Tusquets, 2011. 264 páginas. Poemario de Riechmann que, como me gustó aquel de El día que dejé de leer el País quise repetir. Y, en este caso, no me ha gustado tanto. Sigue con la literatura de compromiso pero en mi opinión demasiado evidente. Sigo comulgando con las críticas del poeta al mundo en el que vivimos y el poder omnímodo del capitalismo, pero me gusta que las cosas tengan como mínimo media vuelta, y aquí los poemas son demasiado directos para mi gusto. Pero en general lo he disfrutado. Bueno. PALABRAS CON MINÚSCULAS HUMANISMO a pesar de amor a pesar de libertad a pesar de sostenibilidad a pesar de socialismo a pesar de poesía a pesar de LA CONDICIÓN HUMANA VII Las prisiones pueden convertirse en hogares la mano tendida en puño cerrado y la casa del padre en el peor de los infiernos Pues también somos campeones de la ambivalencia Ay, esa fascinante disposición humana a querer a la vez una cosa y su contrario Y por detrás de todo: la necesidad inaplacable de dar sentido al mundo que carece de él
Tusquets, 2019. 230 páginas. Retrato crudo y con algún toque de realismo mágico de la vida de las travestis de Córdoba a través de los ojos de la narradora, que llega a la ciudad para estudiar y por la noche convie en esa extraña familia de mujeres que viven el margen de los márgenes, llevando una vida dura y luminosa. Destaca no solo por el retrato de una realidad dura, de un colectivo que siempre ha estado mal visto y discriminado -todavía ahora leyes como la ley trans siguen causando polémica-, también por la calidad del lenguaje, por el estilo fragmentario pero preciso que te atrapa desde el primer momento y te arrastra al vértigo de una existencia desoladora. Momentos de amor y dolor, de sexo descarnado y ternura dolorosa, de peligro y de felicidad, en un cóctel que me ha encantado. Muy bueno. El Hombre Sin Cabeza apareció como una prolongación de la sombra que lo ocultaba, se acercó con su natural amabilidad, habló dos minutos aparte con los policías y ellos nos dejaron ir. La palabra de un hombre decapitado valía más que la nuestra. Según Encarna, cada mañana El Hombre Sin Cabeza rezaba a sus dioses antes…
Tusquets, 1997. 376 páginas. Tras sufrir un robo frustrado -por el poco dinero que lleva encima- un profesor de filosofía un tanto estafador se alía con el atracador y se dedican a robar bancos con gran éxito. La banda del pensamiento se convierte en un quebradero de cabeza para la policía. Se alternan las andanzas de la banda con recuerdos del profesor que no lo dejan precisamente en muy buen lugar. La obra es de humor y a mí no me ha hecho mucha gracia, en general. Algún chiste o situación se salva. La trama central de los atracos se deja leer, pero el personaje central me ha resultado bastante cansino, y algunos chistes de trazo gordo más propios del astracán que de una novela. En goodreads le ha hecho gracia a mucha gente, pero a mí no. Regulero. Así que me encontraba privado de copas, secuestrado en un cuartucho y a raya del líquido hiperespacial que podría proporcionarme el acceso a los viajes sin billete. —Doctor Féretro, es usted perezoso…, inconsciente…, un crápula…, despreciable. —Yo me reservaba hasta que se presentara algo que pudiera objetar, pero nada surgió en su desprecio que pudiera realmente discutir—. Usted está en Barra….
Tusquets, 2005. 250 páginas. David comete el error de bailar con una chica que está apartada por un narco, pero cuando éste intenta acabar con él lo mata en defensa propia de una pedrada. Porque David no es el más listo del pueblo pero sus lanzamientos son rápidos y certeros. Huyendo de la venganza se meterá en una serie de aventuras, una de ellas tener una aventura con la cantante Janis Joplin. Librazo. Las peripecias del protagonista, que pasa de una vida apacible a tener la posibilidad de jugar béisbol en un equipo norteamericano, hacerse pescador, ir a la cárcel y enamorarse de quien no debe, mientras un primo suyo es jefe de la guerrilla y otro escala en el narcotráfico, son hilarantes. Pero además está escrito todo con un estilo fluido y elaborado que te hipnotiza. Sin olvidarnos de la voz de su cabeza, su parte reencarnarble, que le va tirando puyas a cada momento. En ocasiones se abusa del deus ex machina pero lo compras por el aire festivo e irreverente del relato, en el que no desencaja. Me lo he pasado genial leyéndolo. Muy bueno. No se desvistió, solamente se quitó las botas vaqueras. Johnlennon, que dormía…
Tusquets, 2002. 102 páginas. Tit. or. La place. Trad. Nahir Gutiérrez. La muerte de su padre y la necesidad de escribir el suceso alejándose de estilos literarios empujan a la autora a realizar un ejercicio de memoria y a escribir de una manera sincera y sobria -pero misteriosamente lírica- la historia de sus padres y los desencuentros de una hija con estudios frente a unos padres trabajadores pero sencillos. Leo el libro impulsado por el Nobel, aunque a la autora me la habían recomendado en varias ocasiones. Me ha recordado a Modiano, premio Nobel también y también francés y reconozco que me gusta más este último, aunque con un solo libro no puedo juzgar toda la obra de la autora. Retrato de una vida dura, sin concesiones, trabajo y más trabajo en condiciones difíciles para sacar una familia adelante y luego una hija que escapa del campo y roza otro mundo, más cultural, más burgués, pero que no se avergüenza de sus raíces aunque se instale en ese otro ámbito que ya es el suyo. El tema del hijo de familia humilde que escapa, de una manera o de otra, a la suerte de los padres porque en su caso…