Ediciones B, 1997. 368 páginas.
Tit. or. Release 2.0. Trad. Ana Alcaina.
Comienzos
Comprar un libro que habla sobre internet de hace 15 años escrito por la hija del inventor de la esfera de Dyson tiene más de mitomanía que otra cosa (valía un euro). Leerlo es ya un ejercicio de antropología reciente.
La autora expone sus reflexiones acerca del presente y futuro de internet. En un mundo que cambia de un año para otro es curioso ver sus aciertos y fallos. En general dice cosas con bastante sentido, aunque todo está terriblemente desfasado.
Algunos ejemplos que mantienen vigencia. ¿Será mejor la cultura que nazca de la gran disponibilidad de imágenes?
La gran pregunta
Así pues, ¿qué nos está haciendo el mundo multimedia con su bombardeo de imágenes y flashes? No quiero parecer una acérrima detractora de la tecnología como Ned Ludd, pero creo que resulta perjudicial para nuestra mente; es posible que las imágenes vendan, pero no nos enriquecen. Corremos el peligro de crear una sociedad donde las personas no se molesten en pensar o en sopesar las consecuencias. Lo vemos cada día no sólo en la sociedad consumista, sino también en la política: la gente escucha retazos de intervenciones de un candidato en lugar de valorar el programa electoral. Mi ejemplo favorito de este tipo de pensamiento es la yuxtaposición de dos cuestiones en una encuesta (ésta se llevó a cabo hace algunos años, tal vez las cifras no sean del todo exactas, pero la contradicción era real). Casi el 85 % de un grupo de consumidores a los que una compañía de seguros sometió a la encuesta opinaron que las personas con un buen historial como conductores deberían obtener un descuento en el seguro del coche. Al mismo tiempo, el 70 % creía que las personas con un historial negativo deberían recibir el mismo trato que los demás; al fin y al cabo, es posible que los accidentes no hubiesen sido culpa suya.
En resumen, se necesita esfuerzo para meterse en cualquier tipo de argumento, ya sea para elaborarlo o para posicionarse a favor o en contra.
¿Cómo tenemos que lidiar con la facilidad de copia electrónica y los creadores?
Cuatro preguntas
La Red modifica algunas de las respuestas a las preguntas tradicionales sobre la propiedad intelectual a la vez que hace más fácil y barata la realización y la distribución de copias. Las respuestas a las dos primeras cuestiones no cambian (aunque es posible que las leyes sí necesiten algunos ligeros ajustes con respecto a nuevos detalles técnicos y funciones), pero las respuestas a las dos últimas sí varían.
• ¿Qué está bien? (moralmente hablando)
• ¿Qué es legal?
• ¿Qué es práctico?
• ¿Qué tiene sentido? (comercialmente hablando)
A largo plazo, las respuestas a estas cuatro preguntas deberían acabar siendo una sola, o nos meteremos en un lío tremendo.
La gran cantidad de información electrónica necesitará protección y mantenimiento:
A continuación, Alice nos pregunta de qué medidas de seguridad disponemos aparte del cortafuegos. ¿Solemos cifrar los mensajes y la información? ¿Cómo guardamos los registros de nuestros clientes? ¿Quién dispone de acceso a nuestra intranet? ¿Utilizamos los últimos avances en cuanto a biorreconocimiento —huellas dactilares, escáner del iris de los ojos— para autentificar a los empleados y evitar los archi-conocidos riesgos de seguridad de las contraseñas prede-cibles? ¿Disponemos de herramientas de filtro para evitar los virus y los mensajes de contenido ofensivo y para impedir que los empleados extraigan información confidencial? ¿Guardamos los archivos de las nóminas separados de los registros de los clientes y los tenemos cifrados? ¿Han recibido nuestros empleados la formación adecuada para impedir que algún extraño se siente delante de un ordenador de la empresa y empiece a juguetear con él? ¿Hacemos copias de seguridad de nuestros datos recurriendo a los servicios de una tercera parte que las almacena en un lugar seguro? ¿Qué hacemos con nuestras claves de cifrado, dónde las guardamos ? ¿ Quién se encarga de la programación? ¿Nos hemos sometido a una auditoría de nuestras prácticas de seguridad recientemente? ¿Seguimos una política determinada con respecto a la intimidad? ¿Queremos cobertura para responsabilidad a terceros por cuestiones relacionadas con la intimidad?
Bueno… hemos pensado muchas veces en todo esto, pero lo cierto es que hemos estado demasiado ocupados. Además, el coste… La última vez que suscribimos una póliza, Alice no nos hizo tantas preguntas…
Curioso, pero no lo recomendaría salvo a nostálgicos.
Calificación: Bueno.
Un día, un libro (186/365)
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