Edicions de la Magrana, 2002. Tit. Or. The Darwin Awards. Trad. Assumpta Bonet. 267 páginas.
RBA libros, 2003. Tit. Or. The Darwin Awards II. Trad. Joan Trejo. 234 páginas.
El árbol de la vida se poda a si mismo
Aunque seguro que hay muchos más, es el primer libro que me encuentro con una recopilación de historias publicadas por primera vez en una página web. Ojalá sea una tendencia general ;-). Toda la información al respecto de los premios Darwin puede encontrarse en su página web Darwin Awards, pero aquí lo explicaremos un poco.
La teoría de la evolución descansa sobre tres hechos fundamentales:
a) Cualquier población crece más deprisa que los recursos para alimentarla.
b) Sólo sobreviven los más aptos (reproductivamente hablando).
c) Hay variedad entre los hijos y los padres.
¿Qué son, pues, lo premios Darwin? Pues premios concedidos a aquellas personas que, haciendo alarde de una supina estupidez, han mejorado la reserva genética de la humanidad quitándose de en medio. Para ser nominado a un premio Darwin tienen que cumplirse cinco supuestos:
1) El candidato debe separarse de la especie; bien muriendo, bien quedando imposibilitado para la reproducción.
2) El candidato ha de demostrar una falta de sentido común espantosa
Es normal quedarse dormido en la cama con un cigarrillo; quedarse dormido con un cigarrillo encima de un depósito de combustible de 1000 litros es estupidez
3) El candidato debe ser la causa de su propia destrucción
Si te cae encima un mueble desde un rascacielos, es una tragedia. Si intentas bajar una caja fuerte de 500 kilos por la ventana ayudado sólo de una cuerda y una polea, es una comedia
4) El candidato debe ser capaz de razonar
No están incluidos ni niños, ni personas con desórdenes mentales, ni ancianos con Alzheimer o demencia senil
5) El acontecimiento se debe poder comprobar
El resultado de la selección es la colección más grande de muertes estúpidas que uno pueda imaginar. Desde aquellos que se dedican a mirar en el interior de latas de combustible con un mechero, hasta los ladrones descuidados que no quitan la corriente para robar el cobre de los cables. Se incluyen también relatos sin confirmar (aunque sin premio) y una buena cantidad de leyendas urbanas identificadas como tal. También se incluyen mini-ensayos sobre la teoría de la evolución.
En la portada del segundo libro encontramos la siguiente frase-gancho del San Francisco Weekly:
Los premios Darwin son para partirse de risa. Profundamente divertidos.
Pero a un servidor no se lo parece. Llámenme pacato, pero no puedo reirme de las muertes ajenas. Puedo disfrutar con una buena leyenda urbana, sabiendo que es puro invento de principio a fin, pero soy incapaz de esbozar una sonrisa por ninguna muerte verdadera. Ojo, tanto los libros como la web me han parecido muy interesantes, y los he leído con placer, pero no debo estar preparado para encontrar tan graciosa a la muerte, aunque sea estúpida. Y el que, de los mejores doce relatos de la web que aparecen en el segundo libro, la mayoría sean leyendas urbanas, me parece una prueba de que no soy el único.
Recopilación imprescindible, sin duda, para aquellos que no sepan inglés o vivan en la era pretecnológica. Pueden encontrarse algunas selecciones en castellano en la web, pero encontrarán más información, y mejor estructurada, en estos libros.
(Un día, un libro 185/365)
Escuchando: Complicado. Carrie.
3 comentarios
¡Caramba! Al principio no podía dejar de reír porque pensaba que era un libro de ficción, pero cuando he leído que son casos reales me he quedado boquiabierto e incluso me he sentido un poco mal por haberme reído. Es que es un caso de esos en que la realidad supera a la ficción…
Leyendo los premios darwin está claro que la realidad supera, pero muy de lejos, a la ficción.
que bobada para saber qu etodos terminamos en lo mismo, y no se les puede tratar mal a ellos por que si no hubiera si do por ellos no tendriamos tantas ideologias y no habria tanta tecnologia…
the princess