Pablo Iglesias, 1995. 264 páginas. No sé muy bien cómo llegué a este libro interesado por el tema de las clases sociales. Todos creemos, equivocadamente, que pertenecemos a la clase media. Pero lo cierto es que según las divisiones clásicas, tanto las marxistas como las weberianas, aquellos que vendemos nuestra fuerza de trabajo pertenecemos a la clase obrera, seamos el conserje o el director de la empresa. Hay oficios que pueden estar a medio camino. Los altos directivos o los autónomos no son clase obrera pura y hay diferentes maneras de clasificar esto. En este libro se explican muy bien los problemas y cuestiones que hay con el tema. El principal -la mitad del libro- de Erik Olin Wright que explica sus reflexiones sobre como actualizar el concepto de clase y los problemas que supone. Val Burris abunda en el mismo tema. Andrés de Francisco aporta herramientas metodológicas para la clasificación de las clases y Van Parijs se preocupa de cual es el motor real de la lucha de clases en un mundo en el que han aparecido actores nuevos (como los desempleados permanentes) y propone una solución que ahora vuelve a la palestra, como es el ingreso mínimo vital….