Tránsito, 2020. 180 páginas. Una noche de tormenta aparece en la casa -aislada- de un médico Amparo Dávila, una mujer que afirma ser una gran escritora y necesita refugio. Un poco más tarde llega también la antigua amante del médico. En un ambiente opresivo, una especie de dictadura en ninguna parte, las relaciones entre esos tres personajes irán conformando una historia cada vez más oscura y onírica. Me ha encantado el ambiente que crea la autora y su prosa precisa, llena de ritmo. Un Kafka más humano al que le preocupara menos vivir en una burocracia infinita que las decisiones que puede tomar una persona para conseguir ser real. El título hace referencia tanto al hueso ilíaco como a la ciudad de Troya. La escritora que comparte protagonismo en estas páginas, Amparo Dávila murió el mes antes de la publicación de este libro, que es una reedición modificada de la primera versión de 2002. Muy bueno. Me hubiera gustado que todo hubiera ocurrido únicamente de esta manera, pero no fue así. Es cierto que ella llegó en una noche de tormenta, interrumpiendo mi lectura y mi descanso. Es cierto, también, que abrí la puerta y que, al entrar, se dirigió…