Penguin Random House, 2019. 112 páginas. Tit. or. Beton. Trad.Miguel Sáenz. Monólogo obsesivo de un musicólogo que lleva diez años intentando escribir sobre Mendelssohn Bartholdy pero, a pesar de la gran cantidad de material que ha reunido, es incapaz de empezar. Porque la primera frase es importante y todo tiene que ser perfecto, y hay muchas interrupciones: su hermana, el buen o mal tiempo, sus múltiples enfermedades… Las obras de Bernhard son un género en sí mismas. Divagaciones encadenadas con un sentido del ritmo envidiable, conversaciones que se van yendo por las ramas, en ocasiones obsesivas como en este hormigón, que dan ganas de zarandear al protagonista o de acunarlo como un bebé, pero que de repente saltan a una tragedia ajena y que en general te dejan en tierra de nadie. Todo esto se aguanta por el uso de un lenguaje muy particular que te arrulla como una canción de cuna, marca de la casa. Muy bueno. Lo intenté con Pascal, luego con Goethe, luego con Alban Berg, inútilmente. ¡Si tuviera un amigo!, me dije otra vez, pero no tenía ningún amigo y sé por qué no tengo ningún amigo. ¡Una amiga!, exclamé, de forma que resonó en el…
SIns Entido, 2013. 160 páginas Tit. or. Alte Meister. Trad. Miguel Sáenz Sagaseta. Adaptación del cuento homónimo de Bernhard por el dibujante de como Nicolas Mahler, del que ya disfruté de aquel La teoría del arte versus la señora Goldgruber . Una cita en el museo de dos conocidos, uno de ellos se dedica a criticar a los maestros antiguos, a los museos y al arte en general, aunque se ve claramente que no puede vivir sin él. No puedo pensar mejor adaptación del relato. EL dibujo caricaturesco de Mahler aplicado a los cuadros clásicos encaja como un guante al discurso del protagonista. Las viñetas gigantes acompañan a lo escrito con una gracia increíble. Las composiciones que tapan o resaltan los fragmentos de los cuadros tienen un equilibrio arquitectónico. He disfrutado muchísimo de la lectura, es una pena que no se hayan traducido muchos cómics de Mahler, porque es un genio. Muy bueno.
Alfaguara, 2002. 224 páginas. Tit. Or. Verstörung. Trad. Miguel Sáenz. Dos estupendas reseñas: Trastorno y Trastorno El libro pega un salto de la primera a la segunda parte en la que un narrador toma las riendas se aleja de narrativas tradicionales y encadena un discurso fresco, chispeante y rocambolesco que te marea como una copa de buen vino. La sonrisa de las mujeres que despiertan de su sueño y saben que no tienen salvación, cuando comprueban que todavía están en un mundo de sufrimientos, está hecha sólo de espanto. Pienso una y otra vez que estoy abandonado. Y siento esa idea como la más repugnante de las ideas: estar abandonado. La soledad es el camino de los hombres hacia la repugnancia. La vejez es una gran repugnancia. La juventud es un asco, pero la vejez es repugnante. Mis parientes deambulan como muertos y a veces tengo ganas de llamarlos y gritarles a la cara que dejen de estar muertos. «En la alta sociedad, la baja parece útil; en la baja, la alta parece inútil», dijo el príncipe, y luego: «los hombres, cada uno por sí solo, pueden concebirse muy bien como folletines que diariamente continúan, impresos en la Naturaleza. En…