Tusquets, 2007. 354 páginas. Una mujer descubre un cadáver mutilado y castrado. Cerca del cuerpo se encuentran unos versos de la poeta Alejandra Pizarnik. Será el primero de una serie de asesinatos a los que tendrá que enfrentarse la Detective, con ayuda puntual de la protagonista -que se llama igual que la autora. Dicen que la novela negra lo aguanta todo y es verdad. Porque este libro está compuesto de varios puntos de vista, incluye un ensayo sobre poesía, diversos poemas, un lenguaje exquisito, escritura fragmentada y todo encaja unido por el hilo sutil de los asesinatos que, aunque parezca mentira, se acaban resolviendo. Además es uno de estos casos en los que figura y fondo se mezclan, los temas que se tratan tienen que ver con cómo son tratados, los crímenes con el tema del libro y, por decirlo claro, Cristina no da puntada sin hilo y le sale un libro redondo, bello y que además te atrapa. Lo empecé a leer y prácticamente no pude despegarme. EL ejemplar que he leído está sacado de la biblioteca y está profusamente anotado, marcado y doblado hasta la mitad del mismo. A partir de ahí, impoluto. No sé si se abandonó…
Tránsito, 2020. 180 páginas. Una noche de tormenta aparece en la casa -aislada- de un médico Amparo Dávila, una mujer que afirma ser una gran escritora y necesita refugio. Un poco más tarde llega también la antigua amante del médico. En un ambiente opresivo, una especie de dictadura en ninguna parte, las relaciones entre esos tres personajes irán conformando una historia cada vez más oscura y onírica. Me ha encantado el ambiente que crea la autora y su prosa precisa, llena de ritmo. Un Kafka más humano al que le preocupara menos vivir en una burocracia infinita que las decisiones que puede tomar una persona para conseguir ser real. El título hace referencia tanto al hueso ilíaco como a la ciudad de Troya. La escritora que comparte protagonismo en estas páginas, Amparo Dávila murió el mes antes de la publicación de este libro, que es una reedición modificada de la primera versión de 2002. Muy bueno. Me hubiera gustado que todo hubiera ocurrido únicamente de esta manera, pero no fue así. Es cierto que ella llegó en una noche de tormenta, interrumpiendo mi lectura y mi descanso. Es cierto, también, que abrí la puerta y que, al entrar, se dirigió…