Centro Dramático Nacional, 2007. 95 páginas.
18 personajes, 13 mujeres y 5 hombres.
TenÃa muchas ganas de leer esta obra de teatro. Mejor hubiera sido haberla visto, porque en esta estupenda edición se incluyen fotos del montaje y se adivina que tuvo que ser muy bueno, pero no pudo ser. Nos conformamos con el texto.
Una cárcel de mujeres en los años 50, varias presas comparten sus miserias mientras esperan el tradicional indulto del obispo que sacará a la calle a una de ellas. Una obra coral donde cada mujer nos revelará su particular historia, siempre triste.
Poner en escena una obra con tantos personajes, y que cada uno esté bien construÃdo y ninguno sea secundario, ya tiene su mérito. Si además la historia que nos cuentan es capaz de emocionarnos y -como en mi caso- hacernos llorar, el mérito es doble. Uno simpatiza con las vÃctimas, claro está. Pero también los verdugos provocan compasión; no todos han podido elegir donde estar.
A mà me ha gustado mucho.
Calificación: Muy bueno.
Un dÃa, un libro (329/365)
Extracto:
La Manca.- … muchos besos y que a mi Luisito no me lo metan cura que ya saben que soy muy burra y soy capaz de escaparme de la cárcel si me entero que mi hermano del alma anda entre sotanas…
Mari Cruz.- Háganme caso y no vengan, que yo les quiero igual.
Aparece Sor Adoración que abre una carta polvorienta.
Sor Adoración.- … Aquà las cosas no son como en el convento. La echo mucho de menos, hermana. Cada dÃa ocurre algo nuevo y a veces yo no sé cómo proceder. Hay mucho dolor aquà dentro. Ayer mismo encontré una carta en el interior de un colchón de lana que estaba deshaciendo. No sé de quién es la carta, ni cuándo se escribió, ni con qué clase de tinta se ha escrito… pero no pude contener las lágrimas al leerla… Sólo pienso que el Señor es piadoso y hará bienaventurados a todos los que tanto sufrieron… La carta empezaba asÃ: «Que me saquen las entrañas y los ojos… que no quiero ver…»
Aurelia aparece en escena. Tiene una herida en el brazo, por la que mana sangre. Con un palito se hurga en la herida y, con él empapado, escribe en el aire:
Aurelia.- … que me saquen las entrañas y los ojos, que no quiero ver, que no quiero sentir el latido de mi corazón golpeándome el pecho.. .que no quiero ver, que no abran las rejas, que me entierren viva si hace falta, que no quiero ver, que me arranquen las uñas una a una, que me claven una espada en la garganta, que no quiero ver, que me hagan caminar por una alfombra de cristales, que estallen mis oÃdos por los gritos, que no quiero ver, que no quiero verle, madre, que no quiero verle, que no quiero que sus manos vuelvan a hurgar en la noche, que no quiero salir de este agujero.. .que no quiero ver…
Aurelia se echa las manos a la cabeza como si no quisiera ver y comienza a cantar.
Aurelia.- Abrieron la jaula a la alondra La vida le esperaba afuera Abrieron la jaula un dÃa de sol
Y al gato esperando vio (repite)
Concepción de MarÃa aparece en escena, en sus manos una carta y un escapulario. La canción de Aurelia se va extinguiendo y ella se va de escena.
Concepción de MarÃa.- Calladamente amor trata conmigo,
Y con despecho arranca el pensamiento,
que me quede yo muda en este intento
de no haber sabido atenazar el frÃo.
No es eterno el placer ni lo es el llanto.
Si esto es asÃ, ¿por qué mi alma quiere
Expandir su dolor que tanto hiere?
Más grande es todavÃa mi quebranto.
Quien consolar quisiese algún amigo,
Después de haberle oÃdo mil razones,
De amor y de dolor qué le dirÃa.
Perdióse este consuelo ya conmigo,
Porque antes con el tiempo mis pasiones
Se van acrecentando cada dÃa.
Calladamente amor trata conmigo…
Concepción de MarÃa enciende una cerilla y quema la carta en el escenario. Desaparece y la carta sigue quemándose en el suelo.
Un comentario
Hola,
Estoy en busca de esta obra para leerla,¿Sabes donde puedo encontrarla?
Gracias de antemano, un saludo.