Jon Fosse. Mañana y tarde.

octubre 21, 2024

Jon Fosse, Mañana y tarde
Nórdica y De Conatus, 2023. 104 páginas.
Tit. or. Morgon og kveld. Trad. Cristina Gómez-Baggethun y Kirsti Baggethun.

El nacimiento de Johannes y su senectud, momento en el que recuerda algunos acontecimientos de su vida mientras repite su rutina diaria, en un día con una luz especial, un paseo con un amigo, un encuentro con un antiguo amor.

Tenía ganas de leer algo de este premio nobel, del que se ha destacado en especial su uso del lenguaje. Y sí, escribe muy bien, pero esa no es su principal virtud. Lo que me ha arrebatado de este libro es su delicadeza, la ternura al narrar algo tan cotidiano que es hasta vulgar, pero que el punto de vista del autor le da un color que es capaz de deslumbrar.

El libro me fue ganando poco a poco, y al final cerré el libro llorando a lágrima viva. Por suerte estaba en casa y no en el transporte público haciendo el ridículo. Me ha encantado.

Muy bueno.

han salido ojos y cerebro y quizá hasta algo de pelo, y ahora, mientras su madre Marta grita de dolor, el niño vendrá al frío de este mundo y aquí estará solo, separado de Marta, separado de todos los demás, estará solo aquí, siempre solo, y luego, cuando todo haya acabado, cuando llegue su hora, se descompondrá y volverá a la nada de la que salió, de la nada a la nada, ese es el curso de la vida, para las personas, los animales, los pájaros, los peces, las casas, las herramientas, para todo lo que existe, piensa Olai, aunque también es mucho más, piensa, porque aunque pueda pensarse así, de la nada a la nada, tampoco es que sea así, es mucho más que eso, pero ¿qué es todo lo demás? ¿el cielo azul? ¿los árboles que brotan? ¿el verbo que fue lo primero, como dicen las Escrituras, y que por la gracia nos da un entendimiento profundo? ¿qué es lo demás? ¿qué será? ¿quién puede decirlo? porque tiene que haber un espíritu de Dios que esté en todo y haga que las cosas sean algo más que una nada, que las transforme en sentido y en colores, y por tanto, piensa Olai, también las palabras y el espíritu de Dios deben de estar en todo, pues sí, seguro que es así, piensa Olai, aunque también está seguro de la existencia de una voluntad activa de Satanás, y lo que no tiene nada claro es si habrá más de lo uno o de lo otro, piensa Olai, porque seguro que luchan entre ellos, esos dos, para ver quién se impone, y seguro que estaban ya luchando en el momento en que se creó todo, piensa Olai, que Dios creara un mundo bueno y sea omnisciente y omnipotente, como dicen los beatos, eso no se lo ha creído él nunca del todo, pero que Dios existe, eso lo tiene claro, porque Dios existe, aunque esté muy muy lejos y muy muy cerca, porque Dios está en el individuo, y de que la distancia entre el Dios
lejano y para nada omnipotente y el individuo humano y para nada omnipotente menguó cuando Dios se hizo hombre y vivió entre nosotros, en los tiempos en que Jesús anduvo por la tierra, de eso tampoco ha dudado nunca Olai, pero que Dios lo decida todo y que todo lo que ocurre tenga un sentido divino, eso no se lo traga, la verdad, tan verdad como que se llama Olai y es pescador y está casado con Marta y es hijo de Johannes y como que ahora, en este mismo instante, va a ser padre de un niño chico que se llamará Johannes por su abuelo. Existe un Dios, sin duda, piensa Olai. Pero está muy lejos, y muy cerca, aquí mismo está. Y no es ni omnisciente ni omnipotente. Y este Dios no es el único que gobierna el mundo y a las personas, desde luego que también está aquí, pero no cabe duda de que se despistó mientras creaba el mundo, piensa Olai, y dado que piensa así habrá que considerarlo un pagano, porque él no puede responder del credo, no puede, no está en sus manos, porque tampoco puede fingir no saber lo que sabe, y no haber visto lo que ha visto, y no haber entendido lo que ha entendido, y tampoco es que le resulte fácil ponerle palabras a lo que sabe, porque lo que él tiene es una especie de certeza inexpresable, que tiene tanto de dolor como tiene de palabra, y si le aprietas diría que su Dios es más bien de afuera de este mundo, es un Dios que solo se intuye al negar el mundo, solo entonces se muestra, curiosamente, tanto en el individuo como en el mundo, piensa Olai, y algo de lo que este Dios quiere decirle logra oírlo siempre que un músico toca bien, pues mira, sí, en esos momentos aparece Dios, porque al fin y al cabo la música buena rechaza el mundo, solo que eso no le gusta a Satanás y por eso Satanás

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