Seix Barral, 2005. 356 páginas. Emigrante latinoamericano en París que tendrá que ganarse la vida antes de hacer carrera como escritor. La novela oscila entre personajes de interés y otros, si no tópicos, bastante planos. Con la prosa pasa lo mismo, no es mala, pero no termina de levantar vuelo. En general un poco decepcionante y la historia, poco creíble. Si quería retratar lo duro de la inmigración falla por completo, porque el protagonista apenas tiene un trabajo malo -fregaplatos en un restaurante- y sólo tres días a la semana. Le da tiempo a tener diferentes aventuras amorosas, hasta el punto que cualquiera se cambiaría por él. Para acabar, un deux ex machina en la figura del gran escritor Ribeyro, cuyos cuentos sí que son ejemplares. Le pregunté de dónde venía tanta sabiduría y me habló de una novia en Ceuta, hija de un amigo de sus tíos, un amor algo estrambótico cuya característica principal fue que nunca llegó a darse, jamás se besaron o tocaron de forma íntima, todo transcurrió entre miradas, y así ambos lograron expresarse el amor, un sentimiento en estado puro. Dios misericordioso, le dije un poco por reír, qué cosa tan triste, y él repuso…