Tercer libro de Handke que leo y posiblemente el último a menos que alguien de confianza me recomiende encarecidamente otro. Se vende como novela pero es una obra de teatro en la que diversos personajes deambulan por la escena y dialogan o monologan sobre diferentes temas. No hay una trama clásica. Los personajes que aparecen: – Uno que mira desde el muro – Un aguafiestas – Un actor joven – Una actriz joven – Un viejo, una vieja – Parsifal – Un indígena, en distintas personalidades Que se relacionan entre ellos por parejas (actor-actriz, viejo-vieja) por lo general y nos dibujan más un paisaje emocional que un recorrido narrativo. Tiene momentos que, para que negarlo, son de gran belleza. Pero a pesar de su brevedad se me hizo larguísimo y es que a pesar del interés objetivo que me despierta la escritura de Handke con lo que he leído hasta ahora me resulta suficiente. No he encontrado ninguna reseña. Es una lectura que me ha resultado provechosa pero que no he disfrutado demasiado. Se deja leer. INDÍGENA interrumpe su escena con una sonrisa y, abriendo el puño en el que guardaba unas bayas, en un gesto de hospitalidad, ofrece a…
Alfaguara, 2006. 140 páginas. Tit. Or. Die Angst des Tormanns beim Elfmeter. Trad. Pilar Fernández-Galiano. El protagonista de la novela cree ser despedido e inicia un vagabundeo sin un rumbo definido motivado por circunstancias que no conocemos y que incluyen algunos hechos terribles que pasan sin motivo ninguno. La lectura de este libro deja una sensación muy extraña. Típico libro que odias o amas y que yo, como siempre, me situo en un punto intermedio. Se trata de una narración en primera persona sin la primera persona. Como si el personaje tuviera una cámara encima del hombro que nos describiera desde su punto de vista una serie de sucesos anodinos. Las pocas veces que entramos en su cabeza es para darnos cuenta de que la realidad es inasible para él, como si sufriera algún tipo de enfermedad disociativa. El ambiente del relato refuerza esa impresión. Pero todo esto hace que, como lectores, no tengamos ningún hilo al que agarrarnos. Ni al lenguaje, totalmente neutro y alejado de florituras estilísticas, ni a la trama inexistente, si a las sensaciones que no conocemos. Como una película en la que nadie hablara y de la que no sabemos por qué la gente actúa…
Alfaguara, 2006. 168 páginas. Tit. or. Die Stunde der Wahren Emfindung. Trad. Genoveva Dieterich. El protagonista tiene un sueño en el que es un asesino, y la sombra de las sensaciones que ha tenido trastocarán la visión que tiene del mundo. Lo que sería un día de rutina más es observado como una sucesión de cosas sin mucho sentido. No es tan experimental como El miedo del portero al penalti y por ese lado es más asequible, se lee con mucha más facilidad, aunque se sigue manteniendo la sensación de extrañamiento del individuo ante una realidad que es así pero no sabemos por qué. Intuimos su falta de significado pero la costumbre nos mantiene en nuestro sitio. Salvo que suceda algo que nos agriete la existencia. Los dos libros que he leído me han gustado, pero viendo que este libro es un poco más de lo mismo que el anterior no sé si seguiré leyendo más del autor. Por lo demás, tampoco me han emocionado. Interesante. No dejó que se le notara nada. En un primer momento le había desconcertado que Beatrice, en efecto, le reconociera inmediatamente. De pronto tuvo miedo de no reconocerla la próxima vez e intentó grabar…