razonar e inferir son procesos psicológicos de revisión o conservación de creencias, planes o intenciones. Razonar es practicar inferencias y una inferencia es el paso de unas creencias a otras creencias. El psiquiatra Manuel Cabaleiro recoge el relato de un paciente que describe una inferencia «ilógica»:

“Al entrar hoy en el portal de mi casa me encontré con que en el suelo estaba una botella rota en varios pedazos, que había contenido vino tinto, y este se hallaba formando allí un gran charco. En aquel momento todo se me hizo perfectamente claro. […] Aquello que acababa de ver en el portal me lo reveló todo. En unos segundos quedó para mí bien explicado, sin lugar a ninguna duda: mi sufrimiento de estos meses no era otra cosa que un presentimiento de algo terrible que me va a suceder. Me van a aniquilar, van a acabar con mi vida, rompiéndola, como hicieron con esa botella hasta desangrarme, como el charco de vino tinto me lo demostró.”

El paciente de Cabaleiro realiza una inferencia, pasando de la creencia, basada en la percepción, de que hay una botella rota y un charco de color rojizo en el portal de su casa a la creencia de que su vida corre peligro. Esa inferencia no es propiciada por ningún argumento, sino por una revelación. Así, no toda inferencia responde a un argumento, aunque como dice Robert Pinto (2001, pág. 37) un argumento es una invitación a la inferencia.

Tampoco es lo mismo argumentar que razonar. Argumentar es usar argumentos y los argumentos expresan razonamientos, pero razonar no es una práctica comunicativa. Razonamos para resolver problemas, extraer conclusiones, tratar de entender algo, etc. Por tanto, a diferencia de argumentar, razonar no es un intento de justificación. Muchas veces razonamos antes de argumentar y nuestra argumentación expresa lo mejor de nuestro razonamiento, que por tanto se desarrolla antes y fuera del contexto de nuestra argumentación.

Argumentar, según se ha dicho, es una práctica comunicativa. Alas-dair Maclntyre define una práctica como

“una forma coherente y compleja de actividad humana cooperativa, socialmente establecida, mediante la cual se realizan los bienes que le son inherentes, mientras se intentan lograr los modelos de excelencia que le son apropiados a esa forma de actividad y la definen parcialmente, con el resultado de que la capacidad humana de lograr la excelencia y los conceptos humanos de los fines y bienes que conlleva se extienden sistemáticamente» (Maclntyre, 2004, pág. 233).”

A su vez, los procesos de comunicación son interacciones por medio de signos de un repertorio compartido por los participantes. La comunicación está ligada a la información, entendiendo por tal cualquier suceso capaz de transmitir conocimientos entre un emisor y un receptor a través de un medio. La diferencia fundamental es que la comunicación no se limita a la transmisión de conocimientos, sino que trata de modificar comportamientos, actitudes, representaciones o conoc

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