Anagrama, 2014. 304 páginas. Tit. or. The zone of interest. Trad. Jesús Zulaika. Historia ambientada en un campo de concentración y contada a tres bandas. Golo es el sobrino de un alto jerarca nazi, seductor y enamorado de la mujer de Paul Doll, comandante del campo. La tercera voz es la de Szmul, judío que colabora con los verdugos porque cree que así puede salvar algunas vidas. Como siempre las fajas exageran demasiado al decir que es de las mejores o la mejor novela de Amis. En mi opinión es muy inferior a aquella Flecha del tiempo, que era más original tratando el mismo tema. Los personajes están muy bien, y por supuesto la escritura no tiene pegas. Estamos hablando de un escritor con mucho oficio. Pero no es su mejor novela ni de lejos. Lo mejor es lo que se lee de trasfondo, el decorado. Si Harendt hablaba de la banalidad del mal aquí asistimos a las tribulaciones de dos personajes que sufren por amor, por los celos o por mil tonterías más, mientras de fondo se acumulan los muertos y los problemas que trae la masacre a gran escala. Ese es el gran acierto de la novela y…
Anagrama, 2008. 258 páginas. Tit. Or. House of meetings. Trad. Jesús Zulaika. Busco información de este libro en internet porque hace tanto tiempo que lo leí que mis recuerdos son borrosos. Recuerdo perfectamente que lo acabé de leer en el autobús que va de Corbera a Barcelona, así que sin echar mano a mis apuntes tengo que suponer la lectura en agosto de 2010, con mi pequeño recien nacido y a punto de cumplir los 40. La casa del título hace referencia a unas chozas donde se permitían las visitas conyugales en el Gulag. Dos hermanos, uno poeta y pacifista y otro más duro y supervivientes son rivales por el amor, aunque uno proteja al otro. Esta es una de las grandes virtudes del libro; sus personajes nada maniqueos en un ambiente que lo propicia. Me sorprendió este cambio de registro de Amis, que deja sus temas habituales para irse al frío siberiano. La novela me gustó, no tanto como otras del mismo autor (o como gustó aquí: La casa de los encuentros), pero si lo bastante como para recomendarla. Amis escribe muy bien. Por una vez no puedo estar de acuerdo con el lamento de Portnoy, aunque entiendo lo…
Editorial Anagrama (compactos), 2005. 432 páginas. Tit. Or. Yellow dog. Trad. Javier Calzada. Mordiscos Ya llevo unas cuantas reseñas de Amis en el cuchitril. Es uno de mis escritores preferidos y aunque sus últimas obras me gustan menos que las antiguas (esto, que pasa frecuentemente en literatura y música, sólo quiere decir dos cosas: o el autor está perdiendo fuelle, o el lector se está anquilosando) siempre es un placer leerlo. Al protagonista, el actor y escritor Xan Meo, le dan una paliza aparentemente sin comerlo ni beberlo. Un golpe en la cabeza le cambia el carácter; su sexualidad se desboca e incluso toma tintes pederásticos. Su manera de ser se transforma también y pasa a ser alguien desagradable. Alrededor, otros personajes -que incluyen al rey de inglaterra- viven sus propias tramas. No creo que sea uno de sus mejores libros, pero la prosa está a la altura y la galería de personajes tan excéntrica como siempre. El tema del libro es la paternidad, algo que Amis ya había tratado en otros libros pero desde el punto de vista del hijo. Ahora es padre. Destacable el personaje Clint Smoke, periodista de prensa amarilla obsesionado por el escaso tamaño de su…
Me pasa The happy butcher el meme antimemes, el Memes no, gracias Que consiste en dar varias razones en contra de los memes. Aquí están las mías: 1.- Porque los memes no son memes, son cadenas que se ponen de moda y llamarlos así es una perversión del concepto de Dawkins 2.- Porque cuando te los pasan tienes que seguirlos si no quieres quedar mal con el que te los ha pasado, y para un bien queda como yo eso es fatal. 3.- Porque normalmente son poco interesantes, o poco originales o poco de nada. 4.- Porque son muy difíciles de matar; siempre hay alguien que te mandará uno nuevo. Yo, como siempre, no lo mando a nadie ¡menuda contradicción, odiar los memes y difundirlos! Ayer estuve en la entrevista que Rodrigo Fresán hizo a Martin Amis en la biblioteca Jaume Fuster. Cortita, con pocas preguntas del público y no especialmente deslumbrante, pero no siempre tiene uno la ocasión de ver a un pedazo de escritor como él. Aproveché para preguntarle sobre su sueldo como profesor de escritura creativa. En realidad la pregunta fue doble. Por un lado, si considera que estas clases sirven para algo, a lo que contestó…
Editorial Anagrama, 2004. 322 páginas. Tit. Or. Koba the dread. Laughter and the twenty million. Trad. Antonio-Prometeo Moya. El otro holocausto Hay ocasiones en las que es difícil criticar algo, por aquello de que los enemigos de mis enemigos son mis amigos. Si a uno no le parece bien lo que está haciendo Israel con Palestina, enseguida le juntarán con grupos neonazis y le llamarán antisemita. Si le parece increíble que despidan a una escritora como Cristina Peri Rossi por temas lingüísticos pueden pensar que ideológicamente estás cerca de gente como ésta. Quiero creer que esas son las razones por las que durante tanto tiempo la práctica totalidad de los intelectuales occidentales hicieron la vista gorda con los desmanes que se produjeron en la Unión Soviética. No les gustaría que les llamaran fascistas o imperialistas. Martin Amis no entiende por qué si los campos de concentración nazis nos estremecen apenas sabemos nada de las cosas terribles que pasaban en los gulags. Este es el eje central del libro. Denunciar con una cantidad de datos escalofriante los desmanes que Stalin -Koba el temible, Iosif el terrible- cometió cuando estaba en el poder. Casi veinte millones de muertos, algunos en condiciones espantosas….