En esta Finlandia distópica las mujeres son poco más que mascotas entrenadas para complacer al marido y no protestas. El gobierno ha construído una sociedad sana en la que cualquier tipo de drogas está prohibida, hasta el punto de que hay tráfico de guindillas. La protagonista es una mujer nomujer que ha pasado desapercibida.
La premisa no está mal, pero el resultado no me ha gustado nada. Me parece bien que el mainstream empiece a utilizar la ciencia ficción para criticar aspectos de la sociedad moderna, pero podían fijarse en lo que se escribió a partir de los años 70, y no en los inocentes 50. Aunque no debería ser una sorpresa porque los escaparates de novedades de cualquier librería están copados por novelas escritas al estilo del XIX. Pero me saca de quicio que me expliquen todo con pelos y señales ¡incluyendo manuales de la época para que no haya ninguna duda!
La idea de una sociedad hiperpatriarcal no es mala si no la hubiera escrito antes Margaret Atwood y mucho mejor. En todos los aspectos. Esto es una copia marca blanca que apenas aporta nada, bastante más superficial y que en algunos casos se acerca al plagio (¿o será homenaje?). Si en el cuento de la criada las mujeres pasan a nombrarse por sus dueños, aquí pierden las ‘r’ de los nombres por ser una letra masculina.
Para terminar la protagonista es adicta a las guindillas. A la capsaicina, más concretamente. Y me pasó como en el Rithmatista, que me ha parecido ridículo. Y no digamos cómo evoluciona y termina la cosa.
En fin, una sarta de despropósitos sin fuelle que no alcanza a ser crítica social y que, para mi pasmo, ha gustado a casi todo el mundo (por ejemplo: El núcleo del sol). Pero a mí no.
Eloi: es una palabra coloquial y popular, no oficial, que empezó a usarse en la década de 1940 para denominar lo que se conoce como femenimujer. Hace referencia a la subraza de mujeres que están activas en el mercado de emparejamiento y que se distinguen por su dedicación a la mejora general del sexo masculino. La palabra hunde sus raíces en la obra de H. G. Wells, autor que predijo que la evolución dividiría a la humanidad en distintas subrazas: unas dedicadas a servir a la estructura social, y otras a disfrutar de dichos servicios. Plural: elois. Ejemplos: «Una eloi típica tiene el pelo claro y la cabeza redonda». «Las elois se pueden reproducir de manera legal».
Morlock: es una palabra coloquial y popular, no oficial, que empezó a usarse en la década de 1940 para denominar lo que se conoce como neutromujer. Hace referencia a la subraza de mujeres que, debido a limitaciones físicas (infertilidad, por ejemplo), quedan excluidas del mercado de emparejamiento. La palabra tiene sus raíces en la obra de H. G. Wells, autor que predijo que la evolución dividiría a la humanidad en distintas subrazas: algunas dedicadas a servir a la estructura social y otras a disfrutar de dichos servicios. Las morlocks son un segmento desechable de la sociedad cuya única finalidad es servir como mano de obra de reserva para realizar tareas rutinarias.
Masco: Es una palabra coloquial y popular, no oficial, con la que se denomina a la mayoría de los varones. Se usa para distinguir entre los llamados hombres inferiores, una minoría de varones que, debido a sus limitaciones (como pueden ser enfermedades crónicas o deficiencias físicas graves), quedan fuera del mercado de emparejamiento.
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