Alianza Editorial, 1973, 1983, 1984. Trad. Ernestina de Champourcin
Tit. Original. The scorpion god. Three short novels, 1956. 186 páginas.
Dos pestiños y una joyita
El premio nobel de literatura no es, en mi opinión, garantía de calidad. Es cierto que nunca se lo dan a un mal escritor (aunque hay algunos que ya, ya), pero siempre me ha parecido que hay escritores que se lo merecen más. No me voy a meter en las consideraciones políticas que pueda tener el premio, porque no tengo ni idea; lo que sí se es que he leído a bastantes premios nobles y la calidad media deja bastante que desear.
Eso me pasó con el autor que nos ocupa, del que leí su libro más famoso: ‘El señor de las moscas’ (y aquí pueden encontrar un buen análisis). No me pareció un libro malo, e incluso lo recomendaría, pero un nobel me parece excesivo para un texto con ritmo pero con poca profundidad. Así que decidí leer alguna otra cosa del autor para tener más amplitud de juicio. Encontré este libro, como no, de saldo y aproveché para cumplir mi decisión.
El libro se compone de tres ‘novelas cortas’: ‘El dios escorpión’, que da título al libro, trata de las dificultades de sucesión en una tribu ¿africana? sin contacto con la civilización, donde el jefe es el dios encargado de sostener el cielo y controlar las crecidas anuales. La segunda novela ‘Clonc-clonc’ está ambientada también en una tribu salvaje, no se sabe bien si sin contacto con la civilización o prehistórica, y nos cuenta los problemas de integración de ‘Elefante que embiste’ dentro de su grupo. La última ‘El enviado especial’ nos situa en el imperio romano y nos presenta las dificultades de un inventor muy particular para poder poner en marcha sus inventos: el motor de vapor, el explosivo y la imprenta. La ayuda del emperador le permitirá empezar sus proyectos, pero las cosas no irán como el pensaba.
Las dos primeras novelas me han parecido infumables y casi me hacen desistir de acabar el libro. La última es una obra maestra, superior en mi opinión al señor de las moscas, divertida y con mucha más ‘profundidad’ sobre las relaciones entre ciencia, tecnología y sociedad. Además, ya la había leído sólo que no había caído en que era de Golding. Pero toda una delicia.
Si deciden leerlo, tengan cuidado con las dos novelas primeras, y si tienen la suerte de poder conseguir ‘el enviado especial’ por algún lado no la dejen escapar (yo la leí en un número de la extinta Nueva Dimensión, si no recuerdo mal, lo que no recuerdo es el número concreto). La tercera novela me ha dejado con ganas de leer más del autor. Ya les contaré si hay suerte.
(Un día, un libro 124/365)
Escuchando: ‘Por ti’. Sargento García
11 comentarios
¿Y te pareció que tenía poca profundidad?
Qué curioso esto de los gustos y las interpretaciones. A mí como parábola de la condición humana me parece estupenda -sí, ya sé que es lo que se dice en todos los análisis favorables, pero de verdad lo pienso-.
Tendría que volver a leerla para opinar. Pero es lo que me dice mi memoria; que como parábola de la condición humana me parece poco profunda.
no sirve el comentario. muy bajo en calidad y conceptos.
¿No sirve para qué?
Estoy de acuerdo, es posible que William Golding sea uno de los galardonados con el premio noble de literatura más discutibles.Hay gran cantidad de escritores que poseen la misma calidad literaria y otros mejor, y no han recibieron el galardón.
¿Alguien sería capaz de nombrar a uno o a varios autores coetáneos de Golding que hubieran merecido el premio? ¿Alberti, quizás? A ver…
No estoy de acuerdo en absoluto, «el señor de las moscas» és uno de los mejores libros que se han escrito, el señor Golding describe con una profundidad y una inteligencia admirables, la condicion humana i los instintos que acechan a cualquier persona que se aleja de la civilizacion y el orden. Estoy totalmente de acuerdo con sandra.
¿ Y qué pasa con Los herederos?, ¿ quién puede meternos de forma tan emotiva y
contundente en la cabeza de un Neanderthal ?, es una novela prodigiosa con un estilo
propio y peculiar.
Me parece que lees los textos con un prejuicio desfavorable. Golding presenta cuestiones de la condición humana y elementos morales muy profundos. Ciertamente hay cabrones que ganaron el Nobel (no noble, como algunos de ustedes los escriben) sin ser plenamente merecedores cuando hay tipos mucho más geniales y que ni siquiera son tomados en cuenta.
En fin, para conocer la profundidad de los textos que tenemos en las manos no podemos olvidar el contexto en el que se gestó. Nosotros no podemos ver el mundo de la misma manera que los autores por cuestiones temporales, políticas, sociales, etc.; pero por ello podemos informarnos y vislumbrar brevemente la grandeza y el genio de los autores. Pero primero hay que dejar los prejuicios negativos…
Que lo primero que digas de «El enviado especial» es que es divertida ya señala la «profundidad» que tú buscas.
Que le voy a hacer, me pareció divertida y no voy a poner lo contrario. Si su comentario se refiere a que no he puesto un adjetivo con más enjundia o al estilo de la crítica literaria le diré que es porque no los conozco.
Golding fue diferente. Koestler lo llama «un terremoto en los bosques petrificados de la literatura inglesa». Si es por extensión, las revistas Caras de todo un año tienen más cantidad de palabras que Los herederos; el Nobel se lo han dado a veces a gente que escribe más-de-lo-mismo. Este hombre es otra cosa, pero puede que no sea captable para todo mundo -justamente porque es otra cosa. Saludos.