Lejos de parecerme macabro, la frase que encabeza la entrada de este cementerio me provoca varias reflexiones. En la antigüedad era muy normal recordar que somos mortales. El Memento mori se utilizaba en la Roma antigua cuando un general desfilaba victorioso. Era una manera de indicarle que fuera juicioso, porque al fin y al cabo todos vamos a morir. De ahí también la expresión Carpe diem, aprovecha el momento, porque quizá mañana ya no lo tengas. Como decía Catulo:
El sol sale y se pone, pero nosotros,
apenas se apague la luz de nuestra vida,
larga noche sin fin dormir nos toca.
Este recordatorio de lo efímero de la vida sería muy utilizado por el catolicismo para hacer hincapié en que es importante obrar bien en esta vida, breve en comparación con la eternidad. La pompa y el boato no tienen sentido porque todos, ricos y pobres, reyes y villanos, seremos alcanzados por la guadaña igualadora.
En una sociedad como la nuestra, en la que hemos desterrado la idea de la muerte, no está de más recordar la siguiente frase de Azúa:
Una fiera nos espera al final del camino y nada podemos hacer para que sus fauces dejen de ser terribles
Al final moriremos, y nuestro recuerdo se irá desvaneciendo, así que seamos más amables y disfrutemos de la vida.
En realidad no pensaba en esto cuando leía la frase; el sentido que le encontraba era otro. Ateo como soy, creo que al morir acaba todo; una larga noche sin fin nos espera. No hay cielo, no hay reencarnaciones. Pero también, a veces, me gusta imaginar que estoy equivocado, y que en realidad la muerte puede ser un gran lugar de encuentro, donde nos esperan nuestros seres queridos, y podemos volver a ver a quienes tanto echamos de menos. Daría cualquier cosa porque fuera así.
11 comentarios
Es curioso que mucha gente cuando le sacas el «tema» reaccione diciendo «ay, no, no hablemos de eso». Y es que es cierto que hoy en día parece que la muerte es como una especie de mito. Siempre me ha llamado la atención el que en los anuncios de seguros de vida parece que la gente se hace vieja y eso, pero no hablan de morirse nunca. Yo también soy atea, y casi creo que es menos angustioso que pensar que vamos a seguir postmortem ahí por toda la eternidad. Ese tipo de existencia para mi no tiene mucho sentido. Estamos aquí y tenemos que apreciar lo que hay y a la gente que conocemos, y divertirnos. Y sobre todo aceptar que los seres vivos tenemos nuestros ciclos, aunque, claro, es un rollo lo de morirse, jajajaja
Antiguo y enorme misterio, el más allá.
Un post intimista, el tuyo.
Pues a mí me parece la mar de reconfortante pensar que al fin podremos descansar, del todo. Y como diria House, me reconforta también saber que no somos un experimento.
Y como decía la calavera, fui lo que eres, serás lo que soy y ni cien mil jalogüins pueden cambiarlo.
kalebeul » We’re waiting for you!
Hay dos cosas a las que nle tengo mucho temor: la muerte y la vejez 🙁
También me encantaría pensar que la muerte puede ser un gran lugar de encuentro, donde nos esperan nuestros seres queridos. Qué maravilloso sería que fuera así…
Palimp, perdona que te escriba esto acá y no en el post anterior: busca -si no lo has hecho- un libro de Periférica, de Rodrigo Soto, y léelo. Es compatriota mío, por eso me causa emoción ver el nombre de la pequeña, buena y no pretenciosa Periférica…
Saludos
Yo creo que es más angustioso -y nada reconfortante- ser ateo. Pero, honestamente, no puedo ser otra cosa. Coincido más con Magda: mucho temor.
Guillermob, lo buscaré.
Coincido contigo, Palimp. Ser ateo es un problema cuando te pones a pensar en la muerte. Supongo que debemos intentar llevar una vida lo más feliz posible haciendo todo aquello con lo que soñamos y que entra dentro de nuestras posibilidades. Una vida plena es la única garantía de una muerte más reconfortante, si es que ese adjetivo y ese sustantivo pueden ir juntos. Ojalá todos los ateos estemos equivocados, pero me da en la nariz que no…
Un buen post, palimp. Me hace pensar en otra frase que encabeza la entrada de otro sitio de la muerte, Auschwitz, un sitio donde hasta la fe se murió, según dicen algunos.
Elena, yo también sospecho lo mismo.
Yotro, ese sí que fue un sitio dode la muerte y el horror fueron señores.