Tusquets, 1997. 376 páginas. Tras sufrir un robo frustrado -por el poco dinero que lleva encima- un profesor de filosofía un tanto estafador se alía con el atracador y se dedican a robar bancos con gran éxito. La banda del pensamiento se convierte en un quebradero de cabeza para la policía. Se alternan las andanzas de la banda con recuerdos del profesor que no lo dejan precisamente en muy buen lugar. La obra es de humor y a mí no me ha hecho mucha gracia, en general. Algún chiste o situación se salva. La trama central de los atracos se deja leer, pero el personaje central me ha resultado bastante cansino, y algunos chistes de trazo gordo más propios del astracán que de una novela. En goodreads le ha hecho gracia a mucha gente, pero a mí no. Regulero. Así que me encontraba privado de copas, secuestrado en un cuartucho y a raya del líquido hiperespacial que podría proporcionarme el acceso a los viajes sin billete. —Doctor Féretro, es usted perezoso…, inconsciente…, un crápula…, despreciable. —Yo me reservaba hasta que se presentara algo que pudiera objetar, pero nada surgió en su desprecio que pudiera realmente discutir—. Usted está en Barra….