RBA 1994. 260 páginas.
Tit. Or. Forrest Gump. Trad. Camila Batlles.
Sabio idiota
Cuando todos mis amigos inteligentes criticaban esta película, fui solo al cine para verla. No me defraudó, me encanta esta palabra tan de moda ahora: serendipia. Cuando vi este libro de saldo (está en muchos sitios) pensé que si la película era buena el libro sería mejor.
El Forrest del libro no se parece mucho al de la película; también sufre una discapacidad, pero pertenece más a la categoría del idiota sabio. En un momento del libro está a punto de ganar un importante campeonato de ajedrez. Comparten las aventuras causadas por casualidades y la habilidad de meterse en fregados, en el libro incluso es astronauta y aterriza en una aldea de África. El Forrest del libro también tiene la suerte de gozar de una vida sexual más activa e incluso del amor de la chica.
Cuando lo leí, hace ya mucho tiempo, me dejó un sabor agridulce el final, teniendo presente el final feliz de la película. Ahora, tantos años después, me han vuelto a conmover las aventuras de Forrest, incluyendo su conclusión. Seguramente dentro de diez años vuelva a releerlo.
Calificación: Muy bueno.
Un día,un libro (24/365)
Extracto:
Durante esa semana ocurrió otro hecho importante en mi vida. Teníamos en casa una huésped, una señora qué trabajaba de telefonista en la compañía telefónica. Se llamaba señorita French. Era una señora muy amable y discreta, pero una noche que hacía un calor asfixiante y esta*] lió una tormenta, ésta asomó la cabeza por la puerta de sil habitación en el momento en que yo pasaba y dijo:
—He comprado unos pastelitos de crema. ¿Te apetece uno, Forrest?
Yo dije que sí y la señorita French me invitó a pasar a su habitación. Sobre la cómoda había una caja de pastelitos de crema y, tras ofrecerme uno, me dijo que cogiera otro y que me sentara en la cama. Calculo que me zampé unos quince pastelitos de crema, que estaban riquísimos, mientras seguía cayendo un chaparrón acompañado de rayos y truenos. Al cabo de un rato la señorita French me dio un empujoncito, haciendo que me tendiera en la cama, y empezó a acariciarme de forma bastante íntima.
—Cierra los ojos —me dijo— y no te preocupes.
Al cabo de unos momentos me di cuenta de que estaba sucediendo algo que nunca me había sucedido. No sé explicarlo, porque tenía los ojos cerrados, y porque mi madre me habría matado si llega a enterarse. Sólo sé que esa experiencia me abrió unas perspectivas totalmente desconocidas para mí.
El problema era que aunque la señorita French era muy simpática y amable, las cosas que me hizo esa noche yo habría preferido que me las hiciera Jenny Curran. Sin embargo, no tenía muchas posibilidades de conseguirlo, ya que, dada mi forma de ser, no me resulta muy fácil pedirle a una chica que salga conmigo. Por decirlo suavemente.
No obstante, tras mi nueva experiencia conseguí reunir el valor suficiente para preguntar a mi madre qué debía hacer para salir con Jenny, aunque no dije una palabra de lo que había sucedido entre la señorita French y yo. Mi madre respondió que no me preocupara, que ella misma llamaría a la madre de Jenny para explicarle la situación. Al día siguiente, por la tarde, va y se presenta Jenny Curran en mi casa.
2 comentarios
Primera noticia de que era una novela, cada día aprendo algo por esto lares
Saludos
Pues sí, es raro que no la hayas visto en algún mercadillo; en el de aquí la veo casi siempre por precios entre 1 y 2 euros.