Glénat, 2009. 238 páginas.
Trad. Pedro Riera y Aliénor Benoist.
Había leído algunas páginas de este León el terrible en la revista El Cairo, máximo exponente de la línea clara en este país. Unas historias de humor absurdo, irreverente, en ocasiones escatológico e incluso sexualmente explícito.
Algo que no parece casar con el dibujo canónico a lo Tintín que ilustra las aventuras de este sujeto vestido de frac que va por el mundo causando desastres a su alrededor. El contraste entre forma y contenido es uno de los grandes logros de un tandem que tiene como guionista a un actor que ha pertenecido al movimiento Fluxus y le ha puesto voces a los teleñecos, y un dibujante que es capaz de captar el estilo del comic francobelga y subvertirlo.
Una recopilación compuesta de muchas piezas breves -en ocasiones tiras-, para degustar poco a poco. Una buena reseña aquí: La Ville (5): Impertinente línea clara
Calificación: Bueno.
Un día, un libro (328/365)
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