RBA, 2007. 340 páginas. Tit. Or. Aha! Insight. Trad. Luis Bou. Mucho le debo a Martin Gardner, cuyos libros he leído con deleite. Pero todo empezó con los dos de la colección ¡Ajá!, uno azul y otro rojo, si no recuerdo mal, que compré por recomendación de un compañero del instituto, Salazar -que seguro que no se acuerda de mí- y que acabó de matemático (y si no recuerdo mal lo que me comentó una noche en una discoteca, dedicado a criptografía). Pues este libro es una reedición en otro formato (el original era casi cuadrado) de uno de ellos, y lo he releído con casi el mismo placer que entonces. Y casi porque a pesar del tiempo transcurrido todavía me acordaba de muchos de los acertijos de todo tipo (geométricos, aritméticos, verbales, de lógica…) que nos propone el autor. Les dejo con algunos ejemplos de los que son fácil copiar: Elena vino con el encargo de su padre de la ferretería. -¿Cuánto te ha costado? – Los 500 me han costado 30 euros. – Así que cada pieza vale 10 euros. – Así es, papá. ¿Qué compró Elena? Esta mañana se me cayó un pendiente en el café. Y…
Hace 15 años, cuando internet era una curiosidad, me quejaba con un amigo de la escasez y falta de calidad del periodismo científico. Siempre ponía el mismo ejemplo: Un día se morirá Martin Gardner y ni siquiera me enteraré. Martin Gardner murió el pasado 22 de mayo y gracias a internet me he enterado al instante, lo que no ha resultado ser un consuelo. Devoré sus libros de divulgación matemática cuando estaba en el instituto, me enseño lo que es el pensamiento crítico y consiguió que me aficionara al Investigación y Ciencia. Lo que se llama un maestro. En el País le dedican un obituario: Martin Gardner, gurú de los juegos matemáticos y muchas bitácoras escépticas lo recuerdan por su labor como crítico de engañabobos diversos, de las que destaco la de Por la boca muere el pez: Adiós, Martin Gardner. Quedan sus libros de divulgación matemática -excelentes recopilaciones de sus columnas en Scientific American (aquí Investigación y Ciencia), no superadas ni por el talento de Hofstadter ni por la originalidad de Stewart-, sus clásicos del escepticismo como La ciencia: lo bueno, lo malo y lo falso -difícil de encontrar pero imprescindible-, su Alicia anotada, realizada desde el amor y…