Sexto Piso, 2011. 94 páginas. Bellatin tiene un universo propio al que nos deja asomarnos en las páginas de sus libros. Es tarea difícil hacer un resumen de los dos cuentos incluídos en este volumen. En el primero hay un desdoblamiento en el que un Bellatín viejo habla a uno joven tendido en una cama, reflexionando acerca de la obra del autor y asumiendo también otros roles. En el segundo la escritora Margo Glantz también se transformará en otros personajes en diferentes épocas. Siempre me gustan sus libros porque no sabes lo que te vas a encontrar y eso siempre es atractivo. Me recuerda a los experimentos que hace Aira, pero con un tono más poético y una estrutura formal más compleja. Estimulantes. Habia logrado no dar la imagen de alguien vencido por la vida. No había exhibido nunca, de manera pública al menos, ningún aspecto de decadencia. Aunque quizá me esté confundiendo con respecto a esta apreciación, ya que ciertas personas que lo conocieron añrman lo contrario. Lo que sí sabía era que durante sus tiempos finales se hizo de una cantidad algo grande de perros callejeros. Uno de ellos carecía incluso de la pata trasera. Dicen que en…
Sexto piso, 2008. 116 páginas. Tit. Or. Agape Agape. Trad. Miguel Martínez-Lage Tenía ganas de leer a Gaddis, autor con fama de difícil -incluso en el prólogo de esta obra así se afirma. Pero antes de empezar con libracos como JR (casi 800 páginas) decidí picotear un poco con este Ágape, más cortito. Jack Gibbs, que ya aparecía en el mencionado JR, está agonizando en la cama del hospital. En un largo monólogo interior nos habla de la historia de las pianolas mecánicas, automatización de un arte que pasa a las masas, se preocupa por su legado y como pasar el patrimonio a sus hijas, sufre por la enfermedad que le aqueja y se pasea por la maraña de relaciones mentales que pasan de un tema a otro. Está claro que no estamos ante una narración sencilla, pero tampoco es que los monólogos interiores inconexos no tengan una solera dentro de la tradición literaria. El texto puede ser difícil de seguir por las múltiples referencias eruditas que van saliendo (de las que he conseguido pillar imagino las que me habrán quedado por entender). Pero el buen pulso de Gaddis consigue un texto con ritmo, que se lee con gusto. Maravillarme…