Cátedra, 2005. 1630 páginas. Miguel Mihura escribió, en 1932, la comedia Tres sombreros de copa, que fue una renovación del género teatral y que se considera una muestra de lo que más tarde sería el teatro del absurdo. Fue una obra admirada por, entre otros, Ionesco. Pero el propio autor renegó del estilo y de las vanguardias teatrales. Algo así como si Picasso, después de pintar Las señoritas de Avinyó, se hubiera dedicado al retrato y los paisajes. Algunas de sus obras siguientes incorporan momentos de ese humor absurdo marca del autor y que popularizó en La codorniz. Para la actriz Maritza Caballero escribe en 1959 la obra Maribel y la extraña familia donde consigue construir una comedia con un trasfondo tierno y trágico que eleva su calidad por encima del mero producto. La transformación de Maribel, los elementos extraños que aportan el humor absurdo y un cierto halo de misterio, conforman una excelente obra de teatro. En el prólogo el autor afirma que el germen de la historia está en una anécdota personal. Se dirigía a su piso con una golfita (sic) cuando ésta le preguntó ‘¿Vives solo?’ y Mihura, con su retranca le contestó ‘No, vivo con mi…
Cátedra, 1991. 584 páginas. El joven pintor Silvio Lago llega a España con la intención de hacerse un nombre en el mundo del arte. Tras trasladarse a Madrid empezará a tener un nombre en los círculos de la buena sociedad, que enseguida le realizan encargos. Pero para él no es suficiente, él busca el Arte con mayúsculas, algo que vaya más allá de sus retratos al pastel. Tras una serie de aventuras amorosas viajará a París en busca de mejores horizontes. No es la novela que más me ha gustado de doña Emilia. Abunda en opiniones acerca de pintores del momento (y clásicos, hay un largo viaje del pintor por las capitales europeas evaluando las joyas de los diferentes museos). Estas opiniones son de la autora, y aunque resultan muy interesantes desde un punto de vista histórico, narrativamente lastran la narración demasiado. Pese a esto la autora sigue brillando en descripción de personajes, muestra de ideas y conflictos amorosos. Además se trata de una novela en clave. El protagonista es un trasunto de Joaquín Vaamonde, y Minia Dumbria, protectora del pintor, es la propia Emilia Pardo Bazán. Todo esto y algunas identificaciones más se explican muy bien en el prólogo,…
Cátedra, 1981. 168 páginas. A pesar del éxito del que disfrutó en su momento la posteridad no se ha portado muy bien con Carlos Arniches. Con razón, creo yo, porque es un autor algo menor, con una visión del mundo un tanto reaccionaria y cuya prosa no ha envejecido tan bien como las de otros contemporáneos suyos. Pero eso no es razón para negarle reconocimiento: tenía un ojo excelente para el retrato, se ocupó de describir unas clases bajas a las que poca gente hacía caso y tenía un verdadero talento para los juegos de palabras -algo que ahora ha jugado en su contra. Los sainetes que aquí se recogen son de una calidad excelente. Valle-Inclán decía que era uno de sus autores preferidos y en estas páginas se puede detectar que hubo influencia, aunque la prosa de don Ramón pertenece a una esfera muy diferente. Pero Arniches en ocasiones también roza la perfección, el parnaso de las obras merecedoras de ser recordadas. Valga como ejemplo La pareja científica, del que dejo un fragmento y que es para quitarse el sombrero. Muy bueno. El Sardina.—Hombre, ésas son cosas de la juventud. Seña Angustias.—Cosas de cafres… Si tuvíás tú un hijo…
Cátedra, 2015. 246 páginas. Como bien indica en la introducción ni es una recopilación de chistes ni una historia de lo cómico. Es un ensayo bien documentado acerca de qué ha significado el humor en diferentes momentos de la historia, su utilización en contra del poder o su uso en contra del otro, del diferente, del raro. También cuales han sido sus límites o cómo ha sido censurado. Lo bueno es que tiene reflexiones tan interesantes que te gustaría que tuviera 400 páginas más. Lo malo es que no las tiene. Incluye escándalos recientes, como los tweets de Zapata o los atentados contra Charlie Hebdo. El texto de Brassens, tan cantado en la transición democrática española, plantea una rebelión individual contra las ideas impuestas por el poder pero también frente a las masas que siguen ese poder. El gran problema de las vanguardias en el siglo de las masas es que van contra el poder que manipula a dichas masas pero no pueden evitar la risa que les provocan las multitudes enfervorecidas, el «rebaño» de Brassens. Durante este periodo, 1870-1970, la izquierda y la derecha se reirán de algo parecido: el «populacho» que obsesiona a la ironía conservadora y el…
Cátedra, 2014. 516 páginas. Incluye los siguientes relatos: Nilo María Fabra, Cuatro siglos de buen gobierno José Martínez Ruiz, Azorín, El fin de un mundo Tomás Salvador, Polizón a bordo Domingo Santos, Gira, gira Gabriel Bermúdez, La última lección sobre Cisneros Enrique Lázaro, La ciudad cuyo nombre era Llueve-muertos César Mallorquí, La pared de hielo Juan Miguel Aguilera, El bosque de hielo Elia Barceló, Mil euros por tu vida José María Merino, El viaje inexplicable Juan Jacinto Muñoz Rengel, London Gardens La primera parte es una extensa introducción a la ciencia ficción como género, de lo más exhaustivo y claro que he leído en tiempos. También se habla de la historia de la ciencia ficción española. Pensaba que sería el típico prólogo infumable y ha resultado lo mejor del libro, junto con la extensa bibliografía final. Los relatos están bien escogidos, pero los que más me han gustado ya los conocía y los que no conocía no me han gustado tanto. Por ejemplo, los dos primeros, que tienen valor histórico, pero escaso valor literario. Merece la pena echarle un ojo. Julius Daonte observó por unos instantes los instrumentos y luego sonrió, casi tristemente. Latía en su gesto una extraña añoranza…