Blackie Books, 2022. 194 páginas. Un joven sin oficio ni beneficio entrará de casualidad como meritorio en la filmación de una película. Lo malo es que el productor de la misma, un sujeto sin talento ni vergüenza, hace la vida imposible a todo el elenco. Después de eso trabaja para un anciano de muy mal café que le hace la vida imposible hasta que encuentra un amigo con el que escapar del mal rollo. Historia muy bien contada, en la que imagino que el autor -que trabajó en el cine- igual ajusta alguna cuenta pendiente, que te entretiene y por momentos es bastante divertida pero que no va mucho más allá de la pura historia. Sigo pensando que lo peor que le puede pasar a un escritor es tener éxito. Eso sí, se lee de maravilla y sigue teniendo la voz particular del autor. Buena. La película funcionó bastante bien, y en varios países. Un pelotón de espectadores entusiasmados se lanzó por mimesis a los caminos. A muchos hubo que ir a rescatarlos al hostal en el que les quitaron el dinero, al arcén en el que los atropelló un tractor y al merendero donde los intoxicaron. Pero Relatora se…
Blackie books, 2010. 204 páginas. Primera obra del autor y, posiblemente, la que más me ha gustado. Las desventuras de ese terrorista de pacotilla al que le ha tocado la lotería y no puede cobrarla mientras vive en la indigencia es de una originalidad incuestionable, y el mismo detonante del conflicto es lo que se convertirá en un deus ex machina anunciado en donde todo encaja. El uso del lenguaje, el típico del autor que con su voz propia a medio camino entre lo antiguo y lo moderno ha ido cautivando cada vez a más lectores. Muy bueno. Contaba con una partida mensual para aseo de 200 pesetas: llegaba para una pastilla de jabón Nelly, seis rollos de papel de váter y un tubo de FluorDent. Llevaba el pelo a cepillo (él mismo se ocupaba de cortárselo con sus propias tijeras), con lo que el gasto en champú quedaba conjurado. Se afeitaba a brocha sin brocha, frotándose la cara con los trocitos de jabón de manos que, tras su uso, ya no servían por su tamaño para nada más. Si el pedacito de jabón hacía espuma, bien. Si no la hacía, era que la barba no estaba todavía tan crecida…
Blackie books, 2018, 2019. 222 páginas. Tras atacar a un antidisturbios con un destornillador, Manuel se esconde en un pueblo de la españa vaciada. Allí sobrevive como puede adaptándose al medio y con alguna entrega de comestibles que le envía periódicamente su tío. Hasta que su remanso de paz se ve invadido por unos nuevos habitantes. Ya se han comentado aquí otras novelas de Lorenzo: Los huerfanitos (pensaba que había comentado también ‘los millones’), pero con esta es con la que el autor pegó el petardazo y no acabo de entenderlo muy bien porque es la que menos me gusta de las que he leído. Por sacar los defectos rápido y dejarlos de lado es demasiado explicativa, podría haber sido más corto y hubiera ganado intensidad. Supongo que ha gustado por la crítica feroz a esos domingueros que son una caricatura de la sociedad moderna, basada en un postureo que nos aleja cada vez más de lo real, pero a mí, particularmente, me suelen parecer lamentos quejicas con los que no sintonizo. Y esto nos aleja de lo que sí me parece el alma del libro y que se esconde entre tanto accesorio: el progresivo alejamiento de la humanidad de…
Blackie books, 2012. 316 páginas. Tres hermanos se quedan huérfanos de un padre que nunca les quiso. Exitoso empresario teatral espera heredar el teatro, pero viene cargado de una hipoteca y la única manera de intentar quedarse con él (para venderlo) es hacer lo que más odian: montar una obra de teatro. Excelente novela. No me ha gustado tanto como Los millones, pero está igual de bien escrita, te atrapan en los sinsabores de los tres hermanos y gana interés al final. Tiene un esquema de humor muy parecido a la escuela Bruguera, las aventuras de unos Mortadelo y Filemón a los que todo le sale mal. Me ha hecho especial gracia el retrato de una actriz empeñada en leer las acotaciones como texto, que parece una anécdota vivida por el propio autor por el contexto que la acompaña. Eso sí, no es una sátira del mundo del teatro. A mí que algo he vivido en el mundillo me ha costado reconocer situaciones. Empezando por el propio teatro, que casi parece un teatro de Kafka interminable como un castillo. Pero el propio McGuffin, que es montar una obra de teatro y los problemas para encontrar decorado técnicos y actores me…