Círculo de lectores, 2009. 672 páginas. Trad. Benito Gómez Ibáñez. ¿Qué hago yo leyendo una novela del oeste si siempre me ha aburrido el western? Lo vi recomendado aquí: Warlock y aquí: Warlock y pensé que tantas recomendaciones se merecían una oportunidad. En Warlock nadie quiere el puesto de ayudante del sheriff y la banda de cuatreros liderada por McQuown campa a sus anchas. El comité ciudadano decide contratar un comisario, Clay Blaisedell, el hombre de las pistolas de oro. Conseguirá poner orden en el pueblo pero ¿a qué precio? La novela gira en torno a Blaisedell, pero el verdadero protagonista es Gannon, que perteneció a la banda de cuatreros pero acabará siendo el ayudante del sheriff, convirtiéndose en hombre en el proceso. Todos los personajes tienen su motivaciones y bastante profundidad psicológica (no lo esperaba en este tipo de novela). Desde el juez borrachín pero con un insobornable sentido de la justicia hasta la antigua prostituta Kate Dollar, en busca de venganza. Mi preferido, el jugador Morgan, lleno de claroscuros. Como dicen en una de las reseñas anteriores el autor mantiene el interés a lo largo de las casi 700 páginas, pero mi indiferencia hacia el género provocó que…