Sexto Piso, 2013. 1178 páginas. Tit. or. The sot-weed factor. Trad. Eduardo Lago. A finales del XVII el autoproclamado poeta Ebenezer Cooke es enviado por su padre a Maryland para hacerse cargo de una plantación de tabaco. Comienza una odisea llena de problemas y sin sabores en los que lucha por mantener una virginidad contra viento y marea. Su antiguo tutor, que está implicado en misteriosas conspiraciones guiará sus pasos, mientras que su criado, una especie de Sancho Panza, lo va metiendo en problemas. Todo mal. Empezando por la longitud excesiva, que como se dice en el prólogo es una descortesía para el lector. Se vende como una obra maestra del postmodernismo y yo digo ‘¿Dónde está, que no lo veo?’ Porque hacer un pastiche del estilo del XVII durante más de mil páginas más que una estructura original parece una broma pesada. Se vende como un homenaje al arte de contar historias, porque a cada paso los personajes narran aventuras o desgracias que les han sucedido. Totalmente a favor, que voy a decir yo que soy cuenta cuentos, pero que las historias sean interesantes. Prácticamente ninguna me ha despertado el interés. También se dice que la trama empieza normal…
Sexto piso, 2017. 170 páginas. Tit. or. За миллиард лет до конца света. Trad. Fernando Otero Macías. Cuando Dmitri Maliánov está a punto de hacer un descubrimiento capital en el curso de su trabajo (unas ecuaciones matemáticas de aplicación astrofísica) todo parece conjurarse en su contra: visitas inesperadas, vecinos con peticiones misteriosas, paquetes no solicitados… Pero no es sólo él, a otros amigos suyos les está pasando lo mismo. La idea que vertebra la obra (y que no destriparé aquí) es interesante. Pero lo mejor, como siempre, es la historia cotidiana que la envuelve, narrada con una maestría y estilo poco común en el género, más pendiente en general de las ideas que de la psicología de los personajes. No es el caso de los hermanos Strugatski, que se acercan más a Chejov que a Asimov y que consiguen que sus obras sean originales y chispeantes, sin dejar de lado el transfondo científico que nos gusta a los aficionados a la ciencia ficción. Muy bueno. Extracto 4. … después volvió a llenar las copas. Propusieron brindar por la amistad. Sin darse un beso. ¿Por qué tiene que haber besos entre personas inteligentes? Aquí lo importante era la comunión espiritual. Brindaron…
Sexto Piso, 2021. 344 páginas. Tit. or. Exhalation. Trad. Rubén Martín Giráldez. Incluye los siguientes relatos: El comerciante y la puerta del alquimista Exhalación Lo que se espera de nosotros El ciclo de vida de los elementos de software La niñera automática, patentada por Dacey La verdad del hecho, la verdad del sentimiento El gran silencio Ónfalo La ansiedad es el vértigo de la libertad El primero, donde un alquimista ha conseguido crear unas puertas que conectan diferentes momentos del tiempo, narrado con un estilo de las mil y una noches y el segundo, donde una civilización robótica se enfrenta a los problemas de la entropía, son muy buenos. Tienen el aire que tenía el anterior libro del autor y que le dio tanta fama. Elementos de ciencia ficción pero insertos en otras tradiciones narrativas. En el resto algunos no están mal, como Lo que se espera de nosotros, donde un inocente aparato dinamita nuestra sensación del libre albedrío, u Onfalo un mundo donde el relato de la creación es real y todo tiene una antigüedad de 7000 años máximo. Pero los demás son entre mediocres (La niñera automática, patentada por Dacey) y los muy malos (La verdad del hecho,…
Sexto Piso, 2020. 142 páginas. Tit. or. Ghost wall. Trad. Vanesa García Cazorla. La familia de Silvie ha organizado junto con un profesor universitario y algunos de sus alumnos una experiencia peculiar: revivir la vida en la edad del hierro británica. Tienen que vestir como en la época, buscar alimentos en la naturaleza, y apañárselas como puedan. Una época dura para aquellos que la vivieron, en la que de vez en cuando había algún sacrificio ritual. Libraco. Parece mentira todo lo que se cuenta en tan pocas páginas. El campamento es una excusa -y a la vez una metáfora- de lo que realmente se cuenta y que no les voy a destripar aquí. El relato desde el punto de vista de la niña nos da, a la vez, una visión de una increíble madurez y también de ingenuidad. El final, que lo ves venir y que a la vez llega de lado, sin giros sorprendentes pero con mucha habilidad emocional, me dejó con el libro temblando. Muy, muy bueno. Me recosté incómodamente, pues la poza no era tan ancha como para tumbarme del todo, pero el agua acarició mi piel quemada por el sol, calmó el picor de la arena….
Sexto piso, 2020. 164 páginas. La novela se construye alrededor de dos mujeres: una a la que le roban a su hijo en el parque por estar despistada mirando el móvil y otra que es la que se lo lleva a un entorno desestructurado y marginal. Las partes de la mujer que se queda sin niño son las que menos me han gustado, hasta el punto de que, como la novela empieza con ella, estuve a punto de dejarlo a un lado. Esta vez mi manía de acabar los libros ha resultado buena, porque las otras partes están muy bien escritas, describen muy bien la situación de alguien que no ha podido tener hijos y que mentalmente no está muy centrada y cuya vida ha sido una sucesión de desgracias. Es decir, superado el primer capítulo que me parece horrendo el libro está muy bien, aunque la mitad de la madre auténtica me siguió pareciendo muy inferior en estilo a la otra, pero con momentos (el extracto es un ejemplo) también brillantes. Recomendable. ¿Cómo no viste a fu hijo, eh? ¿Cómo no viste adonde se fue? Me tanteó la pierna que yo tenia tapada con una cobija. Cállate, Nagore. Y…