Editorial Extremadura, 2004. 414 páginas. Capitalismo medieval Último libro de Mark Twain que leo en estas cutre-ediciones, aunque baratas. Todavía me queda el Oliver Twist de Dickens. La historia es conocida; un americano de Connecticut aparece de repente en pleno año 528, en la Corte del rey Arturo. Tras librarse de una acusación de brujería y de la quema gracias a que se acuerda (¡que suerte!) de la fecha de un eclipse se gana la confianza del Rey Arturo y monta todo un estado industrial en plena Edad media. Al igual que El prícipe y el mendigo gran parte del libro es un planfeto publicitario de las ventajas de la civilización, el progreso y la industrialización en comparación con los modos de vida medievales. Y no es que no esté de acuerdo, pero tanta demagogia lastra el texto. A destacar la escena en la que el protagonista intenta explicar a unos comerciantes lo que es el poder adquisitivo. Entretenido y un poco pesimista. Escuchando: Pick Me Up. Dinosaur Jr. Extracto:[-] ¡Qué salto había dado! Me era imposible dejar de pensar en ello y de contemplarlo justo como hace el que ha encontrado petróleo. Nada de lo sucedido antes podía compararse…
Editorial Extremadura, 2004. 224 páginas. Intercambio inverosímil Otro libro de esta ¿colección? en la que todos los títulos comparten la misma sosa portada y la misma falta de información acerca de traductor, título original, índice, etcétera. Tom Canty es un niño que vive en los suburbios de Londres, en la extrema pobreza. Pero de vez en cuando sueña que está en palacio. Es el juego que le permite evadirse de la realidad. Hasta que un día la casualidad le lleva a toparse con el príncipe de inglaterra y como un juego intercambian los papeles. Con tan mala fortuna que el príncipe es expulsado mientras que el niño pobre es tomado por el heredero al trono. El libro gira acerca de las aventuras de los dos niños en ambientes totalmente extraños para ellos, pero Twain aprovecha para repartir estopa a la monarquía sin compasión. El retrato de los bajos fondos de Londres es particularmente crudo, y la impresión que da es de una maniobra publicitaria de la forma de gobierno de los Estados Unidos. Fuera de esto la historia resulta entretenida, pero no llega ni de lejos a la calidad de Tom Sawyer. Escuchando: Si Manda. Jorge Ben Jor. Extracto:[-] Después…
Editorial Extremadura. Ingenio en pequeñas dosis Supongo que se podrá ganar dinero cogiendo textos cuyos derechos ya han caducado y publicándolos a bajo precio con un mínimo de gasto editorial: sin diseño, sin revisiones e incluso sin índice. No es una crítica -no del todo- gracias a esto me hice por un euro con varios clásicos nuevos. Me gustaría indicarles los relatos de este volumen, pero no sé donde tengo el ejemplar: cuando lo encuentre, los pongo. Muchas de las narraciones no son muy conocidas -al menos por mí- y, en algunos casos, con razón. Pero otras son pequeñas joyas del humor que merecen ésta y otras reediciones. La del elefante blanco, feroz parodia de las novelas policiales. La rana saltarina, que encaja sin problemas en el universo de Tom Sawyer. El muchachito bueno, certero palo a los relatos moralizantes con escaso reflejo en el mundo real. Y las aventuras del agente de viajes un tanto inepto, de una comicidad desbordante. Sorpresas muy agradables. Escuchando: El Límite. La Frontera. Extracto: Léanlo directamente en Wikisource: La célebre rana saltarina del distrito de Calaveras