Me pasa The happy butcher el meme antimemes, el
Memes no, gracias
Que consiste en dar varias razones en contra de los memes. Aquà están las mÃas:
1.- Porque los memes no son memes, son cadenas que se ponen de moda y llamarlos asà es una perversión del concepto de Dawkins
2.- Porque cuando te los pasan tienes que seguirlos si no quieres quedar mal con el que te los ha pasado, y para un bien queda como yo eso es fatal.
3.- Porque normalmente son poco interesantes, o poco originales o poco de nada.
4.- Porque son muy difÃciles de matar; siempre hay alguien que te mandará uno nuevo.
Yo, como siempre, no lo mando a nadie ¡menuda contradicción, odiar los memes y difundirlos!
Ayer estuve en la entrevista que Rodrigo Fresán hizo a Martin Amis en la biblioteca Jaume Fuster. Cortita, con pocas preguntas del público y no especialmente deslumbrante, pero no siempre tiene uno la ocasión de ver a un pedazo de escritor como él. Aproveché para preguntarle sobre su sueldo como profesor de escritura creativa. En realidad la pregunta fue doble. Por un lado, si considera que estas clases sirven para algo, a lo que contestó que como decÃa Nabokov, la única escuela es la del talento y eso no se enseña, pero que él hubiera agradecido en su momento tener a un señor de 58 años que le hubiera explicado algunas cosas y le hubiera guiado un poco. Por otro le pregunté si sus clases valen lo que cuestan y comentó que su sueldo lo paga la universidad y es un intento de revitalizar culturalmente el norte de Inglaterra, y que por otro lado ahà se pagan sus veinte libros, su experiencia y que si lo comparan con lo que cobra un jugador de futbol tampoco es para tanto. Se metió con el mundo islámico, aunque no tanto como en sus últimas declaraciones -nadie preguntó al respecto-, habló de literatura, de Rusia y de la relación con su padre -que le regaló 144 condones cuando era adolescente-.
Ya que estaba ahà aproveché para ver la exposición sobre Anagrama, editorial de mis amores. Básicamente se compone de fotos de Herralde con escritores de medio mundo -que envidia- y unos palés de libros en medio de la sala que dan ganas de robar. Aproveché para fotografiar algunas fotos, en especial en las que sale Bolaño:
¡Que no se me olvide! En el FNAC del Triangle hay una exposición de portadas de la mÃtica revista Star:
Y esta noche a las nueve en el Sex Shop Desig sesión de cuentos eróticos en la que participa un servidor. No se la pierdan.
6 comentarios
Rodrigo Fresán, qué horror…
¡4000 euros por clase! es un horror, como la entrevista de Fresán, de acuerdo con Seikilos (aunque Fresán, por escrito, tiene cosas interesantes, que me gustan. Y al menos no lo entrevistó Fuguet, ahà sà hubiera sido fatal :-). La respuesta que te dio sobre su paga (¡bravo que le preguntaste!), fue una salida, pero no comprendo como se le puede pagar a alguien por una clase tanto dinero, asà sea un escritor notable. Le pagan por el nombre. Imaginate decir: «Soy alumno de Amis», y la Universidad debe de creer, y tal vez sea asÃ, que le da prestigio.
Cierto que si lo comparan con lo que cobra un jugador de futbol pues no es «para tanto», pero eso es cinÃsmo, en mi opinión. Pero como decimos por acá, la culpa no la tiene Amis (ni los jugadores de fut que es un escándalo y un robo en despoblado lo que les pagan), sino quien lo hace compadre». Ni Kertész cobrarÃa eso, seguro 😀
I tu fas contes eròtics? Espero que no es cobri un recital com una conferència de l’Amis.
No podré asistir pero espero que puedas colgar algunos de los mejores cuentos eróticos. Es mi segundo género preferido. 🙂
¿A qué hora explicas cuentos en el Pati Llimona? Me gustarÃa mucho poder ir a escucharte.
TodavÃa no he leÃdo nada de Fresán, pero no sabÃa que causaba tanto horror… a lo mejor me lo pienso.
Magda, con esto tengo sentimientos ambivalentes. Por un lado me parece una exageración cobrar 4000 euros por hora. Por otro pienso que ya era hora de que alguien relacionado con la cultura ganase tanto como un futbolista.
Creo que hay un vÃdeo de la contada, asà que igual aparece por aquà 🙂
En el Pati Llimona cuento a las 9 menos cuarto.