Emilio Cáceres Vázquez. Creacionismo y diseño inteligente frente a evolución un debate inexistente.

noviembre 19, 2011

Editorial Hélice, 2011. 60 páginas.
Emilio Cáceres Vázquez, Creacionismo y diseño inteligente frente a evolución un debate inexistente
Fundamentalismo

Pese a que vivimos en un país en el que la iglesia católica tiene más peso del que debería en una sociedad laica, al menos estamos relativamente libres de la plaga del creacionismo y su actual encarnación, el diseño inteligente. Que en pleno siglo XXI todavía exista mucha gente que cree a pies juntillas en la verdad revelada de la Biblia, y que niegue todas las evidencias que demuestran que la evolución es un hecho me parecería cómico si no fuera trágico.

Es en Estados Unidos donde tiene más auge el movimiento creacionista, sobre todo en el cinturón de la biblia. Convencidos de que Dios creo el mundo en siete días, están empeñados en conseguir que en las escuelas no se enseñe la teoría de la evolución, que consideran, además de falsa, pecaminosa.

Pero en Estados Unidos, pese a ser un país profundamente religioso, hay una separación muy clara entre iglesia y estado, y está prohibido introducir cualquier tipo de enseñanza religiosa en las aulas. Esto ha mantenido a este movimiento más o menos a raya.

Para evitar esto los creacionistas se han inventado el diseño inteligente, que viene a ser el mismo perro pero con diferente collar. Eliminando a Dios de la ecuación se intenta dar un tinte más científico al relato bíblico.

El autor, además de presentar un resumen histórico de la cuestión, y de aportar datos muy interesantes sobre este movimiento, explica por qué es imposible un debate entre la teoría de la evolución y el diseño inteligente. Mientras la primera se basa en hechos e hipótesis contrastables -y contrastadas-, el segundo no tiene detrás ninguna teoría científica que la apoye, no es falsable y, como cualquiera puede imaginarse, no es nada más que un disfraz poco convincente de creencias religiosas.

Un libro que, pese a su brevedad, explica de manera clara y concisa el estado de la cuestión.

Calificación: Muy recomendable.

Un día, un libro (80/365)

Extracto:
Henry Fairfield Osborn (1857-1935), paleontólogo principal del Museo Estadounidense de Historia Natural, centró sus estudios en demostrar la jerarquía de las especies dentro de la evolución, extendiéndola a la especie humana, y dentro de esta, a las razas. En una época en la que los Estados Unidos eran el destino de multitud de inmigrantes de distintas nacionalidades y etnias, el temor a la degeneración de la raza blanca estuvo ligado al planteamiento de la eugenesia. Evolucionista contrario a la selección natural, creía que la evolución estaba dirigida por una componente intrínseca que le daba una dirección.
Para evitar que el hecho evolutivo se asociara exclusivamente con el darwinismo, participó como defensor de John Thomas Scopes cuando fue llevado a juicio por impartir evolución en un colegio de Dayton, Tennessee, violando así la ley que prohibía expresamente su enseñanza en muchos estados del sur de los Estados Unidos. La Butler Act prohibía:
«la enseñanza de cualquier teoría que niegue la historia de la Divina Creación del hombre tal como se encuentra explicada en la Biblia, y reemplazarla por la enseñanza de que el hombre desciende de un orden de anímales inferiores.»
El juicio terminó con la condena de Scopes y permitió mantener la prohibición de la enseñanza contraria a la creación bíblica durante las tres décadas siguientes.

Un comentario

  • Emilio Cáceres marzo 2, 2012en12:52 am

    Me alegro de encontrar a otro Emilio Cáceres Vázquez, dentro del mundo cultural. Yo también soy Emilio Cáceres Vázque, Mestro de Eduación Primaria, en Andalucia, España.
    emilio2903@gmail.com

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