Mark Z. Danielewski. La casa de hojas.

julio 14, 2023

Mark Z Danielewski, La casa de hojas
Alpha Decay, 2013. 710 páginas.
Tit. Or. House of leaves. Trad. Javier Calvo.

En su momento, cuando lo leí, tuvo su momento de gloria. Sus innovaciones de maquetación, que supongo que fueron una verdadera pesadilla para los editores, con páginas que se leen en diferentes sentidos, como una casa alocada, tenían su aquel. Pero no tiene mucho sentido la pirotecnia si no hay una buena historia que la sustente. Nos gusta ver los fuegos artificiales porque son entretenidos, pero no nos conmueven.

Me pareció un libro bastante flojo y sin interés.

Regulero.

Y es cierto, ella me saca sus buenos seis años, pero ¿qué puedo decir? Estoy embelesado. Me encanta lo fascinada que sigue estando ella por ese festival de vida que lleva, tanto que ni se calla nada ni se avergüenza en lo más mínimo de quién es ni de su trabajo, y siempre le está hablando por los codos a mi jefe de su hijo de tres años, de su novio, de sus novios, de las pajas que hace para sacarse un dinerillo extra, de los once años que lleva sin beber, y sus palabras siempre dan esa sensación que uno tiene al despertarse del todo, todo en ella se está despertando a cada momento, sensible al mundo y sus extravagantes oportunidades, una repentina consagración de la primavera, la primavera de Tambor, por mucho que la primavera ya haya brincado, conejo conejo, y ahora abril ya va en cabeza, ya acecha, ya bromea, ya acecha de nuevo preparando las bromas del primero de abril.
Sí, ya sé, ya sé. Todo este rollo se está volviendo ridículo. Peor todavía, tengo la sensación de que podría pasarme años en la misma vena, tal vez incluso décadas.
Y sin embargo, no os lo creeréis, pero hasta el día de hoy apenas le he dirigido la palabra. Tampoco tengo una explicación digna para ese silencio. Tal vez sea por mi jefe y su mirada furibunda de perro guardián. Tal vez sea por ella. Sospecho que es por ella. Cada vez que nos visita (aunque admito que tampoco nos ha visitado tantas veces), me deja abrumado. Da igual que siempre me guiñe el ojo y a veces hasta suelte una risotada cuando yo
la llamo «Tambor»; «Hola, Tambor», «Adiós, Tambor» son las únicas palabras que consigo decirle, la verdad es que ella solamente existe para mí en forma de extraña mezcla de fantasía diurna y filo mismo del presente, con lo cual quiero decir algo que no tiene pasado ni futuro, una especie de icono o idilio, por alguna razón prohibido para mí pero seductor hasta extremos inimaginables y probablemente intolerables, y sin embargo no nuevo, más bien es como si siempre hubiera estado ahí, pese a que yo sé que no es verdad, y anoche mismo la llegué a entrelazar y enredar y por fin reemplazar del todo por la (no sé cómo se escribe la palabra) de…
… los ojos centelleantes de Tambor, sus labios doloridos, sus gemidos que te rompían el corazón, ésos sí me los había imaginado, una lista interminable, tan minuciosa y absorbente que bastante rato más tarde, ya después de recoger las sábanas, humedecidas por el sexo y enfriadas por el descanso, no supe quién yacía a mi lado (…) y al ver a aquella desconocida, el receptáculo de mis sueños, me retiré al lavabo, a la ducha y a mi mesa, haciendo bastante ruido y transmitiendo bastante desapego como para comunicar una petición injusta, pero la pobre la oyó y se vistió sin decir palabra y me pidió un cepillo sin sonreír y se marchó sin darme un beso, dejándome a solas para que yo regresara a este pasaje, donde he descubierto los inicios de un sentido robado y esparcido mucho tiempo atrás, que me ha llevado a lo que supongo que constituye otra digresión inútil.
Tal vez cuando termine me acordaré de lo que quería decir al principio.

2 comentarios

  • Francisco julio 16, 2023en7:29 pm

    Gracias por la reseña, porque de este libro he oído hablar maravillas pero no me decidía. Como bien dices los fuegos artificiales no conmueven. Así que seguiré ocupado con Antunes.
    Feliz verano.

  • Palimp julio 16, 2023en8:11 pm

    Bueno, a ver como lo digo, pero Antunes vs Danielewski es como Ednodio Quintero vs Pérez Reverte

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