Paulino Masip. El diario de Hamlet García.
Novela / diciembre 3, 2024

Visor, 2017. 280 páginas. Hamlet García es un profesor de metafísica tan indeciso como su tocayo, vive una vida rutinaria al margen de los acontecimientos hasta que la realidad le golpea con toda su crudeza. Acaba de estallar la guerra civil y Hamlet tendrá que encontrar su sitio en un mundo que no entiende y que parece que acaba de descubrir. Llego hasta esta novela gracias a devaneos: El diario de Hamlet García y también por la conexión riojana, el autor vivió 15 años en Logroño. Emigró, como tantos intelectuales, a México, donde se publicó esta novela en 1944. El autor se dedicó al mundo del cine, abandonando la literatura. Lo que es una pena, porque si bien no es una novela sublime, la he leído con mucho gusto y nos pinta un retrato de un Madrid en plena guerra civil y aunque el protagonista no esté a favor ni de unos ni de otros y aparezcan representantes de los dos bandos para dar su opinión, no cabe duda de por dónde van las simpatías del autor. Dejo una muestra que me ha sorprendido por lo actual, ya que podría decirse ahora mismo sin cambiar una coma. Muy bueno. —Conmigo…

Paulino Masip. Prudencio sube al cielo.
Novela / febrero 25, 2022

AMG editor, 1994. 38 páginas. Un cuento de Masip descolgado de una antología y publicado aquí en libro único. Prudencio (nombre no inocente, como en las novelas de Galdós) tiene una aventura con una mujer casada, y hacen un viaje juntos… en avión. Tiene un miedo atroz a volar y se juntan todos los miedos (estamos hablando de otra época). Historia simpática y de fácil lectura que nos sirve como retrato de caracteres de una época y poco más. Ese Prudencio aturullado moralmente en el que se mezcla el miedo real, físico, del vuelo con la culpa católica, pero que después de la tormenta sale el sol. Como no he leído nada más del autor no sé si es representativo de su obra. Está bien. Pero, esta noche, Prudencio no tiene a diez centímetros de la suya la boca suculenta de María Teresa y nada obstruye la erupción de sus aprensiones avivadas por la cercanía de la terrible prueba. —El cielo es para los pájaros y para los ángeles —se repetía Prudencio, angustiado entre las revueltas sábanas—, Y yo no soy pájaro y mucho menos ángel. El inopinado recuerdo de las luminosas y ambiguas criaturas, que suben y bajan del…