Nevsky Prospects, 2011. 160 páginas. Trad. Raquel Marqués García. Tras leer Corazon de perro y La isla púrpura me quedé con ganas de más. Por suerte en esta época de internet te enteras de cuando sale un libro que te interesa, la pista me la dio El síndrome Chejov. Contiene los siguientes cuentos: Salmo El fuego del Jan Los cuatro retratos El holandés errante Un tipo abominable El agua de la vida Tratado sobre la vivienda Un día de nuestra vida Una historia de diamantes Todos excelentes, desde la última visita de un aristócrata a sus posesiones en El fuego del Jan, con un enfrentamiento entre dos mundos (y ninguno de los dos sale muy bien parado) hasta el retrato de las condiciones de vida de Moscú en Tratado sobre la vivienda. Desde la pequeña obra maestra del humor negro en El holandés errante, periplo administrativo de un enfermo hasta la picaresca de Un tipo abominable. Pero, por encima de todos, Salmo, que no ha envejecido lo más mínimo, con un estilo fresco y una ternura que me ha conmovido. Calificación: Muy bueno. Un día, un libro (314/365) Extracto: —¿De niños? Eso, amigo, es tarea difícil. Pero bueno, para ti,…
Círculo de lectores, 1999. 301 páginas. Trad. Ricardo San Vicente. Selma Ancira. Humanización de ida y vuelta Lo primero que leí de Bulgákov fue Novela teatral, más o menos cuando empezó a picarme el gusanillo del teatro. Me pareció muy buena pero pasaron muchos años antes de que leyera El maestro y Margarita. Esta vez decidí que no pasara tanto tiempo, y en cuanto vi este libro en una edición muy cuidada, con prólogo de Shentalinski y epílogo de Sergio Pitol, lo compré inmediatamente. En Corazón de perro un eminente doctor consigue lo que parece imposible; transplantando una hipófisis humana a un perro empieza a tranformarse y a convertirse paulatinamente en hombre. Pero lo que era un cariñoso perrito se convertirá en una persona desagradable que traerá de cabeza al médico. La isla púrpura es una obra de teatro en la que asistimos al ensayo de una obra de teatro titulada, precisamente, La isla púrpura. El texto destila optimismo revolucionario y encaja como un guante con la ideología imperante pero ¿Conseguirá el visto bueno del censor? En las dos piezas la mordacidad de Bulgakov alcanza límites geniales. La primera es una crítica de los primeros momentos de la revolución rusa…